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Sábado, 14 de septiembre de 2013

MUSICA › SU CARRERA ACTORAL CONTINUA CON LILLYHAMMER

Los Soprano y arrancar a lo grande

Si bien Van Zandt gozaba de reputación y fama en el ambiente musical, fue su participación en la serie sobre la mafia de Nueva Jersey, Los Soprano, la que le que generó una impensada carrera como actor. Silvio Dante, uno de los mafiosos más leales a Tony Soprano y dueño de un club de strip-tease, se mantuvo con vida durante sus seis temporadas. O casi. Y en cierta forma revivió para su nuevo proyecto audiovisual, Lillyhammer.

–Su personaje en Los Soprano es uno de los pocos que no murió en la serie. ¡Es casi un record Guinness!

–Es cierto, termina en coma, pero sigue aguantando.

–¿Cómo lo convenció David Chase para que sea parte de Los Soprano?

–Me vio por TV en la presentación del Rock & Roll Hall of Fame. Fue cuando introdujeron a The Rascals. Chase es un gran fan de la música, pero principalmente le gustó cómo estuve en el escenario. Creo que fue en el ’96... Me llamó al día siguiente para decirme que podía tener un papel para mí.

–¿Cómo fue el desarrollo de su personaje sin haber estudiado actuación?

–Lo desarrollé de afuera para adentro. Por su peinado, fui a algunos clubes que visitaban mafiosos, me fijaba cómo vestían. Y cuando fui al set, a ver... no sabía cómo iban a recibirme los actores. Jimmy Gandolfini, la gran estrella, me aceptó de una y tuvo mucho respeto por mi trabajo, lo cual lo hizo mucho más fácil con los demás. Tuve mucha suerte de conocerlo, nos hicimos buenos amigos y se convirtió en mi mentor en la actuación. Como dije muchas veces, hacía una escena con él y simplemente mejoraba. Así de bueno era.

–¿Qué puede contar de Lillyhammer?

–Sé que ya puede verse en la Argentina por Netflix. Es sobre un gangster que entra al programa de protección de testigos y termina en Noruega. No diría que es completamente comedia, pero tiene más humor y es un poco más suave que Los Soprano. En Estados Unidos lo llamamos dramedy, porque tiene sus momentos serios. Mi personaje es ahora el jefe y trata de encajar en una sociedad completamente distinta. Está rodeado de noruegos muy conservadores y él es un loco de la mafia.

–En todos los proyectos, usted parece sentirse como dentro de una familia. ¿Qué es lo mejor y lo peor de eso?

–Es como soy. Me gusta ser parte de una manada. Soy un hombre de banda, ¿qué puedo decir? No me gusta acaparar la atención en primera línea. Los cinco discos solistas que hice fueron muy políticos y debía estar sólo en cierta manera. La banda es lo que importa. Es mi inclinación natural. Lo malo es que perdí mucha gente en el último tiempo: Clarence (Clemons), Jimmy, mi madre... Pero, ¿qué podés hacer? Hay que seguir adelante. Es lo mejor que podés hacer.

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