Miércoles, 19 de marzo de 2014 | Hoy
MUSICA › ANíBAL BERRAUTE Y EL MATERIAL DE AS TANGOES BY, EL DISCO QUE PRESENTA HOY
El historial del pianista incluye grandes nombres del tango, pero en su disco busca “ejemplificar cómo al paso de los años el género se ha ido mimetizando con los cambios”, integrando el candombe, la murga, el jazz y diversos ritmos afroantillanos.
Por Cristian Vitale
Entre el tango y la música clásica circundó la larga vida estética de Aníbal Berraute. Entre su debut con la orquesta de Mariano Mores, mediando los ochenta, y el flamante As Tangoes By, para más precisión, ocurrió un sinfín de actos musicales: acompañó con su piano las voces de Jairo, José Angel Trelles, Libertad Lamarque y Eladia Blázquez. Puso su genio arreglador al servicio de “Fuego Tango”, de Fontán Luna, y del Concertango (Concierto de Tango para Piano Solista y Orquesta Sinfónica), que lo hizo girar por el Globo junto a Alberto Núñez Palacio. Ejercitó su tacto como director en Canto a la amistad, obra que paseó el tango por los Estados Unidos, a caballo de las voces de Estela Raval, Néstor Fabián y Violeta Rivas. Sucedió, al cabo, un mundo de cosas musicales que su nueva criatura discográfica intenta sintetizar. Mostrar el todo por las partes. “As Tangoes By parafrasea el nombre del famoso tema ‘As time goes by’ (‘Según pasan los años’), y resume la idea de ‘hablar’ el tango con un lenguaje más actual... se trata un poco de ejemplificar cómo al paso de los años el género se ha ido mimetizando con los cambios en las diferentes épocas y adquiriendo una nueva identidad”, señala el pianista sobre el disco que mostrará hoy a las 21.30 en Notorious (Callao 966).
As Tangoes By es un ajustado reflejo, en efecto, del periplo musical de Berraute, que no sólo se deja impregnar por las matrices conceptuales del dos por cuatro, sino que trata de enlazar, desde ellas, con el candombe, la murga, el jazz y diversos ritmos afroantillanos. “La verdad es que la mayoría de los géneros de música popular en el mundo se ha venido transformando con diversas influencias a través de los años y los músicos, como parte activa de la sociedad, tenemos casi la obligación de pintar en nuestras composiciones el paisaje que tenemos a diario frente a nuestra vista... en mi caso, lograr nuevos caminos con el tango, caminos que estén acordes con la problemática de estos días”, enmarca Berraute, cuyo disco busca cumplir con esa intención a través de las intervenciones de Paquito D’Rivera, Rubén Rada y Walter Ríos. “Ríos es como un padre artístico para mí y creo que no hubiera concebido que otro bandoneonista tocara en este disco”, sentencia el pianista nacido en Cañada de Gómez, sobre la intervención de Ríos en “Romanza”. “En cuanto a los demás, sabía que me iba a enfrentar a otra situación: ellos no me conocían ni sabían absolutamente nada del proyecto, así que primero tuve que acercarles los demos de los temas para que vieran de qué se trataba y sobre todo si les gustaba, pero el hecho de que estén significa que hubo una aprobación tácita de su parte, lo cual me llena de satisfacción.”
Rada aporta su color en “Bordonazo-Candombé”, un tema que fusiona el bordoneo de la guitarra, típico de la milonga sureña, con el candombe uruguayo; la intervención de Paquito, en tanto, es a través del clarinete que suena en “Entre hombres”, un tango antiguo que remite al inicio del género en los burdeles, cuando el género se tocaba con clarinete y guitarra y se bailaba entre hombres. Otra de las piezas –el famoso standard de jazz “On Green Dolphin Street”– muta en ritmo de tango; mientras que “Eelna”, vals típico de orquesta de tango, pasa a impronta chopiniana y el magnífico lado B, de Astor Piazzolla (“Concierto de Nácar”) sale de su anonimato. “Quería abordar algo del maestro que no estuviera tan tocado como ‘Libertango’ o ‘Verano porteño’, y opté por ésta, una obra escrita para ‘Nueve Tanguistas y Orquesta Sinfónica’, que adapté a quinteto, un pedazo de compromiso... La verdad es que se trata de un proyecto muy ambicioso que me llena de responsabilidad, primero porque no hay que traicionar el legado que a los músicos nos dejaron Di Sarli, Pugliese, Troilo, Salgán, Mores o Piazzolla, pero a la vez hay que seducir a un público joven que quiere escuchar sonidos más actuales.”
–¿En qué sentido entiende el concepto de “tango fusión”, como nombra a su espectáculo, y cómo se lleva éste con la idea de tradición?
–La palabra fusión implica tratar de encontrar el equilibrio exacto entre dos o más corrientes musicales para que el resultado sea un nuevo estilo con una identidad propia. El camino no es nada fácil, pero es muy tentador y está lleno de alternativas apasionantes, casi lo mismo que cuando a través de la alquimia se buscaba encontrar la piedra filosofal. La palabra misma nos abre puertas al infinito y nos otorga el derecho a experimentar, equivocarnos y corregir el rumbo. Eso sí, antes de innovar hay que ir a mamar de las raíces, y eso traté de hacer desde que tuve la oportunidad de tocar con Mores, con Ríos, Pepe Colángelo, o de acompañar a Eladia Blázquez, a Libertad Lamarque, a Pepe Trelles y al Negro Lavié.
–¿Dos experiencias que se destaquen?
–Del maestro Mores guardo el mejor de los recuerdos, cuando en los ensayos o chequeos de sonido previos a los conciertos me llamaba, me hacía sentar a su lado en el piano y me soltaba toda una suerte de fórmulas exquisitas que no eran más que un manual de cómo se toca el tango en el piano. Y Lamarque, claro, con quien compartí una temporada en Mar del Plata junto a la orquesta de Colángelo y me dejó una escuela de entrega y compañerismo, de respeto a ese templo que es el escenario.
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