Domingo, 6 de abril de 2014 | Hoy
MUSICA › EL CIERRE DEL CICLO PUERTAS ABIERTAS EN LA CIUDAD MENDOCINA DE SAN RAFAEL
La iniciativa conjunta del Ministerio de Defensa y la Secretaría de Cultura busca borrar fronteras entre civiles y militares a través de la unión de músicos. San Rafael fue escenario de un sentido homenaje al cineasta y cantante fallecido en 2012.
Por Sergio Sánchez
Desde San Rafael
Cuando Nico Favio entona los versos de “Fuiste mía un verano” consigue, al menos por un momento, hacer creer que es su padre, Leonardo Favio, quien está en escena. Pero esa no es la única particularidad: el joven músico está escoltado no sólo por su grupo, sino también por la Banda del Liceo Militar de Mendoza. Entre los músicos, hay contrastes, vestimentas dispares, códigos distintos, pero un lenguaje en común: la música. La música como canal de integración. El concierto se realizó el viernes y fue el cierre del ciclo Puertas Abiertas, una iniciativa conjunta entre el Ministerio de Defensa y la Secretaría de Cultura de la Nación que tiene como objetivo tender un puente entre la sociedad civil y las Fuerzas Armadas. Ambas carteras organizaron a lo largo del verano conciertos en donde artistas populares compartieron escenario con bandas y orquestas militares. En esta ocasión, el eje fue un homenaje al músico y cineasta Leonardo Favio. Durante casi tres horas, los músicos interpretaron canciones de su repertorio, piezas instrumentales de sus películas y obras fundamentales del cancionero popular argentino.
La Banda del Liceo Militar General Espejo ingresa al teatro Roma de San Rafael, y una sala repleta la recibe de pie y con aplausos. Sorprende el respeto que inspiran en el auditorio. El ochenta por ciento del público supera los cincuenta y cinco años. Enseguida, “Tonada de otoño”, en manos de la banda militar, deja en claro el orgullo cuyano: “No es lo mismo el otoño en Mendoza / Hay que andar con el alma hecha un niño”, interpretan los músicos, en vestimenta característica. Desde el folklore pasan al tango. Suena “Uno” y la banda se despide por un rato. Se vendrá la segunda parte del concierto, con Nico Favio a la cabeza.
“Los festivales Puertas Abiertas se proponen como espacios de encuentro entre el pueblo argentino, sus artistas y sus Fuerzas Armadas. Con esta acción seguimos profundizando la democracia, a más de 30 años de su recuperación, a través de una herramienta tan valiosa y universal como la música”, destaca Jorge Coscia, secretario de Cultura de la Nación. “A través de la música se pueden unir pueblos, culturas y es una herramienta para el desarrollo social. Con un trabajo mancomunado se puede lograr la hermandad de los pueblos y la unión de distintos grupos sociales”, considera Gabriel Rojo, teniente coronel del Liceo Militar General Espejo. Aunque es novedoso el cruce entre artistas populares y militares, Rojo resalta que “la participación de las bandas militares en eventos sociales viene desde hace mucho, como las fiestas patrias”. Y puntualiza: “Los prejuicios son nuestros y de las personas. La música no tiene prejuicios”.
Nico Favio aprovecha para mostrar canciones de su repertorio, que pronto verán la luz en un disco. Se lo ve emocionado y con muchas ganas de recordar a su padre. Por el escenario, pasan amigos entrañables de Leonardo: los guitarristas Pilín Massei y Pocho Leyes son algunos. Ambos tuvieron el privilegio de crear la banda de sonido de algunas de sus películas. “Una vez yo estaba en mi casa y suena el teléfono. Atiende mi sobrino y me dice: ‘Es un tal Leonardo Favio’. Pensé que era una broma. Me llamaba para pedirme un tango mío, ‘El Cusa’, para la música de Aniceto”, recuerda Massei. Con un variado ensamble (guitarras criollas, eléctrica, bajo, percusión y acordeón), Nico se mete al público en el bolsillo con una versión rockera de “Chiquillada”. “Gracias por entregar su corazón. Nosotros entregamos el nuestro. Un corazón ‘faviano’ que late tan fuerte y todos llevamos adentro”, dice. Y la platea femenina delira con la romántica “Ella ya me olvidó”. Desde otro plano, evoca los años de exilio de su padre en México con “Mi viejo San Juan” y retrata su canción social con “Adrián”.
La última parte del concierto fue, sin dudas, una de las más logradas. Pilín Massei demostró durante su set toda su técnica y talento. Acompañado por el joven guitarrista de 23 años Fernando Vázquez, el músico comenzó con el tango “El Cusa” y sorprendió con su interpretación para guitarra de “Tanguera”, pieza de Mariano Mores que formó parte de la banda de sonido de Gatica, el Mono. “Cuando le dije a Mores que había grabado esta versión sólo con guitarra, no lo podía creer, me dijo que era un tango para orquesta. Escuchó mi interpretación y le gustó mucho”, cuenta Massei, quien no ahorró tiempo en anécdotas y humoradas. Después de la milonga “Nocturna”, subió al escenario otro virtuoso: el acordeonista Germán Fratarcangelli. Juntos regalaron el chamamé “Km 11”, de Tránsito Cocomarola, y “Queja de bandoneón”, de Aníbal Troilo.
Sobre el final, Pocho Leyes se hizo presente solo con su guitarra e interpretó canciones para la película Juan Moreira. “Leonardo Favio es uno de los talentos más importantes del país”, dijo el músico oriundo de San Luis y recordó lo “fantástico” que era asistir a las filmaciones. Luego, la cantante Maia Barrio y un grupo de coristas lo acompañaron en otra pieza musical del film. Así culminó un ciclo federal que logró unir a Elena Roger, Miss Bolivia, Los Parraleños y Darío Volonté junto a la Orquesta Especial de la Armada Argentina, Los Artilleros de Iriarte (RA I-Ejército Argentino), la Orquesta Sinfónica F.A.A., la Agrupación Sinfónica del Colegio Militar de la Nación E.A. y la Banda de la Armada Argentina A.R.A, entre otras. En el marco de la propuesta, la música se “constituye como uno de los mecanismos más adecuados para fomentar el nuevo rol de las Fuerzas Armadas en la sociedad argentina”.
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