Jueves, 10 de abril de 2014 | Hoy
MUSICA › OSVALDO BAYER JUNTO AL QUINTETO NEGRO LA BOCA
El escritor y periodista se unió a la agrupación tanguera para grabar un DVD en vivo que anticipará, además, el disco Tangos libertarios, que incluirá letras de Bayer. La cita será mañana en el Club Atlético Fernández Fierro, con invitados especiales.
Por Andrés Valenzuela
Gran conjunción la de mañana en el Club Atlético Fernández Fierro. En el salón de Sánchez de Bustamante 764 se presentará Osvaldo Bayer junto al Quinteto Negro La Boca para grabar un DVD en vivo que oficiará, además, de anticipo del próximo disco de la orquesta, Tangos libertarios, que incluirá letras del periodista y escritor. A partir de las 21.30 “habrá un juego dialéctico entre historia, lo que Osvaldo va a plasmar con su oratoria, y la música”, según anticipa a Página/12 el bandoneonista Pablo Bernaba, cara visible del Quinteto. La noche se completará con invitados como Malena D’Alessio –de Actitud María Marta–, Andrés Vázquez –de la murga uruguaya Falta y Resto–, Natalí Di Vincenzo, Rodrigo Perelsztein, Hernán Fernández, Pitu Frontera –de la murga Los Garciarena–, Cholo Castelo –de Quiero 24–, Dema –La Petitera–, y Lucas Furno. Un cóctel fuerte que se suma a la potencia sonora del Quinteto y a la intensidad de las letras de Bayer.
El proyecto de los tangos libertarios nació con una milonga en homenaje al militante anarquista Severino Di Giovanni, con música de Bernaba y letra del propio Bayer. La cosa creció y pronto se convertirá en un álbum de once canciones que exploran el anarquismo en Argentina, los albores del movimiento obrero nacional y sus figuras más prominentes, en un regreso al tango politizado que quedó escondido en la historia del género.
–¿Cómo fue el proceso desde “Milonga para Severino” a estos “tangos libertarios”?
Osvaldo Bayer: –La proposición vino de él y yo participé haciendo la letra. Dimos un concierto. Bueno, ellos dieron el concierto, hice una especie de prólogo, y hablé sobre Severino. Al parecer gustó mucho. Entonces siguió él con la proposición de hacer una serie de tangos. Además, el tango que fue una música muy apreciada por los anarquistas. Ellos fueron los primeros que bailaron el tango en las veredas, entre hombres. También fueron los primeros que lo bailaron con mujeres.
Pablo Bernaba: –Me parecía que el relator de un tango que homenajeara a Severino tenía que ser Osvaldo Bayer. Por una conexión simple: en primer lugar porque yo conozco a Severino a través de Osvaldo Bayer. Y mucha gente de mi generación, creo que la mayoría, lo conoce a través de su relato. Así que como realización propiamente artística me parecía lógico que estuviera él aunque no fuera su métier. Después funcionó y me parecía bueno hacer una serie sobre la misma investigación que tiene Osvaldo de la época histórica, y obligadamente los temas recalan en la Patagonia, en el anarquismo expropiador.
–¿Por qué le interesaban puntualmente estos temas?
P. B.: –Porque si bien no puedo decir que soy un anarquista, concuerdo con muchas de las ideas. Me parece un movimiento superador. Disiento con cuestiones metódicas de la época y hay cuestiones temporales y generacionales que me diferencian, pero sí son personas que admiro. Además seguramente el movimiento anarquista más grande de Latinoamérica se debe haber dado en Argentina, ¿no es cierto, Osvaldo?
O. B.: –Sí, sin ninguna duda. Lo trajeron los inmigrantes italianos y los españoles, era la ideología que dominaba el movimiento obrero en esos momentos allá. Pero vinieron anarquistas de otros países, también. Fue una de las primeras teorías de los movimientos obreros en el mundo. Los mártires de Chicago, que fueron los primeros en pelear por las ocho horas de trabajo, eran de ideología anarquista.
–Usted decía que los anarquistas fueron los primeros en bailar tango. Hay toda una tradición de tango político que en general queda soslayada.
O. B.: –Sí, evidentemente, después el tango popular fue escondiendo lo político y se refirió más a la vida del barrio.
–¿Por qué se dio ese proceso?
O. B.: –Porque el anarquismo era muy perseguido por la Justicia y la policía, y ellos querían hacer algo neutral, algo escuchado por todos sin miedo.
–En algunas milongas se escapa alguna canción dedicada a Rosas o a los negros que murieron en la guerra con Paraguay. Usted suele decir que era “la melodía de la protesta”.
O. B.: –Es que se empleó mucho en aquel tiempo para cantar la protesta de los que estaban mal, de quienes luchaban por la igualdad.
P. B.: –El tango fue lavando eso, más allá del anarquismo o de tangos politizados, como Discépolo cuando mete la cuestión social. Este es un análisis más personal, pero al tango se lo convirtió en una postal mentirosa, inclusive de lo que fue. Parte de las cosas que se lavaron tienen que ver con las cosas ideológicas, sobre todo las más radicalizadas. A los tangos anarquistas es muy difícil vaciarlos de contenido, hay que vaciarlos totalmente porque no hay resquicio.
–¿Revisaron esos tangos para crear éstos?
O. B.: –Yo tomé como base todas mis investigaciones, mis varios libros sobre el anarquismo, sobre todo en torno de Severino, que vendría a ser el anarquismo expropiador, violento, los que decían que contra la violencia había que emplear violencia. Además tengo muchos ensayos sobre la historia del movimiento obrero, donde hay documentación de cómo era el lenguaje que utilizaban, a través de sus volantes, los carteles, a través de los discursos y los periódicos. Sobre esa base está sacado el jugo de este trabajo.
P. B.: –Además Osvaldo ya había hecho una recopilación histórica de los tangos anarquistas, más allá de su análisis histórico-político en sí. Un disco que hoy es casi pirata, que se llama Viva la anarquía.
La dupla se pierde en recuerdos de la grabación de ese viejo disco, que todavía se consigue en la Federación Libertaria Argentina y en otros reductos. También en la filmación de la Patagonia Rebelde y otros trabajos de Bayer. Finalmente, es el propio periodista quien ofrece compartir las líneas que servirán de introducción mañana a los tangos libertarios.
“Tango y anarquía. Música para los ideales. Igualdad en libertad. Cantar a la madre pobre y soltera del barrio, al niño con hambre, al obrero preso. El canto y el baile como protesta. La palabra. La música. La poesía para cantar el derecho al trabajo. Al amor, a la familia, la compañía de vida, a los ideales. Fraternidad: todos los hombres somos hermanos, por eso no puede haber pobres y ricos. El barrio. El baile en la calle. La caricia del arte contra la explotación del hombre por el hombre. Tangos anarquistas. La voz del pueblo. Los mártires de la lucha cantados por las obreritas. La protesta en las calles. El dolor de la derrota. Pero los ideales, poner el pecho por los demás, por un pan digno para todos y flores para el futuro.”
P. B.: –Osvaldo grabó esto para el disco, que empieza así. También así empezará el recital en el CAFF.
–El proyecto se entremezcla con otros géneros, como la murga y el hip-hop. En particular el hip-hop llama la atención. ¿Por qué lo incluyen?
P. B.: –Eso tiene que ver con dos cosas. El rap es un género que tiene un punto en común con el tango en esta cuestión de la protesta. Lo mismo que la milonga o la payada. Es un género de otra parte del mundo al que la globalización lo ha situado en todos lados. Y además me parecía interesante desde el punto de vista estético, la temática lo permitía, por esta cosa de discutir de la canción de protesta. Le brinda una cuestión artística diferente, porque no se trata sólo de reproducir cómo hubiera sido el tango en esa época, sino de buscar estéticas nuevas. Me interesa enriquecer al tango con otros géneros. Del tango como concepto quedó una síntesis, pero no es lo mismo cómo sonaban las orquestas de D’Arienzo y la de Piazzolla en el ’46, y eran contemporáneas. También hay mucha diferencia estética entre Canaro y De Caro. Todo se consideraba tango, como hoy todo se considera rock. En ese momento era toda una producción musical dentro del género: el vals, la milonga, el foxtrot, el candombe, la murga.
–Hay una canción dedicada a la viuda de Severino. Usted la conoció, ¿verdad, Bayer?
O. B.: –Bueno, no era la viuda, sino la ex amante, porque Severino estaba casado y se alejó de la mujer y tomó como amiga a esta chica, América Scarfó. Ella estaba muy agradecida porque yo había encontrado las cartas de amor que Severino le había dedicado. Cuando se allanó la casa donde vivían, la policía se llevó todo, incluyéndolas. Son unas cartas de amor preciosas, y están en la primera edición del libro completas. Pero después me pidió que no las publicara más, porque eran para ella, íntimas, y me dijo que el pueblo no merece esas cartas, porque se había portado muy mal con Severino.
–Igual son la base de “Cara mía”.
P. B.: –La letra la hizo él y toma el nombre de una parte de las cartas, que dice “Cara mía”, que es “Querida mía” en italiano, ¿no?
En vivo, “Cara mía” será cantada por Natalí Di Vincenzo. Los curiosos pueden encontrar algo de esa grabación, junto con otros anticipos en vivo de los tangos libertarios en el perfil de YouTube del grupo (https://www.youtube.com/user/quintetonegro/). Allí se encuentran primeras versiones de “Patagonia Rebelde”, “Chau Falcón, gracias Simón” y distintas versiones de la “Milonga para Severino”. Un combo potente de ritmo ciudadano que, sumado a la presencia de Bayer, justifica sobradamente pararse mañana en la puerta del CAFF.
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