Apenas se abren las puertas del ascensor del edificio empresarial ubicado en la zona de Tribunales, El Cuarteto de Nos da la bienvenida a la sede del sello discográfico que lo respalda. Al dejar atrás el poster del período del disco Porfiado, que data de hace dos años, el Roberto Musso de 2014, risueño y alegre, al igual que expectante, sale de una sala de reuniones para internarse en una covacha que lo aísla del ámbito oficinístico del que alguna vez fue parte (ver recuadro). “Somos el artista de rock nacional de la discográfica, a pesar de que somos uruguayos”, manifiesta a un tris de la consternación el líder y fundador de la agrupación montevideana. “Y eso me parece muy raro.” Una década atrás, Leo García advirtió, preocupado, que se aproximaba “la uruguayización del rock argentino”, lo que justo este mes coronó la edición local de la revista Rolling Stone al presentar en su tapa a los también orientales No Te Va Gustar con el título “La gran banda del rock nacional es uruguaya”. Un enunciado que se debatió entre el rechazo y la resignación en la escena de acá.

Si bien cualquier respuesta a ese fenómeno podría ostentar un matiz sociológico, una explicación sensata del éxito que experimentan ambos grupos en la Argentina, cuyo desembarco preparó La Vela Puerca, es que supieron hacerse desde abajo, lo que les permitió mimetizarse con los sectores populares del rock argentino, así como transitar el mismo recorrido de una incipiente banda local. No obstante, el caso de El Cuarteto de Nos es bastante particular debido a que su auge en esta orilla del Río de la Plata sucedió en su madurez, una década y media luego de su creación. Aunque hace algunos meses James Bo, el agente secreto uruguayo arrepentido de Peter Capusotto y sus videos, confesó que todos esos grupos son parte de un plan para invadir la Argentina. “La manera que tiene el porteño para ironizar al uruguayo nos la tomamos con humor porque está en lo cierto”, asegura Musso. “A mí lo que me pasó cuando salimos a tocar a otros países fue que me di cuenta de que hay un desconocimiento del uruguayo, porque para mucha gente somos argentinos que hablamos raro.”

Luego de conquistar a los públicos de América latina y España con su lectura lisérgica de la idiosincrasia uruguaya, a través de una trilogía discográfica que comenzó en 2006 con Raro, prosiguió en 2009 con Bipolar y concluyó en 2012 con Porfiado, El Cuarteto de Nos puso a la venta el pasado 15 de octubre Habla tu espejo, un trabajo que establece un punto de inflexión en su trayectoria. Y eso prendió las alarmas en su país, pues causó desconcierto esta encarnación frontal, directa y optimista, así como pop, de la agrupación. “Si fuese por las críticas, no hubiéramos hecho nada”, señala el vocalista y guitarrista. “El artista tiene que ver a qué voces les hace caso. Por lo general, nos fue mejor en los discos en los que arriesgamos más. Esto lo tuvimos claro siempre, cuando hicimos Otra Navidad en las trincheras o Raro, al igual que en el momento en que empezamos a construir Habla tu espejo. Había que hacer un álbum de riesgo, y eso lo sabíamos. Estaba instalado en la banda, y en el núcleo que nos rodea.”

–Como compositor, sentí que había llegado al límite en el estilo. En el tratamiento del humor, el clímax fue Otra Navidad en las trincheras y, desde ese momento en adelante, se repitió una fórmula que no fue tan efectiva. Raro fue un nuevo clic para abordar personas y conceptos a partir de otro ángulo. Así que Bipolar y Porfiado fueron más al hueso de ese tipo de canción, por lo que busqué una vuelta distinta para no redundar. Una vez que empezamos a preparar Habla tu espejo, creí que era la época ideal para no desgastarnos con lo que veníamos haciendo. No deseábamos que el público dijera que eran temas parecidos, pero peores. No fue poca cosa que nos arriesgáramos a llevarlo a cabo. Estamos súper contentos y ansiosos por lo que sucederá. A veces la gente es demasiado dramática con los cambios, y en realidad un artista es la mezcla de su trayectoria hasta lo que es ahora. Esto no es borrón ni cuenta nueva.

–Fue paulatino. Raro no fue un álbum de humor explícito, sino que era irónico. Bipolar fue lo mismo, porque hay temas súper crudos ahí. Mientras que en Porfiado, que incluye “Cuando sea grande”, canción que no tiene nada de humor ni de ironía, nos abrió los ojos de lo que es el show en vivo, que sustenta al artista más que el disco en sí mismo. Eso fue un poco el disparador de para dónde escribir y para abrir esa veta emocional. Habla tu espejo fue concebido con eso.

–Hay mucho yo. Está el yo anterior, que no sabía si era Roberto, y quedaba la duda ahí. De hecho, hay canciones que son contradictorias. En Raro estaban “Ya no sé qué hacer conmigo” y “Así soy yo”, que son temas de un yo opuesto. En este caso, en esa búsqueda premeditada de dónde abordar el concepto del disco en sí, ese desnudarme o que estuviera ese yo mucho más visceral y transparente, lo tenía que hacer al límite. Creo que mantiene, totalmente, el concepto de El Cuarteto de Nos. “No llora” es para mí, y para la mayoría de nosotros, una canción que no es típica de un padre a una hija. Es cruda y realista. Queda latente qué va a hacer la nena cuando él no esté. Me cuidé de no caer en los lugares comunes.

–Es un disco más complejo de abordar y de desentrañar, me parece a mí. Y creo que es frontal. Es mirarte al espejo y decir: “Este soy yo, y soy fuerte”.

–Eso tiene varias patas. Una es mi manera de componer. Por lo general hago la maqueta en la computadora en casa, grabo todo lo que puedo, y ahí está la génesis de la canción, para dónde te puede llevar. Después estaba la parte del estudio, con Juan Campodónico (productor de los discos de la banda desde Raro), y la idea de llevar un sonido menos rockero y un poco más pop. Por eso es sofisticado. Hay arreglos ahí que no existen en otros discos de El Cuarteto de Nos. Fue un trabajo concienzudamente buscado, para no repetir fórmulas en el sonido. Lo grabamos también distinto, no ensayamos las canciones antes, sino que las fuimos haciendo en el estudio.

–No creo que haya influido tanto su partida, porque sucedió hace cinco años, que a veces es la vida de una banda. Me parece que fue un camino natural de transformación. A mí siempre me gustó escribir desde mi percepción y desde mi vida física y personal. El humor de Otra Navidad en las trincheras lo usamos porque era el disco valiente de hacer en ese momento, y yo creo que este disco, a pesar de que a nivel letrístico es diferente, lo considero igual.

–Lo que pasa es que en Uruguay mucha gente nos conoció con ese disco (N. de R.: Es, hasta la fecha, el álbum más vendido del rock uruguayo). A veces dicen: “Ojalá El Cuarteto... siguiera haciendo esas canciones”. Entonces fijate. Yo como persona cambié, Uruguay y Argentina cambiaron, el mundo cambió. Ya pasaron 20 años. Yo no me veía escribiendo sobre lo mismo de nuevo. Fui padre, mi madre sufre de Alzheimer...

–Si les hubiera dicho a los chicos que iba a hacer una canción sobre eso, me hubieran pedido que me dejara de joder. Esa necesidad fue creciendo en mí. En un formato de canción pop, que podría ser de Adele, meter el tema del Alzheimer fue difícil, pero también valiente, porque no hay una canción que hable sobre eso. Desde ese punto de vista, ese Cuarteto sigue siendo único, porque, por más que esté hablando de humor, lo digo con seriedad. Mismo “Roberto”, que puede que sea la canción más bizarra del disco. Esa escucha de las voces internas que te dan consejos me pareció súper interesante y original para abordar.

–No es casualidad que sea una mujer la que está en la tapa...

Además de obtener la certificación de Disco de Platino, en ambas orillas del Río de la Plata, por las ventas de Habla tu espejo, El Cuarteto de Nos anunció la presentación de su decimocuarto álbum de estudio. Mientras que en Montevideo lo develarán ante su audiencia el próximo 18 de abril en el Velódromo Municipal, en Buenos Aires lo harán el 24 de abril en el estadio Luna Park. Primero lo tantearon en Caracas, mientras que a comienzos de abril lo llevarán a Asunción. No obstante, la primera vez que el quinteto, ganador de dos Grammy Latino, tocó su flamante repertorio fue en la televisión de su país, performance a la que asistió la hija de Musso, Federica, quien además inspiró “No llores”. “Después de que terminamos de tocar, ella se me acercó y me dijo que se había emocionado con la canción”, recuerda el frontman. “Y eso no sólo me impactó, sino que fue muy emotivo. No recuerdo en este momento otra ocasión en la que me haya dicho que le gustaba un tema nuestro”.

–Primero fuimos trío, porque éramos Santiago Tavella (bajista), Riki (guitarrista) y yo por mucho tiempo. De hecho, el primer disco éramos nosotros, más un pingüino, que era el cuarto integrante. Estamos acostumbrados a cambiar numéricamente la composición del grupo, sobre todo con el correr de los años. Hoy somos un quinteto en estudio y en vivo, y quién sabe lo que pueda deparar el destino.