Miércoles, 4 de marzo de 2015 | Hoy
MUSICA › ENTREVISTA A ANA PRADA, ANTES DE UNA NUEVA PRESENTACIóN EN BUENOS AIRES
La cantautora presentará este viernes en la Ciudad Cultural Konex el espectáculo Otra pecadora sola, que sintetiza los tres discos grabados al presente. Además, se la verá en el especial Somos todas, mujeres en libertad por la Televisión Pública.
Por Karina Micheletto
“Como un fin de verano”, dice Ana Prada que imagina el concierto que dará este viernes y que espera poder mostrar al aire libre, con la bendición de todos los cielos para que esa noche llegue, finalmente, con buen tiempo. Allí mostrará Otra pecadora sola, el concierto que reúne los temas de sus tres discos (Soy otra, Soy pecadora, Soy sola) y con el que planea una suerte de cierre de etapa, ya embarcada en su próximo proyecto discográfico. Será a las 20.30 en Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), y si se cumplen los augurios meteorológicos, se hará en el patio de ese espacio, con especial pedido de puntualidad por parte de los organizadores.
Prada recorrió hace poco con una gira el sur argentino y participó de la grabación del concierto especial del Día de la Mujer que se emitirá este sábado a las 23 por la Televisión Pública (Somos todas, mujeres en libertad), junto a una gran cantidad de colegas. En Uruguay, se alegra de haber participado en una serie de conciertos en homenaje a Eduardo Mateo y The Beatles, con la Filarmónica, invitada por La Triple Nelson. Desde la casa de chacra en la que vive, en Canelones, cerca de Atlántida –“un lugar precioso”, define ella su lugar en el mundo–, la cantautora uruguaya dialogó con Página/12.
–¿Cómo imagina este “cierre de etapa”?
–La idea es ir de a poco mostrando canciones nuevas. Ahora voy a invitar a Patricia Kramer, gran cantante y compositora joven del Uruguay. Hemos hecho algunas canciones juntas y quizá mi nueva etapa tenga mucho que ver con ese tipo de canciones junto a ella, así que este concierto va a ser una muestrita de lo que puede venir. Y a lo mejor también se viene un disco en dúo con ella. Nosotras hace quince años cantábamos juntas con Pata, en los boliches, yo era estudiante y trataba de juntar unos mangos. Pero se transformó en algo conocido en Uruguay, nos dimos cuenta porque ahora hicimos un par de fechas juntas y lo anunciamos en el Facebook con el nombre de aquella época: Kramer vs. Prada, y se agotaban las entradas. Dijimos: ¡Fa! Acá pasa algo. Así que, quizás, en paralelo a nuestros discos solistas, sacamos algo de las dos.
–Hizo también un disco con Teresa Parodi. ¿Esta es una idea similar?
–Ese disco que hicimos con Teresa fue una etapa enorme de aprendizaje, primero acercándonos como amigas, después surgió la idea de componer juntas. Todo empezó porque ella me mandó por mail una letra con un mensaje: “Ponele música, china”. Sin quererlo se dio un momento de composición súper interesante, porque hubo de todo: música de ella, música mía, estrofas compartidas, o ella me mandaba unos versos y yo le buscaba el estribillo, o salían cosas cuando estábamos juntas, con la guitarra. Hubo todo tipo de combinatorias. Por el momento en que salió, no se presentó todo lo que nos hubiera gustado, pero de a poco va circulando. Más allá de eso, lo que nos queremos nos queda para siempre, y lo que quedó como obra es maravilloso.
–¿Y cómo es el proceso de preparar canciones para un disco? ¿Es un momento especial de trabajo o las canciones van saliendo de a poco, más naturalmente?
–Hay de las dos cosas; a veces las canciones vienen, surgen; otras veces, muchas, tenés que buscarlas. Es esa frase hecha: que la inspiración me agarre trabajando. En mi caso, suele llegarme el deadline para la entrega con dos o tres canciones que me faltan y en una semana salen. Siempre dejo para mañana lo que puedo hacer hoy, en eso soy un desastre. Muchas veces, si surge una idea un motivo musical, lo grabo, lo anoto, es un hilito del que después puedo tirar. A esta altura tengo ganas de plantearme un concepto del disco, hacia dónde quiero ir. En este caso, me imagino algo con mucho ritmo, más bailable. Porque disfrutamos mucho con la banda cuando en los shows la gente baila y agita. ¡Ojalá salga, capaz que después me sale un disco re triste y oscuro!
–¿Qué diferencias encuentra entre trabajar sola y en compañía, como en estos casos?
–A mí me resulta mucho más lindo, más adrenalínico y más divertido, salvo en algún momento en que estoy introvertida, elijo componer con alguien. Primero, porque eso te lleva a lugares sorpresivos de la canción, el otro piensa y siente distinto, por lo tanto la canción siempre va a otros lugares, en lo melódico y en lo armónico. Desde las letras, a veces uno tiene la idea pero no encuentra la palabra, y viene el otro y lo dice exacto. Eso es hermoso.
–Es de suponer que no será posible lograr ese encuentro con todos sus colegas.
–Hay una condición y es que haya empatía, confianza, amor, cariño, uno tiene que sentirse cómodo con el otro. Si se dan esas condiciones, la coautoría es algo muy divertido y muy acercador de las personas. Se crea un vínculo indestructible: vos ya diste a nacer algo con otro, algo que no existía y ahora existe, eso queda para siempre y te une a la persona con la que lo lograste. Yo tengo muchas coautorías, también con los músicos con los que trabajo. Con Patricia, además, somos compañeras, vivimos juntas y tenemos un proyecto de vida en común, con lo cual lo de crear también juntas se da un poco en forma natural. Como también se da en forma natural trabajar con el Pepe, encontrar ese compromiso social, eso que te trasciende y es más importante que tu pequeño trabajo. A mí me ha ayudado mucho a reivindicar mi trabajo desde otro lugar, a encontrarle un sentido a mi oficio.
–¿Qué va a extrañar de ese trato con Pepe Mujica, siendo presidente?
–¡Uy, cómo lo vamos a extrañar! Hasta verlo por la tele voy a extrañar, porque él por ahí decía algo que parecía sin pensar, o muy arrebatado, a veces hasta se peleaba con los periodistas. Pero cada cosa que el viejo dice es por algo. Si habla mal y dice puedamos en vez de podamos, también es por algo. Después te queda dando vueltas en la cabeza y te das cuenta de que nada en él es a la bartola. Para mí es un filósofo, tiene una profundidad y una sabiduría que le viene no sólo de lo que ha leído, también de lo que ha vivido. ¡La tiene re clara el viejo!
–¿Cuál cree que es su legado?
–Al legado de Pepe lo vamos a ir decodificando de a poco como sociedad. Yo creo que simbólicamente, en la cabeza de la amplia mayoría, el gobierno de Pepe nos deja la idea de que somos todos más iguales. Noto que hay un relacionarse más de igual a igual entre la gente, eso creo que fue una semilla que de a poco se fue sembrando y ojalá germine de acá en más. Por supuesto que hay un sector de la sociedad que nunca va a dejar de sentirse más, tampoco soy inocente. Pero siento que Pepe, con su ejemplo de austeridad y de profundidad, nos mostró que lo importante no es la forma sino el contenido. Cuando asumió, todo el Uruguay estaba preocupado porque con ese aspecto, con ese pelo, con ese modo de vestir, nos iba a dejar tan mal parados en el mundo. Y ahí se va el viejo, como uno de los presidentes más respetados. En el Uruguay, nos queda el Frente Grande. Y ojalá ahora el Pepe pueda abocarse a cosas que trasciendan el paisito, a la unión latinoamericana. Si alguien puede lograr algo en ese sentido, es el Pepe.
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