La colisión inicial entre bebida y vaso no dura más que seis segundos... suficiente como para predecir lo que viene: un inconfundible y certero disco de blues. “No encontré una intro mejor”, se ríe el cráneo de la criatura, Daniel Raffo, que acaba de lanzar al caos del mercado su segundo disco solista a la fecha. Raffo Blues, que así se llama, se compone de ocho piezas instrumentales propias, más una versión de “My sweet Lord”, de George Harrison, y otra de “My Mood”, de BB King. “Lo del trago es una invitación a escuchar esta amada música como en vivo, pero sin que se vean los músicos”, detalla el guitarrista y compositor, sobre la utilidad del brebaje que bien puede poner alma y cuerpo en escuadra para, por caso, entregarse a las finuras de “Ja- zzin’ the blues”, o al swing de “Planeta Shuffle” o “El festival de los elásticos”, tres de las destacadas creaciones de Raffo. “El estilo de ‘El festival...’ es swing tocado por un músico de blues. Quiero decir, melodía identificatoria al inicio y puerta abierta a la improvisación. Este tema lo hice hace muchos años y quedó ‘a la firma’, digamos”, comienza a desandar(se) el guitarrista, con treinta años de blues en sus espaldas.

–Por su swing, ¿“Planeta Shuffle” podría ser un tema hermano?

–Shuffle es el nombre del ritmo de ese tema. Sí, como millones de otros: “Before You Accuse Me”, “Sweet Home Chicago”, “El Tren de las 16” o “Café Madrid”. Los hay cuadrados o más suavizados por una cadencia de bajo haciendo walking bass, pero su nombre es shuffle. A nosotros nos encanta tocarlo bien cuadrado. Y este tema evoca un poco al “Close Together”, de Jimmy Reed, pero con algún plus en el uso de la voz como instrumento, porque incluí voces que no dicen palabras.

Otro tema que incluye voces sin decir palabras es “My sweet Lord”, de Harrison, que Raffo se tomó la licencia y el trabajo de arreglar, de llevar hacia su terreno. “La verdad es que me gustan mucho las blues ballads y ésta es una con una estructura que me gustó siempre. La imaginé hecho blues pero, claro, no podía faltar el slide, porque Harrison era una especie de mago con este accesorio y no quería que el tema, al cambiarle completamente el ritmo original, pierda la belleza de la melodía. Entonces convoqué a Santiago García y subí la apuesta del slide a la de un steel guitar”, explica Raffo. Y sigue con el tema de BB King: “Este tema lo vengo tocando desde 26 años, 8 meses y 12 días antes de la partida del Rey del Blues”, ríe el guitarrista que ironiza un “toc” con las fechas y números. “Y tiro más data: King Size debutó el 2 de septiembre de 1988 y yo ya hacía ‘My Mood’”, prosigue el bluesman, que casualmente está preparando una nueva edición del homenaje al creador de “The thrill is gone”: será el 16 de octubre en La Trastienda, con la presencia de veinte músicos argentinos. “En un momento pensamos bajar la fecha, pero luego dijimos ‘¿por qué no hacerla si llevo veintitrés años homenajeando a BB King?’”, dice el guitarrista.

–¿Cómo le impactó la muerte de BB King?

–Me dolió como la de cualquier ser querido y cercano. No será pariente ni amigo personal, pero acompañó gran parte de mi vida y me influyó mucho.

–“Jazzin’ the blues” bien podría ser un homenaje a él.

–Puede ser. Es un tema que solía tocar a dos guitarras con Ricardo Tapia en los shows acústicos y no sé por qué no lo tocaba con la banda. Soñaba con una flauta traversa pero me decía ‘¿y ahora quién podrá ayudarme?’ (risas). ¿Quién podrá tocar este instrumento con un solo que no se vaya del estilo? “Yooo”, dijo Zeta Yeyati en el estudio. Juro que miré al cielo agradecido.

–¿En qué contexto le salió el “Raffo Blues”?

–No sé, me gustaba la estructura. Pensé en hacer algo con la banda y luego dije “no, jamás hice un tema yo solo”. Traté de buscar el sonido adecuado, la compañía del trémolo, ese eco que suena en todo el tema para que se luzca. Lo encontré y salió. Eso.