MUSICA › EL MUSICO Y ACTOR COQUE MALLA DARA HOY SU PRIMER CONCIERTO EN LA ARGENTINA
El músico español, ex integrante de Los Ronaldos, concibe su gira como “una aventura”. Mostrará en Buenos Aires material de El último hombre en la tierra y de los anteriores discos de su carrera solista. “Aquí no soy nadie y soy todos”, señala.
› Por Karina Micheletto
Este será el primer concierto que Coque Malla dará en la Argentina, y dice que lo siente como una aventura, y también un aprendizaje, o más precisamente una oportunidad de descubrimiento. Músico y actor, conocido en España primero por ser parte de la banda de rock Los Ronaldos, cuando todavía era un adolescente, inició luego una carrera solista que mostró en discos como Termonuclear, Mujeres de Coque Malla y el reciente El último hombre en la tierra. Hoy a las 21, el cantautor –que ha asumido como nombre artístico el seudónimo bastante usado para los Jorges en España– se presentará en Boris Club (Gorriti 5567), junto a una banda armada especialmente para la ocasión: Nico Nieto en guitarra, Gonzalo Fuertes en bajo, Yamil Salvador en teclados y Sebastián Roascio en batería, más Matías Sorokin como invitado.
–¿Qué expectativas tiene ante un concierto en el que tocará por primera vez en la Argentina?
–No me lo planteo especialmente, pero es parte de la aventura. Es algo a lo que no estoy habituado, siendo conocido en España, tardé en salir a mostrarme afuera. No he tenido la valentía, la decisión o la inteligencia –o quizás parte de las tres cosas– de emprenderlo, en su momento. Tardé mucho en darme cuenta de que salir afuera del país es enriquecedor, eso me posibilitó conocer mucha gente, muchos músicos, muchas movidas. Ahora mismo vengo de tocar en México, y ha sido importante. Lo flipeante de salir afuera es que estás virgen, y la gente que te va a ver no tiene ningún prejuicio. En España soy el que cantaba en Los Ronaldos, o el que actuó en la peli con Penélope Cruz. Aquí no soy nadie, y soy todos: ¿a ver cómo suena este tipo, qué hace, cómo se mueve? Eso es lo más alucinante. Yo empecé a ser conocido en España siendo muy joven, tenía 16 años cuando explotamos con Los Ronaldos. Nos movimos mucho en esos años, creo que toqué en todas las plazas de España. A los españoles los conozco bien, y ellos a mí: cómo es cada público, cada región. Ahora es tiempo para mí de esta aventura, desconocida. Y de los viajes que he empezado a hacer, me llevé siempre ese sabor de lo nuevo, de algo que te obliga a no darlo todo por hecho. Tengo que agradecer estar en Argentina, y hacerlo habiendo podido armar una banda como esta, a Nico Nieto, que viviendo acá se encargó de todo, a María Váquez y la productora Music Factory, y a la Delegación de Cultura de Embajada de España.
– ¿Es más difícil siendo solista?
– Ese sarampión ya lo pasé, el de dejar la banda y saltar solo. Pasé de estar arropado y en familia, además protegido por músicos que eran un poco más grandes que yo, como hermanos mayores, a estar solo frente a todos. Digamos que ya enfrenté esa etapa.
– ¿Y qué aprendizaje le quedó de aquella etapa “en banda”?
– Aprendí todo lo que puede aprender un chaval de 16 años que de repente se encuentra cantando en una banda de éxito, muy conocida en su país. Es decir, mucho. Eramos una banda de rock callejera, juvenil, amábamos a los Rolling Stones. Y tuvimos mucho éxito en unos años en que en España no se había formado una gran industria; a excepción de un par de bandas que estaban muy, muy arriba, el resto, siendo muy populares, éramos todavía orquestas de pueblo. Había mucha pasta en el gobierno y un sistema que nos llevaba a todas las bandas de gira por las plazas de toda España. Creo que no me ha quedado plaza alguna por conocer. Estuvo bien, se ganaba dinero, pero se perdía convocatoria. Y a mí nunca me gustó tocar gratis. Era un sistema que no cerraba.
– El ser actor, además de músico, ¿le aporta a su carrera de cantautor?
– Más bien al revés. Ya cuando hice la primera película llevaba muchos conciertos encima y había aprendido mucho sobre lo que es comunicar, lo que es contar algo a un público. Así que supongo que el que más aprendió fue el actor del músico. Y al revés, seguramente que un poco también, porque todo es aprendizaje, y todo lo que aprendes lo muestras en escena. Ya sea como músico, o como actor.
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