El tango no está en los firuletes, en los zapatos ni en el “jetra”. Y mucho menos en la gomina. El asunto, saben bien los milongueros, está en el abrazo. Y eso es lo que propone la sexta edición del Festival de Tango del Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, Av. del Libertador 8151), que se realizará hoy a partir de las 16: abrazarse bailando, abrazarse con la música, con los cantores... Y abrazarse con el festival mismo, que se hace pese al desfinanciamiento que enfrenta la institución, como forma de mantener abierto un espacio de difusión para el género. Habrá peña de cantores con la guitarra de Juan Iruzubieta, clase abierta de baile, DJ, y una selección de músicos y orquestas de primer nivel: los quintetos de Pablo Agri, Javier González y Nicolás Ledesma (con María Viviana en la voz), Tango Bardo (con los cantores Hernán “Cucuza” Castiello y Osvaldo Peredo) y el clásico Sexteto Mayor.

“Este año es más simbólico que otras veces”, reflexiona la cantante Lucrecia Merico, quien oficia de programadora del Festival. “Desde 2011, dura siempre tres o cuatro días, pero esta vez dura uno sólo por el desfinanciamiento que tenemos en el Ecunhi”, justifica. “Es una forma de resistencia porque le pusimos mucha fuerza para instalarlo y no queremos perderlo”, cuenta. Y aunque –como todos los años– el Festival vuelve a contar con el apoyo de SADAIC y la Asociación Argentina de Intérpretes, considera que no buscan ser “pretenciosos” ni extenderse más allá de sus reales posibilidades.

“Para nosotros era importante apoyarlos, más con la cosa simbólica de buscar abrazarnos todos en la pista con el cantor, con la orquesta sonando, y armar así una cosa más colectiva”, reflexiona Lucas Furna, director de la agrupación Tango Bardo y participante de varias orquestas de raíz milonguera. Furna destaca que en el Ecunhi lo marcó presenciar la Milonga de la Liberación, que se hacía mensualmente con enorme afluencia de público y que –promete Merico– volverá en agosto.

Como músico, Ledesma señala la necesidad de AADI de “estar cerca de las expresiones musicales”, pero como tanguero advierte sobre los pocos espacios dedicados al género. “No hay muchos festivales. Está el de la Ciudad, el de La Falda, el de Justo Darac en San Luis y algunos esfuerzos independientes, pero como tanguero sufro esa poca gestión para festivales de tango”. Ledesma apunta también a la falta de apoyo de los grandes medios de comunicación. “Los ladrillos de Radio Nacional, de cantidad de teatros, se hicieron gracias al tango, porque no solo enriqueció la cultura sino también desde lo económico, y hoy los grandes medios le están dando la espalda”, critica.

En este contexto, sostener un espacio como el Festival del Ecunhi se vuelve imperativo. “No sé si el Estado está ausente. Me parece que en realidad mete palos en la rueda”, dispara Furna. “Los lugares para tocar, los caminos alternativos para desarrollarse por fuera de los grandes medios, te los cierran. Hicimos festivales barriales y te corre la policía de la calle, te cierran los bares”, describe.

El tango tiene que ser “para todos”, se entusiasma Merico, ya pasado el momento de analizar el contexto. “Por eso va a haber peña de cantores con un guitarrista parrillero acompañando a afinados y desafinados, porque cuando se hace una fiesta del género todo el mundo tiene que tener la oportunidad de participar”.