Metallica, Duran Duran, The Strokes, The Weeknd, Rancid, The XX, The 1975, León Gieco, Lisandro Aristimuño, Mad Professor, Palo Pandolfo, Campo, Bestia Bebé, Turf, Sara Hebe: la ensalada de artistas para el Lollapalooza Argentina 2017 anunciada ayer no podría ser más ecléctica. Puede interpretarse como una necesidad económica de abarcar la mayor diversidad de públicos o de honrar el concepto de “experiencia” con el que se vende el festival, como se quiera. Lo cierto es que el 31 de marzo y 1º de abril el Hipódromo de San Isidro será –vaya el lugar común– apto para todos los públicos y todas las edades. Y como es habitual, el anuncio hizo inundar las redes de comentarios a favor y en contra, de beneplácito por el demorado debut de Rancid en tierras argentinas o la presencia de un peso pesado (en todo sentido) como Metallica con disco nuevo, y protestas por la no concreción de la vanamente rumoreada presencia de Radiohead. Lo usual, incluyendo una de esas “polémicas” por la actuación de Gieco: discusiones de café llevadas al rebote de las redes sociales. ¿Acaso cambia en algo el historial de Gieco que actúe en Lollapalooza? ¿Dónde se gradúa la policía del estilo que dice qué está bien y qué está mal en el line up de un festival?

Banalidades aparte, a la altura de su cuarta edición, el capítulo local del festival creado por Perry Farrell hace un cuarto de siglo ya consiguió convertirse en un cita clásica y esperable de la primera porción del calendario argentino. Durante dos días, pasarán más cincuenta bandas por cinco escenarios, además de los espacios de gastronomía y temáticos como KidzaPalooza, en un clima de campamento más allá de los shows musicales. Quizá por eso se fueron agotando las instancias de venta de entradas previas al anuncio de los artistas -esa curiosidad de los tiempos modernos–, que ahora se complementa con el expendio abierto a través del sitio AllAccess, La Rural, Open 25 (Corrientes 902) y el estadio de Vélez (solo efectivo), a 1990 pesos los dos días y 4500 el VIP (los niños hasta 10 años ingresan gratis, acompañados por un adulto). Al menos hasta que se agote el cupo de la Preventa 3.

En lo artístico, como quedó dicho, el “Lolla” está diseñado para cubrir las expectativas de un público diverso. La patria punk no puede menos que celebrar la llegada de los californianos Rancid, aunque más de uno espera el anuncio de un “side show” que permita apreciarlos en un entorno cerrado. Metallica llegará por quinta vez en plena explosión de su nuevo disco Hardwired to self destruct, del cual ya se conocieron dos adelantos y tendrá edición oficial el 18 de noviembre; después de los algo discutibles shows de Albert Hammond Jr. y Julian Casablancas en el mismo lugar, al fin el público del Lollapalooza verá a The Strokes; The Weeknd –en rigor, el nombre bajo el que se presenta el canadiense Abel Makkonen Tesfaye– podrá demostrar la validez en escena de una mística armada a base de viralizar sus canciones en las redes; The 1975 y The XX pueden dar dos facetas bien diferentes de de lo que está sucediendo en la escena británica hoy; Duran Duran, veteranos de mil batallas, garantizan un perfecto espectáculo pop; Mad Professor llega con su aura de leyenda dub; Campo, el proyecto del Bajofondo Juan Campodónico, garantiza movimiento en la pista... En cuanto a los argentinos, vale apuntarse los horarios de Palo (que acaba de editar el soberbio Transformación), Bestia Bebé, la intensa rapper Sara Hebe, la invitación al baile de Poncho y el culto a la camnción de Aristimuño. Aunque cada uno, claro, armará su propio menú.