Jueves, 29 de septiembre de 2016 | Hoy
LITERATURA › SE INAUGURó ANOCHE EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE LITERATURA EN BUENOS AIRES
La escritora María Moreno brindó el discurso inaugural. Agradeció “todo lo que la literatura hizo con los cuerpos sometidos, violados, desaparecidos”. Uno de los ejes de la programación, que se extenderá hasta el próximo domingo, es “Cuerpo Presente”.
El cuerpo argentino que construyó anoche María Moreno, en la inauguración de la octava edición del Filba (Festival Internacional de Literatura en Buenos Aires), empezó por explicitar una demanda política ante el auditorio del Malba. “Cuerpo presente es un voto porque cuerpos vivos y cuerpos muertos se reporten; ningún NN, nunca más”. La escritora confesó que, lejos de las pretensiones esencialistas con que las ideas de “patria” o de “nación” arman sus modelos de pertenencia, ella prefiere ensamblarlo con “sus exclusiones, sus forajidos, “sus fuera de catálogo”. En la apertura del festival, que contará con la participación de Irvine Welsh (Escocia), Peter Cameron (Estados Unidos), Rae Armantrout (Estados Unidos), Marta Sanz (España), Héctor Abad Faciolince (Colombia), Rafael Gumucio (Chile), Mario Bellatin (México), Benjamin Stein (Alemania), Gabriela Alemán (Ecuador), Dani Umpi (Uruguay) y José Eduardo Agualusa (Agola), entre otros, Moreno destacó que ayer se cumplieron 40 años del día en que Vicky Walsh entró a la casa de la calle Corro, donde murió durante “un enfrentamiento con ese cuerpo que quisiéramos dejar afuera de estas jornadas, el del Ejército”. “Era su cumpleaños. Llevaba a su hija consigo. Un collar que le había regalado su hermana Patricia porque aún en una reunión de prensa clandestina puede irrumpir el amor -recordó la autora de El affair Skeffington-. No los invito a la conmemoración, palabra demasiado estatal, sino al recuerdo como en la literatura, como en las letras del tango y del bolero, donde tantos cuerpos se fusionan amorosamente”.
Uno de los ejes de la programación de esta edición del festival, que se extenderá hasta el próximo domingo, es “Cuerpo Presente”. En “Violentos, sucios y dominados: el cuerpo en América Latina”, Héctor Abad Faciolince, Gabriela Alemán y Gabriel Dalla Torre indagarán en las tramas del cuerpo en la narrativa latinoamericana contemporánea (hoy a las 18.30 en el auditorio del Malba). En “Excesos”, Irvine Welsh, Mariana Enriquez y Hugo Mujica hablarán sobre la literatura que surge de los excesos (el sábado, a las 18.30, en la Abadía). “Cuerpos en la selva” propone una fiesta con lecturas, performances y canciones con Naty Menstrual, Jacki Ludueña, Charlee Espinoza, Paz Berti y la música de Sentime Dominga (el sábado, a las 21, en el Matienzo). Moreno analizó dos textos de Rodolfo Walsh: “Carta a Vicky” y “Carta a mis amigos”. “Walsh no da por sentada la inhumación del cuerpo de su hija o la desmerece por provenir de la burocracia enemiga en carácter de excepción, por tanto no espera nada de la ley jurídica aunque toda su obra se dedique a interpelarla”, planteó la escritora. “Si la dimensión trágica reside en los deslizamientos que produce en los dos textos entre su condición de padre, periodista y compañero, Walsh se permite, utilizando la clandestinidad del militante, realizar un ritual de duelo ‘gloriosamente suyo’. Y es ver el último paisaje divisado por Vicky en el momento de su decisión ‘con sus mismos ojos’, sustituyendo el cuerpo masacrado, como si fuera posible darle vida y, al mismo tiempo, imaginar la corporalidad del enemigo y ensayar la propia muerte, a la manera de un juicio a solas cuyas leyes no son las mismas que las públicas”.
Incisiva y brillante, con la ironía afilando sus interpretaciones, Moreno agradeció “todo lo que la literatura hizo con los cuerpos sometidos, violados, desaparecidos; y por cómo fueron las ficciones las que permitieron evadirse del cautiverio, salirse del cuerpo y de la vida sin rango de vida hacia otros cuerpos y otras vidas, sin límites hacia las zonas de la imaginación donde el Poder desaparecedor no sólo no es poder, sino que no está”. Y expuso un ejemplo, el recuerdo de Lila Pastoriza, sobreviviente de la ESMA: “Conversábamos de cucheta a cucheta. Imaginábamos qué actor de Hollywood encarnaría a cada represor. Pensábamos que no sobreviviríamos pero soñábamos un contrato cinematográfico, con nosotras como guionistas”. La escritora subrayó que la primavera democrática “no floreció en géneros variados” y que proliferó el realismo. “La no ficción pegaba la novela al documento, la lengua flaqueaba. El autor se agregó las jinetas de cronista, como garante del cumplimiento de la ley jurídica, donde el periodismo se homologaba a periodismo político, la verdad coincidía con la sentencia y el estilo instalaba un ademán ascético y apolíneo, como si adoptar una lengua no instrumental para los derechos humanos fuera una violación de los mismos en el corazón de una lengua herida a través de las nuevas acepciones de la palabra ‘desaparecido’. Como si para contar ciertas cosas hubiera que renunciar a los goces de la retórica y el uso del español debiera limitarse, en una suerte de voto de abstinencia, a su mera funcionalidad, a la manera de un ritual de duelo que no cesa”.
Moreno rescató una advertencia de Josefina Ludmer sobre el astrólogo de Los siete locos, que volvió en las ficciones reales –las de la historia y la política– como (José) López Rega. “La puesta en movimiento del duelo no es olvido sino levantamiento de fronteras en la lengua. Si el realismo apolíneo en los primeros relatos aparecidos en democracia parecía un síntoma con el fantasma titánico del testimonio y el imperativo de representación del Otro mítico –el santo grial obrero, el pobre del conurbano, la vida prostibularia, la tierra adentro– hoy el derretimiento del duelo es puesta en cuestión del realismo”.
* Toda la programación en www.filba.org.ar
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.