Viernes, 27 de octubre de 2006 | Hoy
MUSICA › THE BAD PLUS DEBUTA EN LA ARGENTINA CON UN SHOW EN LA TRASTIENDA
“A la policía del jazz no le gusta The Bad Plus”, dice el pianista Ethan Iverson, quien junto al bajista Reid Anderson y el baterista David King lleva adelante un experimento que abreva de varias fuentes para sorprender.
Por Roque Casciero
El quinto y más reciente álbum de The Bad Plus se llama Suspicious Activity? (“¿Actividades sospechosas?”), inspirado en la paranoia por la seguridad que vive la sociedad de hoy, especialmente la norteamericana. Pero este trío del oeste medio de Estados Unidos bien podría estar hablando sobre sus propias actividades, porque le ha insuflado ritmos y actitud rockera a su natural sensibilidad jazzera. Ethan Iverson, pianista de la banda, se ríe y presta su acuerdo, pero después pregunta si el cronista piensa denunciar a The Bad Plus ante las autoridades por mezclar jazz y rock. ¿Será que existe la “Jazz Police” de la que hablaba Leonard Cohen? “A la policía del jazz no le gusta The Bad Plus”, sentencia Iverson. Hora de comprobarlo en vivo, porque el heterodoxo trío que ha hecho versiones de Nirvana, Pixies, ABBA y Aphex Twin tocará hoy y mañana en La Trastienda, como parte del ciclo Martini-Tribulaciones Music Tour 2006.
Las actividades sospechosas del trío que completan el bajista Reid Anderson y el baterista David King comenzaron a fines de 2000 y recién un año más tarde lograron su primer contrato discográfico, con un sello independiente español que publicó el debut epónimo. Pero un concierto en vivo convenció a Columbia de fichar a The Bad Plus y éstos no pararon de crecer en sus siguientes discos, These are the Vistas, Give, Blunt Objet y el reciente Suspicious Activity? “Nunca intentamos encontrar un lugar en el mainstream, sucedió casi espontáneamente”, asegura Iverson. “Empezamos a tocar juntos pensando que teníamos un sonido único y que debíamos explorarlo. Y sucedió que empezó a ir a vernos mucha gente joven, que quizá no sabe demasiado sobre jazz... cosa que me parece fantástica.”
–¿Eso se produjo por el hecho de que introdujeron en el jazz un lenguaje rockero y por los covers que eligieron?
–Seguramente, pero no fue a propósito. Lo de los covers se dio naturalmente. A lo largo de la historia, los músicos de jazz siempre han hecho versiones, pero debe haber algo particular en la forma en la que los hacemos nosotros por la cual la gente les presta más atención. Y supongo que eso tiene que ver con que tanto nuestros covers como nuestro material original está recorrido por una sensibilidad rockera. David y Reid crecieron tocando rock’n’roll y nosotros podemos poner toda esa información en lo que hacemos. No tenemos por qué esconder nada de eso. Además, Brad Mehldau comenzó a tocar temas de Radiohead antes de que The Bad Plus se hiciera conocido, por ejemplo, así que no es tan raro. Si tenemos algo de pioneros, tiene que ver con el hecho de que sonamos a algo auténticamente rockero cuando hacemos rock. Dave es un baterista rockero de alto nivel, mientras que la mayoría de los bateristas de jazz no pueden tocar rock. Simplemente no les sale. En cambio, cuando nosotros tocamos rock, es real.
–¿Eso es lo que los destaca del resto del jazz?
–Eso y que los tres colideramos la banda: cada uno puede hacer lo que quiera y eso incluye opinar sobre los arreglos, la composición, todo... No somos un pianista acompañado por un bajista y un baterista, que es lo que suele suceder con bandas con nuestra formación. Espero que nuestra influencia sea que la idea de ser una banda con liderazgo compartido pase a ser más aceptada en el mundo del jazz. Eso es bastante común en el rock.
–Usted es de Wisconsin y sus compañeros, de Minnesota. ¿El ser del oeste medio de Estados Unidos ha tenido influencia en su música?
–Absolutamente. Creo que The Bad Plus es el sonido de algo muy del oeste medio, amigable pero al mismo tiempo loco, como los hermanos Cohen o David Lynch. Creo que saber que ésa es nuestra cultura ayuda a apreciar realmente a The Bad Plus. Claro que no es necesariamente una gran cultura... (risas). No sé bien cómo describirla: es muy insulsa, pero es amable, y puede haber surrealismo a la vuelta de la esquina.
–Ustedes tocaron juntos por primera vez en 1990, pero recién armaron The Bad Plus una década más tarde. ¿Qué hizo usted en ese tiempo?
–Una de las cosas que hice fue tocar en una banda de tango, New York Tango Trio. Todo surgió cuando respondí a un aviso en un diario que habían puesto el bajista argentino Pablo Aslan y el bandoneonista uruguayo Raúl Jaurena. Toqué en trío con ellos durante unos cuantos años: era el único gringo de la banda. Luego Aslan y yo armamos otro trío, Avantango, con el saxofonista Thomas Chapin (N. de la R: el disco Y en el 2000 también, de Avantango, tuvo edición argentina). Ahora no escucho tanto tango como lo hacía a mediados de los ’90, pero es una influencia importante en mí. Hay cosas que toco en el piano que están basadas en Osvaldo Pugliese y Horacio Salgán, por ejemplo.
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