El trío es la célula básica del jazz. Pero el trío que mañana a las 22 tocará en Thelonious (Salguero 1884) está lejos de ser un grupo típico. Por un lado, nuclea a tres de los solistas más importantes del jazz argentino actual. Por otro, omite la batería. Y, además, el saxofonista Luis Nacht, la pianista Paula Shocron y el contrabajista Jerónimo Carmona tocarán, sobre todo, sus propias visiones de músicas creadas por el Cuchi Leguizamón. “La conformación de un grupo tiene mucho que ver con las posibilidades”, explica Nacht. “Pero, una vez que el grupo está elegido, eso modifica la música. Yo no sé si con otro grupo la propuesta musical sería la misma. En este caso, tanto Paula como yo tenemos un contacto fluido con la música de tradición folklórica rural y abordar la obra del Cuchi era natural y atractivo para nosotros.”
El concierto, en el que también habrá composiciones propias de Nacht y de Shocron pero “con raíz folklórica”, lleva como título la cita a otro título. O, mejor, a dos. Folk Songs –“es que todas las canciones son folklóricas y el jazz también lo es”, acota Nacht– remite a un disco extraordinario grabado por otro trío, el conformado por Egberto Gismonti junto a Charlie Haden y Jan Garbarek y, también, a las Folk Songs de Luciano Berio. “Cuando escuché a Garbarek en esos discos fue una revelación. Pero lo interesante es que cuando uno toca con unos músicos o con otros, a uno le cambia la manera de tocar. Yo no toco igual cuando toco en este trío y tampoco Paula toca igual que cuando lo hace con su cuarteto. En este caso el toque no es tan jazzístico o, por lo menos, no está tan pendiente de la marcación del ritmo ya que, de hecho, decidimos no usar percusión. Pienso más en lo que no tengo que tocar que en lo que tengo que tocar. La idea, además, es rescatar esa idea de que toda música es propia y de que todas las músicas propias entran en la música que uno hace”, reflexiona el saxofonista.
Nacht tiene ya dos discos editados, por el sello independiente BAU, y encuentra que la publicación de grabaciones y el hecho de que ciertos nombres propios empezaran a aparecer en la consideración de un cierto público curioso y atento a las novedades musicales, hizo que el mundo del jazz argentino cambiara mucho en los últimos años. “No es que antes no existiera el jazz; siempre hubo buenos músicos que lo hacían muy bien”, dice. “Pero lo que apareció en los últimos años, con mucha fuerza y como un rasgo bastante general, fueron búsquedas mucho más personales. Músicas que ponen en primer plano la propia visión del mundo.”