4- Return of the champions
Queen. EMI, 2005
El ego extiende cheques que el cuerpo no puede cubrir: la resurrección en vivo de Queen se pretende como un “retorno de los campeones”. Pero esta media banda de Brian May/Roger Taylor no sólo suena aburrida, sino que agrega el insulto de Paul Rodgers, a quien las zapatillas de baile de Freddie Mercury le quedan tan grandes como una tabla de surf. Están las canciones de siempre, pero falta el espíritu: antes que exponerse a esta goleada, los “campeones” deberían haberse quedado en casa.
E. F.
9- Ginastera: Estancia
Josep Pons Harmonia Mundi, 2005
Pensar la música de Alberto Ginastera como una apuesta nacionalista es restarle, precisamente, aquello en que se diferencia del lugar común. En este Cd, la Orquesta Ciudad de Granada, con Josep Pons al frente, ofrece versiones ajustadas y expresivas de las extraordinarias Variaciones concertantes y el bellísimo Concierto para arpa –con Magdalena Barrera como solista–, además de cuatro danzas del ballet Estancia –entre ellas el impactante malambo final– y la Obertura para el “Fausto” criollo.
D. F.
9-Music from two basses
Dave Holland / Barre Phillips. ECM, 2005
Nunca reeditado hasta el momento, este disco de 1971 es una de las joyas mayores de un catálogo exquisito. ECM es el sello en que graba Jarrett, el que descubrió a Pat Metheny y el que le reveló al mundo los nombres de Gismonti y Saluzzi. En ese contexto no es fácil sobresalir y, aun así, esta aventura a dúo de dos virtuosos en un instrumento al que rara vez se le presta atención es un punto altísimo. Dave Holland y Barre Phillips, con una interacción notable, se regodean en un espacio tan íntimo como pleno de sorpresas.
D. F.
8- Otro día en el planeta Tierra
Intoxicados. Soy rock, 2005
Haciendo abstracción del plus de honestidad freak que aporta Pity Alvarez, hay en este cd virtudes que trascienden la complacencia con el personaje. Lejos del estereotipo stone suburbano de Viejas Locas, Otro día... intensifica el cruce de ritmos (reggae, rock and roll, hip hop, folk) sin transgredir el esquema de la canción básica. Una suerte de mística conceptual atraviesa el disco, que también puede disfrutarse en dosis homeopáticas, escuchando, según el momento, Señor kioskero, Te la vamos a dar o Fuego.
F. D.