LITERATURA › PAOLA KAUFMANN GANO EL PREMIO PLANETA 2005
El monstruo y sus paradojas
Por S. F.
Detrás del seudónimo Ana Mullin se escondía la escritora y bióloga argentina Paola Kaufmann, ganadora del premio Planeta de Novela 2005 (dotado con 100 mil pesos), con El lago. “La entregué el día en que vencía el plazo porque estaba bastante atascada con el final –confesó la autora de 36 años–. Llegué justo a tiempo.” Elegida entre los 265 trabajos originales presentados, la novela, definida como “un juego de alegorías”, está ambientada en la década del ’70. Un grupo de paleontólogos llega a Bariloche con la misión de encontrar, en el fondo del lago Nahuel Huapi, al famoso monstruo Nahuelito. Pero irán descubriendo otro tipo de monstruosidades, relacionadas con el nazismo y los horrores de la dictadura militar. “El relato da vueltas alrededor de la necesidad de identificar al monstruo, de precisar aquello que surge al preguntarse qué es, y de ver qué pasa cuando uno le pone nombre, le saca esa cualidad de monstruoso y pasa a ser algo distinto”, señaló Kaufmann, doctora en neurobiología y autora de otra novela, La hermana, que en 2003 recibió el premio Casa de las Américas en Cuba.
Kaufmann dijo que escribe desde siempre, pero que nunca se planteó hacerlo de manera firme y seria hasta que en 1995 se inscribió en el taller de Abelardo Castillo, quien también fue premiado en reconocimiento a su trayectoria literaria durante la ceremonia de anuncio del galardón, que se realizó el sábado pasado en el Hotel Alvear. La periodista Magdalena Ruiz Guiñazú –miembro del jurado junto con la escritora española Rosa Regàs y el argentino Martín Caparrós– fue la encargada de entregarle el premio a la ganadora. El Planeta de Novela quedó marcado por la polémica cuando este año la Corte Suprema de Justicia confirmó el fallo por el que condenó al escritor Ricardo Piglia y a la editorial Planeta a pagarle una indemnización de 10.000 pesos al novelista y arquitecto Gustavo Nielsen, que en 1997 “perdió” la posibilidad de hacerse acreedor del galardón con El amor enfermo porque el premio habría sido direccionado para que resultara ganadora la obra Plata Quemada. Quizá esta supuesta direccionalidad sea una de las causas de la baja cantidad de originales presentados si se lo compara con otros premios de similar magnitud (Alfaguara, Clarín, La Nación) en los que las cifras rondan o superan con holgura los 1000 trabajos presentados.