El campo es fértil y diverso, sólo falta dar un paso más allá. El desafío es atravesar ese primer círculo de lectores intensos para incorporar lectores curiosos, inquietos, que saben poco o nada de las propuestas que tienen la mayoría de los sellos independientes. La III Feria de Editores –que se realiza hoy en FM La Tribu, organizada conjuntamente por la radio y Ediciones Godot, con entrada libre y gratuita– es un espacio de encuentro directo con las colecciones de autor; libros que hasta el momento no se habían editado en español, ficciones “anómalas” o extrañas –eso que despachamos en el rubro “rarezas”–; ensayos duros pero de lectura más accesible; poesía para atesorar y joyitas variadas y bien surtidas. El catálogo de treinta editoriales, como Bajo la luna, Caja Negra, La bestia equilátera, Mardulce, Interzona, Marea, Páprika, Letranómada, Blatt&Ríos, Conejos y Momofoku, entre otras, estará disponible con importantes descuentos.

Víctor Malumián, uno de los fundadores de Ediciones Godot en 2008 junto con Hernán López Winne, cuenta a Página/12 que esta feria nació a partir de la necesidad de lograr “un feedback de primera mano” con los lectores. “Nos parecía interesante generar un espacio donde nos juntemos con otros editores que están en la misma que nosotros en un montón de sentidos, no sólo en la edición independiente; editores que también están buscando hacer buenos libros, con buen papel; que la editorial crezca y sus libros jueguen en las primeras ligas, que compitan en Yenny y traten de llegar a un público más amplio –plantea Malumián–. Se trata de juntar estas dos necesidades en un mismo espacio, además de aprovechar la excusa para dar a conocer y vender nuestros libros.” Hay una sinergia de proyectos estimulantes entre los sellos expositores como Fiordo, Elefante Blanco, Gourmet musical, Letra sudaca, Mil botellas, Libraria, Nulú Bonsai, Wolkowicz, Las cuarenta, Malisia, Aquilina, La marca, Eme, Pixel, La caída, Palabras amarillas, Dedalus y Criatura.

“Qué mejor que una feria de editores independientes, que cada uno conoce perfectamente su catálogo –y de hecho conoce muy bien el catálogo de los colegas– para que te recomienden libros. A eso le sumamos descuentos en el precio de los libros”, agrega un Malumián que derrocha entusiasmo. “A Godot lo lee mucho el público académico, aunque ahora estamos publicando un poco más de ficción para abrir el panorama, porque nosotros estamos muy anclados en la filosofía política y en la sociología. Hemos publicado textos que no estaban traducidos al castellano de (Slavoj) Zizek, (Mijail) Bajtín, (Valentin) Voloshinov y Walter Benjamin”, enumera el editor. “La Feria la pensamos muy diversa. Hay editoriales como Bajo la luna, que publica de todo pero es muy fuerte en poesía; Gourmet musical, muy fuerte en los ensayos de música; Caja negra, que te publica sobre cine y música; o Blatt&Ríos, con una ficción más amable y contemporánea... El desafío que nos planteamos desde Godot es cómo llegar a ese segundo círculo de gente que le gusta leer, que lee muy activamente, pero que no está mirando esto ni tiene una idea clara de qué es Godot o Caja negra. Si logramos llegar a ese público, va a ser un golazo”, confiesa Malumián y menciona como ejemplo a una editorial que cree que ha logrado ese golazo: Adriana Hidalgo.

¿Cómo conquistar más lectores sin bajar las banderas de la calidad? “Esa es la gran pregunta que nos hacemos, pero todavía no tenemos una respuesta precisa”, advierte Malumián. “Sin perder las raíces de Godot, estamos sacando algunos libros más amables, como Tres guineas de Virginia Woolf, que creemos que lo puede leer otro tipo de lectores. Somos conscientes de que, por más hábil y competente que sea un lector, lo que pasa con los libros de Godot es que requieren de otras lecturas previas. Hace poco sacamos la correspondencia inédita entre (Eric) Auerbach y Benjamin. Esa correspondencia da cuenta de un registro de época y se puede leer sin necesidad de antecedentes. Sé que tenemos un techo por el tipo de libros que nos gusta publicar, pero estoy seguro de que estamos muy lejos de ese techo. Cada vez que sacamos un nuevo libro nos preguntamos: ¿podemos llegar al segundo círculo? Cómo hacemos para, sin abandonar la esencia de los libros que nos interesa editar, lograr ser más masivos. Creo que estamos dando pequeños pasos, pero falta todo un camino por recorrer.”

El editor de Godot ilustra con otro ejemplo de cómo acceder a ese segundo círculo de lectores con el libro Generación Hip-Hop de Caja Negra. “Cuando publicaron ese libro, en vez de presentarlo en la Biblioteca Nacional con tres académicos hablando de música, se fueron al espacio de Tecnópolis donde están los pibes andando en skate, hicieron una jam con rapers y llegaron al público que tenían que llegar. Y rompieron un montón de prejuicios porque es un libro grande (608 páginas) y no falta quien piense: ‘ah, estos pibes que andan en patineta no leen nada’. ¡No, les re interesa! El libro no sólo llega al público que tiene que llegar, sino que generás un capital simbólico para tu editorial.”