La vuelta de Festín Mutante, un ciclo mensual de poesía y narrativa contemporánea creado por Juan Rux en la ciudad de La Plata en 2010 –concebido no sólo como forma de difusión de las nuevas voces, sino también como un hecho artístico que combina instalación visual y obra sonora–, que se presentará hoy a las 18.30, con entrada libre y gratuita en el Patio del Aljibe del Centro Cultural Recoleta (CCR), es como un renacer del ciclo, “su segunda vida”, después de varios meses de pausa y luego de haber desparramado el ritual de la literatura festiva por muchas ciudades del mundo como San Pablo (Brasil), Barcelona (España), Berlín (Alemania), Praga (República Checa); Iquique, Arica, San Pedro de Atacama y Santiago (Chile), Tacna (Perú), Quito (Ecuador) y Montevideo (Uruguay), entre otras. “Es una especie de regreso, como quien regresa de la muerte más vivo que nunca, rumbo a celebrar su sexto año”, dice Rux. La fiesta promete agite con las lecturas de Valeria López Muñoz, Malena Vilches, Luis Marecos, Arlén Poulille, Lucas Santamarta, Caterina Scicchitano y Juana Isola. Además habrá audiovisuales de Santiago Pontoni y Francisco Bitar y el corto Resplandores del futuro, y música en vivo de Bestia, dúo integrado por Vero Gerez y Paloma Iturri.

“En los últimos años, los ciclos de lectura ocuparon una función central en el campo literario; funcionaron como mesa de intercambios de lecturas, potrero para escritores jóvenes, punto de encuentro y conversatorio de nuevos proyectos para muchos escritores y editores de la escena actual”, cuenta el escritor, editor y gestor cultural Iván Moiseff, a cargo de la programación literaria del CCR. “Ciclos como Festín Mutante de Juan Rux fueron fundamentales para ayudar a hacer crecer escenas literarias como la de La Plata, donde hoy uno encuentra proyectos increíbles que van desde el colectivo de escritoras Las Pibas al movimiento cultural de Malisia, pasando por editoriales completamente fascinantes como la artesanal Barba de Abejas o el sello de literatura por correo Fantasma. De la misma manera que el ciclo ‘El Club del Quiebre’ es un radar de nuevas voces o ‘No lo Intenten en sus casas’ una celebración de la literatura”. “El Club del Quiebre”, ciclo de poesía y música que rastrea nuevas voces y movimientos de la literatura actual, curado por Tuti Curani, Enzo Campos Córdoba y Deni Rodríguez Ballejo, se presentará el jueves 17 de noviembre a las 18.30 en el CCR. También participarán artistas visuales y músicos que crearán ambientaciones a partir de un título disparador, que en esta ocasión será “Tumba y furor”.

El año literario del CCR terminará, el jueves 15 de diciembre a las 18.30, con otro regreso que puede ser la despedida final o un nuevo principio. “No lo intenten en sus casas: edición especial”, ciclo de lecturas y música curado por Christian Broemmel y C. Castagna. “Desde la programación, el Recoleta busca ser un lugar para la literatura”, explica Moisseff a Página/12. “Cada mes se presenta un ciclo literario, hay talleres, residencias y estamos planeando actividades en el verano que crucen literatura y jóvenes lectores. Además, y acompañando el resto de la programación, se busca que parte del centro funcione como un laboratorio y espacio de encuentro y acción, incentivando los cruces y el trabajo conjunto entre las letras y otras disciplinas como las artes escénicas, las visuales, el cine y la música”.

Moisseff, autor de la novela La naturaleza es la iglesia de Satanás y creador de la editorial Clase Turista, menciona un puñado de voces emergentes “completamente fascinantes” como Candela Benedetti, Chica Desario, Tuti Curani o Malén Denis, entre otras de una larga lista. “Son voces donde se cruzan la poesía y el cuaderno de notas, poemas que hacen resonar un plano muy extraño y cautivante, donde parece solaparse el inconsciente, la ansiedad, cierta dinámica loca del deseo, el reino de Internet, la metafísica y como un ruido de fondo tenebroso de la época”, plantea el escritor. “Uno agradece vivir en este tiempo, saber que todavía tienen mucho por escribir y, uno, por leer. Eso desde el texto, pero también desde el hacer hay toda una generación de escritores-editores-gestores que además de escribir generan espacios para los demás, creando ciclos, ferias, blogs y otros puntos de difusión y encuentro. Es decir, además de la escritura traen también una sensibilidad del hacer y de la colaboración, que fueron claves en estos últimos diez años, donde se multiplicaron las pequeñas editoriales y se expandió el campo literario. Como explicó Martín Castagnet, citando a Maximiliano Papandrea, en la última residencia de literatura que se hizo en el Recoleta junto al Filba: ‘Editar es compartir’”.