Miércoles, 27 de junio de 2007 | Hoy
LITERATURA › ELENA PONIATOWSKA GANO EL PREMIO ROMULO GALLEGOS
La escritora y periodista mexicana obtuvo la distinción, una de las más importantes en lengua española, por su novela El tren pasa primero, un homenaje a los trabajadores del ferrocarril.
Por Silvina Friera
“La princesa roja”, como la llama su familia europea por su origen noble y su preferencia hacia el socialismo, ganó ayer la XV edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos con El tren pasa primero (Alfaguara), elegida entre las 228 obras presentadas por dieciocho países. “Me siento muy feliz, este premio llega en un momento muy importante de mi vida”, dijo la escritora y periodista mexicana Elena Poniatowska. “Fue algo inesperado porque fue la editorial la que mandó el libro”, añadió la ganadora, que el próximo 2 de agosto –fecha en la que se celebra el nacimiento de Gallegos, escritor, periodista y ex presidente de Venezuela–, recibirá una medalla de oro y los 100 mil dólares del galardón, uno de los más importantes en lengua española que han ganado, entre otros, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Roberto Bolaño. El jurado –integrado por los españoles Juan Madrid e Isaac Rosa, los venezolanos Luis Britto García y Luis Navarrete y la hondureña Helen Umaña– destacó la “densidad temática y estilística” de la obra –una reconstrucción del escenario y los personajes que protagonizaron una huelga ferroviaria que paralizó a México en 1959–: “Compendia la narrativa intimista y la novela coral, combinando con rara maestría la tensión poética con un lenguaje certero y coloquial y la austeridad descriptiva”.
A diferencia de aquellos escritores que minimizan la importancia que tienen los premios, la autora de La noche de Tlatelolco (la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968) fue categórica al reconocer que los premios la animan a seguir escribiendo. “Llega en un momento en que me quedan algunos años de vida y varios libros en el tintero. Quiero ver crecer a mis nietos y a todos los niños del mundo. Quiero que toda la gente tenga las mismas oportunidades”, señaló esta mujer menuda y simpática –con ese aire de abuela progre y piola que muchos desearían tener–, que nació en París en 1932 (Hélene Elizabeth Louise Amèlie Paula Dolores Poniatowska Amor es su nombre completo) y que llegó al mundo con un título de la nobleza polaca bajo el brazo, porque su padre, Jean Evremont Poniatowski Sperry, era heredero de la corona polaca, exiliado en Francia. La escritora recordó que cuando era muy joven entrevistó a Rómulo Gallegos (1884-1969). “Me acuerdo que me dijo que no se había pasado al bando de los dictadores”, en alusión a los gobiernos autoritarios venezolanos del pasado siglo, agregó Poniatowska, que admitió que tiene un vivo recuerdo de aquel encuentro. “Era un hombre alto, flaco, muy austero –precisó–; parecía que tenía todo el control de sí mismo. Parecía un asceta.”
Respecto de su obra premiada, la escritora subrayó que “esta novela es un tren que ya llevaba mucha velocidad, que va rumbo a estaciones llenas de flores, llenas de gente que todavía espera el tren”. En El tren pasa primero, Poniatowska narra la lucha de un héroe del movimiento obrero, Demetrio Vallejo, líder de los ferrocarrileros, que en 1959 colapsó el país con un paro nacional que la propia Poniatowska siguió como periodista y que traslada al mundo de la ficción en el personaje de Trinidad Pineda. La autora combina en esta novela los recursos del testimonio, la narrativa histórica y la biografía novelada para entrelazar la historia de un movimiento social con la vida pública y privada de su líder. Convencida de que “la revolución mexicana se hizo en tren”, su novela es un homenaje a los trabajadores del ferrocarril, de cuya desaparición en México la autora se lamenta profundamente.
Sus amigos y maestros Octavio Paz –que la llamaban “La princesa rebelde”–, Juan Rulfo, Luis Buñuel y Carlos Fuentes, entre otras destacadas personalidades de la cultura, llegaron a pensar que la historia de México tendría menos sentido sin los textos de Poniatowska, que lleva publicados más de 35 libros de diversos géneros –traducidos al inglés, francés, italiano, alemán, polaco, danés y holandés– en los que retrata crudamente la realidad de su país desde diferentes ángulos. En La noche de Tlatelolco narró la matanza estudiantil de 1968 (donde murió un hermano de Elena, de 21 años); en Hasta no verte Jesús mío reprodujo la voz de Jesusa Palancares, una mujer que participó de la revolución mexicana; en Tinísima, que le llevó diez años de trabajo, noveló la vida de la fotógrafa italiana Tina Modotti, y en Octavio Paz. Las palabras del árbol dio forma a una extensa carta dirigida al Premio Nobel de Literatura, a quien la unió una larga y estrecha amistad.
Poniatowska anunció que acaba de terminar Amanecer en el Zócalo (Planeta). En el libro cuenta cómo se vivió en la capital mexicana el “plantón” que decenas de miles de simpatizantes del ex candidato presidencial de izquierda Andrés Manuel López Obrador realizaron de julio a septiembre de 2006 en la capital mexicana contra el presunto fraude electoral en las elecciones presidenciales. Según la escritora, muy cercana a López Obrador, el conservador presidente de México, Felipe Calderón, “tendrá el poder, pero creo que Andrés Manuel tiene a la gente”, comparó la autora de La piel del cielo, novela con la que ganó el Premio Alfaguara 2001. Además, recordó que el ex candidato de la izquierda encabeza “el movimiento de los mexicanos más pobres”, al que se han unido ya 800 mil personas. Primera mujer que recibió el Premio Nacional de Periodismo en México, en 1979, Poniatowska anticipó que el próximo domingo acudirá con López Obrador al Zócalo de la capital mexicana, a un año del fraude electoral que denunció la izquierda mexicana y al que ha dedicado en los últimos meses buena parte de la energía que suele poner en la literatura.
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