“¡Escupan la versión anterior como si fuera un mal gusto en la boca! ¡Esta sí es excitante!” El comentario de un usuario, levantado por el sitio www.imdb.com, les da razón a los ejecutivos del sello Universal, que con la nueva versión de Hulk: el hombre increíble se propusieron borrar del mapa la anterior, demasiado arty y demasiado psi para su gusto y el de los fans. El fracaso de aquella versión, escrita por James Schamus y dirigida por Ang Lee, había puesto al sello en peligro de no sacarle más el jugo a una franquicia todavía muy redituable. A esta nueva le redujeron al mínimo el componente psi, apostando en su lugar al tachín tachín. Los atragantados fans pudieron escupir el mal gusto de lo arty y lo psi, excitándose otra vez (como en aquellos dorados días de la tele) con gruñidos, gritos, hipermúsculos, golpazos y, ahora, digitalización a destajo.

En esta política de retorno a lo básico, un nombre clave es el de Zak Penn, especialista en superhéroes de la Marvel y Stan Lee, que escribió antes la primera de Los cuatro fantásticos y la segunda y tercera X-Men, así como varias más que vienen en camino. La segunda clave es el director francés Louis Leterrier, que en El transportador y Danny the Dog demostró buen pulso para el género. Finalmente, claro, Edward Norton, nombre de prestigio para un producto popular. Ese tiro salió un poco por la culata: disconforme con el corte final, Norton desertó de la promoción de la película y la dejó librada a su suerte. Pero, según cantan las recaudaciones del primer fin de semana, la suerte no le fue esquiva a Hulk: el hombre increíble. Ahora sí, la pregunta: ¿es buena esta nueva versión? En opinión de este crítico, lo que está bien es la primera media hora, más o menos. Allí, el guión de Zak Penn construye un Bruce Banner conflictuado, no tan lejano de la anatemizada versión Lee-Schamus. Refugiado en la favela carioca de Rocinha (¿?), Banner se desespera por encontrar el antídoto para esa contaminación con rayos gamma que lo convierte en una bestia verde de tres metros de altura y casi lo mismo de ancho cada vez que se enoja por cualquier pavada. Pero el antídoto no aparece.

El general de la CIA Thaddeus Ross (William Hurt) aporta una bienvenida oscuridad. Por su culpa, Banner padece lo que padece, producto de un maquiavélico experimento, destinado a convertir a cada soldado yanqui en monstruo asesino. En Rocinha, cuando un comando conducido por Ross llega en busca de Banner, Leterrier inyecta sobre la acción trepidante dosis parejas de hormonas, de ballet y de cálculo, aprovechando magníficamente las callejuelas, hacinamiento arquitectónico y declives de la favela. Pero el interés decae a medida que el relato se estabiliza, con el personaje de la doctora Ross (ahora, Liv Tyler) cumpliendo otra vez funciones decorativas. La tortura interior de Banner va siendo aplastada por el monstruo verde que le sale de adentro. Cuando el mercenario Emil Bronsky (Tim Roth) se convierte en una suerte de Hulk malo llamado Abomination, ambos se trenzan en una versión XXL de Titanes en el ring y tiran abajo medio Harlem. Parte, tal vez, de una drástica política de limpieza racial pre-Obama.

6-HULK: EL HOMBRE INCREIBLE

(The Incredible Hulk, EE.UU., 2008)

Dirección: Louis Leterrier.

Guión: Zak Penn.

Intérpretes: Edward Norton, Liv Tyler, Tim Roth, William Hurt y Tim Blake Nelson.