Lunes, 22 de diciembre de 2008 | Hoy
CINE › UN DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA Y LA OBRA DE TOM PETTY
Runnin’ down a dream, del cineasta Peter Bogdanovich, tiene mucha música, claro, pero también cuenta cómo el divorcio, las adicciones en la banda Heartbreakers y unos padres no muy cariñosos afectaron la carrera del cantante.
Por Lino Portela *
Desde Madrid
Una leyenda asegura que una de las razones por las que el cantante Tom Petty nunca ha actuado en España es su fobia a los aviones. “Nada más lejos de la realidad.” Lo confirma el director de cine Peter Bogdanovich que tiene información de primera mano. Petty cumplió recientemente 58 años y a la fiesta acudió un pequeño grupo de amigos íntimos. No más de seis personas. Entre ellos, Peter: “Me comentó que quería hacer una gira europea para el año que viene. Así que probablemente irá a España”. Será la primera vez en 30 años de carrera.
Tom Petty es una de las grandes estrellas de rock estadounidense. Un icono. Bogdanovich ha llegado a ser invitado de sus cumpleaños gracias a su documental Runnin’ down a dream sobre la vida del cantante, que se estrenó en la sexta edición del In-Edit, festival de Cine y Documental Musical de Barcelona. Una cita que se prolongará hasta el 2 de noviembre e incluye 53 películas que, si tuviesen voz, cantarían.
La curiosa y estrecha amistad entre Petty y el director de películas como ¿Qué me pasa doctor? nació en 2005. El cantante, que estaba a punto de cumplir 30 años en la música, quería rodar un documental sobre su vida. Eligió a uno de sus directores de cine favoritos. “Hablamos cuatro horas –recuerda Bogdanovich, de 69 años, por teléfono desde el hotel de California donde vive–. No sabía mucho sobre la música de Tom Petty. Sé muy poco sobre rock. Siempre he sido más de Sinatra o Louis Armstrong. Por eso me interesó el proyecto. Era la forma de aprender.”
De aquellas cuatro horas de charla nació el documental, que curiosamente dura cuatro horas (“tranquilos; el 95 por ciento de las personas y las críticas consultadas aseguran que no se hace largo”, asevera el director) y donde cineastas y músicos trabajaron mano a mano durante dos años. “Teníamos 400 horas grabadas entre conciertos y entrevistas. Tener tanto material fue estupendo para ilustrar al milímetro su carrera.”
El resultado es un recorrido minucioso y sin censuras por la vida de un hombre poco dado a hablar de asuntos personales. “No queríamos entrar con todo en su vida”, explica el director. Aun así la curiosidad de los fans de Tom Petty quedará saciada. En el documental se habla de música. Pero también de cómo su divorcio, las adicciones en su banda Heartbreakers y unos padres no muy cariñosos afectaron a una carrera de 30 años.
En el documental hablan músicos como Eddie Vedder (Pearl Jam) y Roger McGuinn (The Byrds), que participaron en el concierto del 30º aniversario que se grabó en septiembre de 2006 en la ciudad natal de Petty, Gainesville (Florida). Pero Bogdanovich tiene su parte favorita de la película. “El momento Bob Dylan.” En 1986, Dylan se llevó por Europa y Asia a los Heartbreakers como banda de acompañamiento. Años más tarde Petty formó parte de los ya míticos Traveling Wilburys. La alineación, como se recuerda, sigue cortando la respiración: Jeff Lynne, George Harrison, Bob Dylan y Roy Orbison. En el documental hablan todos menos Orbison –falleció en 1988– y Bob Dylan. “Nunca hace entrevistas’, lo justifica Peter. ¿Ni siquiera para su amigo Tom? “Estuvimos intentándolo. No fue posible.” Junto a la pobre edición de la película en DVD sin subtítulos en castellano, son los dos peros del fantástico documental. Bueno, y las ganas de ver a Petty en directo. Si Bogdanovich no miente, eso quizá tenga solución.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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