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Primero fue la ficción, ahora el documental. Drama límite que comenzó con un accidente de aviación, siguió con la muerte de seres queridos y se remató con la darwiniana sobrevivencia de unos pocos, en medio de temperaturas extremas y en base a alimentos non sanctos, la llamada “tragedia de los Andes” de 1972 siempre pareció hecha a la medida de Hollywood. Así lo confirmó ¡Viven!, de 1993, basada en el best seller homónimo. Varios lustros más tarde llega la versión documental. Presentada en festivales internacionales a comienzos de 2008, Stranded: I’ve Come From a Plane that Crashed in the Mountains mutó, para su estreno local, en La sociedad de la nieve.

El episodio tuvo, en su momento, una gigantesca repercusión. En octubre de 1972, un avión que trasladaba desde Uruguay a miembros del club de rugby Old Christians y algunos de sus familiares se estrelló contra la cordillera de los Andes. De los 40 pasajeros, 24 sobrevivieron. Pero como el rescate demoró dos meses y medio, sólo 16 de ellos regresaron sanos y salvos, tras haber atravesado una ordalía que incluyó hambrunas, muertes por una avalancha y el riesgo de congelamiento e inanición. Pero lo que siempre le dio al episodio su aura más mórbida fue el hecho, negado primero y reconocido más tarde, de que los que volvieron no habrían sobrevivido de no haber devorado los restos de sus compañeros muertos. Decisión particularmente difícil en el caso de estos rugbiers, alumnos de un colegio católico de arraigadas convicciones religiosas. Circunstancia que muchos medios –la revista Gente, notoriamente– aprovecharon para practicar contrabando ideológico, rebautizando a la tragedia como “el milagro de los Andes”.

Articulados y carismáticos, los sobrevivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya son entrevistados ideales: tienen algo extraordinario para contar, y saben cómo hacerlo. Pero el uruguayo Gonzalo Arijón se conforma con sentarlos frente a cámara y tomarles testimonio. En el mejor de los casos lo hacen de a varios, en el lugar de los hechos. De haber sido sistemática, esa puesta habría permitido generar un relato vívido y colectivo. Pero su utilización es ocasional y parcial. Más sistemáticas son las dramatizaciones con actores. Filmadas como si fueran material de archivo, producen un efecto paradójico y contraproducente, revistiendo de un aire de falsedad lo que en verdad ocurrió. Fotografiado por el reputado César Charlone (director de fotografía de Ciudad de Dios y El jardinero fiel), el resultado se parece más a un programa periodístico de TV, al estilo Policías en acción, que a un documental cinematográfico.

5-LA SOCIEDAD DE LA NIEVE

Uruguay/Francia/Holanda, 2007

Dirección y guión: Gonzalo Arijón.

Fotografía: César Charlone y Pablo Zubizarreta.

Testimonios: Fernando Parrado, Roberto Canessa, Carlos Páez, Eduardo Strauch y otros.

Estreno en proyección DVD, en las salas Arteplex (Centro, Belgrano, Caballito y Villa del Parque).