Domingo, 6 de diciembre de 2009 | Hoy
CINE › EL DESCONOCIDO OREN PELI HABLA DE SU PELICULA ACTIVIDAD PARANORMAL
El record de El proyecto Blair Witch ya fue quebrado. La peli de Peli (un técnico informático sin antecedentes en el campo del cine) costó 15.000 dólares y lleva recaudados, sólo en su país, una cifra paranormal: más de 100 millones de dólares.
Por Alan Collino
Hasta hace unas semanas, la película más redituable de la historia del cine era El proyecto Blair Witch, que a fines de la década pasada costó la ridícula suma de 35.000 dólares y recaudó casi 250 millones. Diez años duró en ese podio la película de la carpa, las caras de miedo y las extrañas tallas de madera. Una nueva campeona la destronó, y lo llamativo es que también se trata de una de terror. Se llama Actividad paranormal y más de dos meses después de su estreno se mantiene en cartel en Estados Unidos. Opera prima del hasta ahora completamente desconocido Oren Peli, este film minúsculo parece confirmar que no hay nada más barato y rendidor que el pánico masivo.
Sin el menor antecedente en cine, el ex técnico informático Peli (nacido en Israel y radicado en San Diego, California) filmó la ídem de acuerdo con un desglose que les habrá puesto los pelos de punta a las grandes compañías, habituadas a no presupuestar nada que no cotice en millones de dólares. A saber: su propia casa como decorado. Una camarita de video digital por equipamiento técnico. Tiempo insumido por el rodaje: una semana. Equipo de rodaje: él, un amigo y su novia. Elenco: dos actores tan desconocidos como él. Efectos especiales hechos en su propia compu. Costo total: 15.000 dólares. Apoyada en una campaña de marketing que marca un antes y un después en la historia del rubro (ver recuadros), Actividad paranormal lleva recaudada, sólo en su país, una cifra paranormal: más de 100 millones de dólares. ¿Es buena la película, o es un mero fenómeno de marketing y/o psicosis colectiva? Eso se sabrá a partir del jueves, cuando la peli de Peli se estrene en Buenos Aires.
Lo que es facilísimo es contar la trama: una pareja oye ruidos raros en su casa, deja una cámara encendida por las noches y descubre que los ruidos raros son producidos por una presencia rara. De ahí en más, tengan miedo. Mucho miedo. En la entrevista que sigue, el realizador explica cómo hizo para sembrar en Estados Unidos y el mundo entero el terror más barato del mundo, se hace tiempo para hablar de su relación con el género, se explaya sobre su voluntad de verismo fantástico, cuenta cómo fue el proceso de rodaje y comercialización de la película, detalla en qué consiste su técnica para asustar a los propios actores y refiere, finalmente, a los varios finales que Actividad paranormal tuvo a lo largo de sus dos años de existencia.
–El suyo es un caso totalmente atípico: filma un primer largometraje sin el menor antecedente en el medio y logra uno de los batacazos más extraordinarios de la industria, en mucho tiempo. ¿Puede explicar cómo lo hizo?
–Más que explicarle cómo lo hice puedo contarle qué hice. Todo empezó cuando me mudé a una casa, después de haber vivido siempre en departamentos. Usted sabe cómo es esto: un barrio tranquilo, muy silencioso por la noche, y una casa grande hacen que se ponga una gran atención al menor ruidito. El crujido del parquet, un mueble quejoso o el viento sacudiendo la hierba hacen que uno se sugestione. Como soy uno de esos “enfermos” de la técnica, lo primero que se me ocurrió cuando empecé a oír ruidos raros fue colocar cámaras de seguridad alrededor de la casa. Nunca lo hice, pero eso me hizo pensar qué habría pasado si lo hubiera hecho y las cámaras hubieran registrado algo que no deberían.
–¿Usted es fan del cine de terror?
–Hay películas del género que me marcaron profundamente. El exorcista, más que ninguna otra. La vi a los 11 años, y me dio tanto miedo que hasta los 20 no pude volver a ver ninguna otra película de terror. Otra que me produjo una fuerte impresión fue El ente, una película de comienzos de los ’80, donde Barbara Her-shey era atacada por un demonio invisible. Más recientemente, películas como Los otros o Sexto sentido me hicieron saltar en la butaca. Igual, debo decirle que no me tira lo explícito, el gore, sino el terror más climático. Me gustan las películas de terror que construyen su clímax muy de a poco, que envuelven al espectador. Eso es lo que traté de lograr con mi película.
–¿Se documentó sobre casos de “casas poseídas” para darle credibilidad al asunto?
–Hicimos un trabajo de investigación bastante arduo, que nos llevó un año completo. Leí un montón de libros sobre el tema, entrevistas, historias, relatos de exorcismos... Nos interesaba lograr la mayor credibilidad posible, pusimos el acento en eso.
–¿Es verdad que filmó en su propia casa?
–Sí. Teníamos un presupuesto muy estrecho, necesitábamos hacerlo rendir, y además mi casa se adaptaba perfectamente. Igual, la preparamos durante un año.
–El equipo de rodaje fue reducísimo, ¿no?
–Tres personas: yo, mi mejor amigo y la novia que tenía en ese momento, que me ayudó más que nada porque filmábamos en casa y ella estaba ahí. Pero hizo un gran trabajo de producción.
–Por comparación con su película, El proyecto Blair Witch parece una superproducción...
–Bueno, no era nuestra intención filmar la película más barata de la historia. Tampoco lo habríamos logrado, porque se supone que El mariachi costó la mitad que la nuestra. Simplemente nos pareció posible hacerlo de esa manera, y además creíamos que dramáticamente era lo más adecuado. No se me ocurre nada que pueda dar más miedo que dos actores solos, unos ruidos y una presencia invisible, en un único decorado.
–¿Qué otras tareas desempeñó, además de escribir la película, dirigirla y producirla?
–La monté, hice el casting y los efectos especiales. El hecho de tener una formación técnica hizo que me sintiera cómodo en todos los rubros. El único técnico que tuve que contratar fue una maquilladora, porque de maquillaje no sé nada.
–¿Y la cámara quién la llevó?
–En las escenas con cámara en mano, los propios actores. El actor en un plano, la actriz en el contraplano. En las otras la dejábamos fija sobre el trípode, y listo.
–¿Siempre tuvo la idea de filmar Actividad paranormal en video?
–Sí, eso lo tuve claro desde el comienzo. Quería que la película tuviera un look semidocumental, que pareciera “verdad”. Es un estilo narrativo que siempre me atrajo. Pero ojo, para que funcione los actores tienen que ser realmente buenos, tienen que lograr actuaciones creíbles. Nosotros no empezamos a rodar hasta que tuvimos a los actores que creímos indicados. Fue increíble: a los treinta segundos de conocerse ya había una química absoluta entre ellos. Si usted los ve en la película, puede llegar a creer que se conocen desde hace años, y en realidad empezamos a filmar en cuestión de días.
–¿Cómo trabajó el guión con los actores? ¿Filmó con guión de hierro o dio margen para la improvisación?
–Teníamos una idea general de la historia, una línea maestra, pero no más que eso. No había desglose por escenas, ni tampoco una transcripción escrita del guión para que tuvieran los actores. Los diálogos tampoco estaban escritos. Yo les indicaba de qué quería que hablaran y probábamos con sus propios diálogos. Cuando la escena me convencía, filmábamos.
–¿Puede contar cómo era una jornada típica de rodaje?
–Era bastante loco, porque filmábamos de día, de noche y a la vez yo iba revisando lo filmado y editando, para no cometer errores. A veces incluso tenía que aplicar los efectos visuales ahí mismo, para que los actores vieran cómo quedaba la escena y pudieran seguir adelante.
–¿Filmó en orden cronológico?
–No del todo, pero en la medida de lo posible tratábamos de hacerlo, porque como los actores no sabían mucho sobre la historia, seguir el hilo les servía de guía.
–En las escenas más aterradoras, ¿ellos sabían qué iba a pasar?
–Según. En algunos casos tuve que explicarles de antemano, porque si no la escena no se podía armar. Pero en otros los tomaba por sorpresa. Estaba en la habitación, les decía “Hasta mañana”, me iba y dejaba la cámara filmando, mientras empezaban a oírse ruidos extraños...
–¿No se enojaban los actores cuando usted hacía eso?
–Para nada, la pasaron bárbaro. Es increíble lo bien que entendieron sus papeles y la forma en que los encarnaron. Yo le diría que más que actores funcionaron como narradores de la película.
–¿Cuánto tiempo le llevó montarla?
–Diez meses. Teníamos muchísimo material y no era fácil decidir qué tomas dejar y cuáles excluir. Grabamos cerca de 70 horas, y de ahí debíamos sacar una película de una hora y media. Tenga en cuenta que hubo noches en las que se filmó sin parar...
–Usted terminó una primera versión de Actividad paranormal en 2007. ¿Qué pasó en esos dos años, hasta el momento del estreno?
–Hice algunas exhibiciones de prueba, que me permitieron ver la conveniencia de acortarla, tanto en términos de planos y de escenas como en cuanto al metraje total, para que la película ganara en ritmo y velocidad.
–¿Y cómo es esa historia de los varios finales alternativos?
–Filmé un montón de finales distintos. Uno de ellos llegó a verse una sola vez, y lo cambié por otro que se vio en algunos festivales. Pero había mucha gente a la que ese nuevo final tampoco la convencía. Finalmente volvimos a cambiarlo por el que tiene ahora, por sugerencia de Steven Spielberg.
–¿Qué relación tuvo Spielberg con la película?
–Gracias a él Actividad paranormal llegó a estrenarse. La vio y le gustó tanto que le recomendó estrenarla a la gente de DreamWorks, que la había comprado para distribuirla, pero no estaban del todo decididos.
–Originalmente la idea de DreamWorks era otra, ¿no?
–Ellos habían comprado los derechos en 2007. Su intención inicial era no estrenar mi película, sino filmar una remake. Fue Spielberg el que, después de verla una noche en su casa, a la mañana siguiente les aconsejó estrenar mi versión.
–¿DreamWorks exigió rodar escenas nuevas?
–No, no exigieron nada. Hicieron algunas sugerencias, que me parecieron correctas y las puse en práctica. Además de eso hice un par de cambios más, por propia iniciativa. Eso fue todo.
–En cuanto estrenó Actividad paranormal se supo que tenía en carpeta una nueva película.
–Sí, ya está terminada de filmar. Se llama Area 51, y eso es todo lo que estoy dispuesto a contar sobre ella por el momento.
–Se sabe que será una película sobre abducciones extraterrestres. De hecho, en Internet circula ya la imagen de un E.T.
–Le digo una sola cosa: hay una película que de chico me pegó tanto como El exorcista, y es Encuentros cercanos del tercer tipo. Sobre todo, la escena en la que baja el plato volador y se lleva al chico. Eso es todo lo que puedo decir sobre lo que me pregunta.
–¿Area 51 tiene un presupuesto más “normal”, para los estándares de Hollywood?
–Sí, más “normal” sí, pero muy bajo igual. Estimo que el costo total va a andar alrededor de los cinco millones de dólares. Sigue siendo muy poco para los estándares de Hollywood. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una película de ciencia ficción. El elenco está integrado por actores desconocidos y la va a distribuir Paramount. El estreno está previsto para mediados del año próximo.
Traducción, selección, introducción y notas: Horacio Bernades.
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