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Domingo, 5 de marzo de 2006

CINE › ISABELLA RECUERDA A ROBERTO ROSSELLINI

Para festejar el centenario, una carta de amor filmada

La actriz y modelo se multiplica en varios personajes célebres (Ingrid Bergman, Chaplin, Hitchcock, Fellini) para dialogar con su padre en el homenaje de Mi papá tiene cien años.

 Por ANDREA AGUILAR *

“Querido Sr. Rossellini: He visto Roma, ciudad abierta y Paisá, y me han gustado mucho. Si necesita una actriz sueca que habla muy bien inglés, que no olvidó su alemán, que no es muy inteligible en francés y que en italiano sólo sabe decir ti amo, estoy lista para ir y hacer una película con usted.” Roberto Rossellini recibió la carta el 6 de mayo de 1948 y no dudó en calificarla como el “regalo más preciado” de su 42º cumpleaños, en el telegrama de respuesta que envió a Beverly Hills a la remitente: la actriz sueca Ingrid Bergman. Aquel cruce fue el comienzo de uno de los romances más sonados de la época. La estrella abandonaba hija y marido y se lanzaba a los brazos del maestro del neorralismo italiano. El escándalo estaba servido tras el rodaje de Stromboli –la primera de las seis películas que realizaron juntos– y el romance parecía indestructible.

Cuatro años después de la misiva de Bergman al admirado director, nacía la primera de los tres hijos que tuvo la vilipendiada pareja: Isabella. Y es ella quien ahora firma una nueva “carta de amor de quince minutos” dirigida al mismo destinatario, con motivo de su centenario. Sin matasellos de por medio, Isabella escenifica un homenaje a la figura de su padre –un genio que vive casi en el olvido– en el corto Mi papá tiene cien años. El guión es también el eje del libro In the name of the father, the daughter, and the Holy Ghosts (“En el nombre del padre, de la hija y de los santos espíritus”) con el que Isabella completa el tributo a su padre. Publicado por la editorial alemana Schirmer Graf, el volumen –presentado en la pasada edición del Festival de Berlín– recoge las notas y dibujos que Isabella realizó durante la producción de la película, fotos del archivo familiar, la correspondencia entre Bergman y Rossellini y una entrevista que dos jóvenes franceses, François Truffaut y Eric Rohmer, realizaron al director italiano para Cahiers du Cinema, entre otros materiales.

En el capítulo dedicado a la familia, Isabella habla acerca de la dificultad de ser hija de dos mitos del cine y de su profundo amor por su padre. “Tenía complejo de Electra, puede que todavía lo tenga. Nunca quise matar a mi madre, la quería, pero de pequeña sin duda era la niña de papá”, escribe. La actriz y modelo protagoniza bajo la dirección del canadiense Guy Maddin el corto en el que se inspira el libro y que fue presentado en la Filmoteca de Madrid. De factura clásica, en blanco y negro –como casi todas las películas del director–, para el guión Isabella Rossellini utilizó gran cantidad de cartas y documentos. “Pasé nueve meses escribiéndolo y un año rodándolo. Todo lo que pongo en boca de los personajes fue dicho por ellos en la vida real”, explicó la actriz. Estrenada en el último Festival de Toronto, la película, de producción canadiense, será exhibida en varios festivales y canales de documentales. Isabella Rossellini es la única intérprete, pero se disfraza para dar vida a Fellini y a la propia Ingrid Bergman, sin olvidar a Chaplin, al productor David O. Selznick y Hitchcock.

Con todos ellos entablan un diálogo Isabella y Roberto: el director está representado en la cinta por una gran panza, una imagen que la actriz asocia con su figura por las muchas siestas que se echó tumbada sobre ella, “suave, redonda, grande, caliente y acogedora”. “Papá, cuando era pequeña tenías una panza tan grande que pensaba que estabas embarazado, además siempre te lamentabas de no haber podido amamantar a tus siete hijos”, recuerda la actriz en un diálogo. Isabella también desvela la afición de su padre por las pastillas de glucosa y por hacerlo todo en la cama “para no malgastar energía”. “Allí comía, veía a sus colaboradores, leía, escribía, tomaba un espresso, editaba sus films. Más que nada, mi padre pensaba y pensaba y pensaba.” Caracterizada como Hit-

chcock, Isabella le reprocha a Rosellini haberse dedicado al cine. “Tenías que haber sido cura y no cineasta”, dice el director británico. “Aburrido, cabezadura, lento”, son algunos de los insultos que suenan y a los que la panza de Roberto responde que “la realidad es más fuerte, más extraordinaria que nada de lo que pueda imaginar la mente humana” y reivindica “el poder de los sueños, la fantasía y la memoria”. Mi papá... también aborda la vida personal del director y así Isabella pregunta a su madre por Anna Magnani, a quien Roberto abandonó (“Ana era una loba valiente”, dice Bergman). ¿Y es cierto que la relación con Rossellini perjudicó la vida profesional de Bergman? “Fui yo quien destrocé su carrera”, sentencia Bergman.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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Isabella Rossellini es la primera hija de la pareja Rossellini-Bergman.
 
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