CINE › SEBASTIáN DEUS Y SU DOCUMENTAL TV UTOPíA
El film reconstruye la historia del canal que funcionó entre 1991 y 1999. Fue una señal creada por vecinos de Caballito, ajena a los cánones de la industria audiovisual.
› Por Oscar Ranzani
Hace casi veinte años, en 1991, nacía TV Utopía, un canal de televisión comunitario, fundado por Fabián Moyano, que se proponía ser una alternativa a la comunicación de los medios tradicionales. Era la señal sin fines de lucro de los vecinos de Caballito, aunque su alcance llegó hasta La Matanza. TV Utopía transmitía las veinticuatro horas y su programación incluía noticieros, programas infantiles, de música, teatro, políticos, y tenía móviles en vivo. Además, fue un espacio nacido en la época de las políticas neoliberales. Por lo tanto, también fue un medio alternativo a la cultura promovida por el gobierno de Carlos Menem. Pero TV Utopía no tenía la licencia ni la habilitación requerida por la vieja Ley de Radiodifusión, promulgada por un gobierno de facto. Entonces, al Estado de aquel entonces le resultó sencillo allanar y decomisar los equipos –rudimentarios, pero eficaces– luego de los juicios iniciados por empresas privadas que comenzaban un negocio millonario con la proliferación del cable a escala masiva. Finalmente, en 1999, TV Utopía dejó de existir.
Sebastián Deus estudiaba Ciencias de la Comunicación cuando ingresó a TV Utopía. Y en 1997, empezó a ser el responsable de un noticiero y de un programa de teatro. “Cuando entré ahí, me sorprendió todo: cómo funcionaba, la cosa caótica del departamento de Fabián, los vecinos”, recuerda Deus, quien ya por aquel entonces pensó en realizar un documental que registrara esa experiencia televisiva comunitaria. “En ese momento, lo entrevisté a Fabián Moyano”, cuenta Deus, que guardó casi diez años esa entrevista y los archivos de lo que pudo registrar en el viejo formato VHS. “Pero después quedó muy guardada mi experiencia de mis filmaciones del canal durante casi una década, hasta que un día encontré uno de esos casetes y empecé a preguntarme qué pasó con el canal Utopía. Y me pareció importante rescatar esa historia”, explica. El resultado es TV Utopía, documental que reconstruye la historia del canal, valiéndose de los archivos de esa señal televisiva, y que podrá verse, desde mañana, todos los jueves de julio a las 19.30 en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543).
–¿Qué tuvo en cuenta para seleccionar el material emitido en su momento por TV Utopía y que puede verse en su documental?
–Primero, reconstruí un archivo que no había, porque este material no estaba en un lugar, sino que el trabajo fue buscar a la gente que participaba. Ellos me daban sus propios archivos. Entonces, mi archivo fue parcial porque fue el que conseguí más el que tenía yo en la época de Utopía. Y con eso traté de buscar aquello que estuviera en función de la libertad de expresión, como la posibilidad de las personas de proyectarse y de expresarse.
–¿Cree que en un medio de esas características la libertad de expresión era mayor que en un canal convencional?
–Era distinta, porque en el canal convencional hay un sistema del medio de comunicación donde puede haber mayor o menor libertad de expresión. El lugar del espectador en la televisión convencional y comercial tiene que ver con un llamado telefónico que está muy mediado previamente. Es muy poco lo espontáneo, donde un vecino pueda ir y opinar de política, por ejemplo. Utopía brindaba eso complementariamente, porque no era que sustituía lo otro sino que era un espacio que no estaba cubierto.
–Si bien el trabajo era artesanal, ¿se hacía con profesionalismo?
–Era muy diverso. Yo, que venía de la carrera de Ciencias de la Comunicación, trataba de poner todo lo profesional que pudiera. Pero después, había otros vecinos que no. El canal no exigía profesionalismo sino que priorizaba la espontaneidad. Y la libertad era uno de los temas que el canal planteaba para poder tener una continuidad.
–Claro, porque si bien era televisión, tenía que diferenciarse de la TV clásica.
–Se trataba de diferenciar en el punto de darle lugar a la gente. Gran parte del tiempo se ocupaba para que la gente saliera al aire, ya fuera para votar una película o para hablar en un noticiero. Eso era lo diferencial. Era un lugar donde podías llamar, salir sin red y decir lo que pensabas. Y eso era alternativo a los medios tradicionales.
–¿El canal funcionaba también como servicio para el barrio?
–Sí, se planteó en una zona media. Fabián lo planteó ahí, después de haber transitado por zonas muy marginales, porque en la zona media podía cumplir una función con todo lo que tenía que ver con el barrio: desde un problema en la calle o sacar la basura fuera de hora hasta darle cabida a todo lo que se hacía allí, como bailes, deportes, manifestaciones políticas, artísticas. Siempre la idea fue que se replicara en otros barrios y no que creciera como un multimedios barrial.
–¿TV Utopía también sirvió como un espacio denuncia de las políticas neoliberales de los ’90?
–Sí, tuvo muchísimo que ver con la denuncia porque, en esa época, el cable tenía una llegada chica y los canales de aire estaban privatizados. Era otro país. Entonces, mucha gente que estaba con conflictos sociales no tenía dónde expresarse. Y Utopía era un lugar donde terminábamos siendo eco, incluso de cuestiones de otras provincias como, por ejemplo, temas de minería, los mapuches. El trabajo que hacía el noticiero de Utopía era que cada uno al que le daban un espacio tenía que ir un rato a filmar a la Plaza de Mayo, al Congreso, la marcha de los jubilados, la carpa docente, las Madres. Era muy importante darles lugar a los conflictos sociales y a los reclamos.
–¿Y con la proliferación del cable comenzaron a surgir los juicios?
–Los juicios empezaron cuando se privatizó todo el espectro radioeléctrico y por interferencias con los canales de aire. Como la señal de Utopía era bastante rudimentaria, interfería sobre todo al cable y también a algunos canales de aire. Después, se mudó de frecuencia. Y también, la antigua Ley de Radiodifusión impedía cualquier tipo de señal comunitaria. Entonces, no bien había una denuncia, se allanaba y se decomisaban los equipos.
–¿Cree que con la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aquella experiencia habría podido sostenerse?
–Por lo menos, no estarían allanando el canal como en esa época, en la que también se allanaban otros medios, como las radios comunitarias. Eso en un principio. Después, el canal debería haberse adecuado a algún tipo de esquema de los que plantea la nueva ley. La nueva ley plantea la forma social, pero a través de un grupo de gente que se asocia. Y Utopía no tenía ningún tipo de estructura. Pero creo que sí, que podría funcionar en un marco de generar algún tipo de estabilidad y reglas de juego. Económicas también, porque las necesitaría.
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