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Domingo, 28 de septiembre de 2014

CINE › SE ENTREGARON LOS PREMIOS DE LA 62ª EDICION DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN

Conchas con un marcado acento español

El film local Magical Girl recibió dos de las menciones más importantes, a Película y Director, mientras que La isla mínima se llevó otras dos. Relatos salvajes, coproducción de Damián Szifron, obtuvo el Premio del Público al Mejor Film Europeo.

 Por Horacio Bernades

Desde San Sebastián

Muchos galardones para el cine español y un par para películas argentinas marcaron la premiación que cerró la 62ª edición del Festival de Cine de San Sebastián. El film local Magical Girl recibió dos de las Conchas más grandes: Mejor Película y Mejor Director. Como si eso fuera poco, otra de las cuatro películas españolas en Competencia Oficial, La isla mínima, se llevó dos premios más, a Mejor Actor y Mejor Fotografía. Esta hegemonización hispana dejó apenas tres casilleros para llenar. El Premio Especial del Jurado fue para Vie sauvage, del francés Cédric Kahn. El de Mejor Actriz, para la danesa Paprika Steen. Y el de Mejor Guión, para el conocido Dennis Lehane, autor de las novelas en que se basaron, entre otras, Río Místico y La isla de las tormentas, y cuyo aporte para el film The Drop representa su primer guión original. Tal como había anticipado Página/12, la arrasadora Relatos salvajes ganó el Premio del Público al Mejor Film Europeo (se toma en cuenta la participación española en la producción), mientras que Ciencias naturales, del cordobés Matías Lucchesi, ganó una mención en la sección Horizontes Latinos.

La premiación del Jurado Oficial presenta un lapsus mayor, que el jurado Fipresci de la Crítica Internacional se ocupó de subsanar, eligiendo Mejor Película de la Competencia a Phoenix, del alemán Christian Petzold. Criterio con el que este cronista coincide a pies juntillas, para usar una expresión muy española. Otra ausencia llamativa en el Palmarés es Eden, de la realizadora francesa Mia Hansen-Love. Pero eso en tal caso puede ser más discutible, ya que el opus 4 de la realizadora de ascendencia sueca dividió opiniones. Como también se le podría haber hecho algún lugarcito, por qué no, a la única argentina en competencia, Aire libre, de Anahí Berneri. Pero incluirla entre las Conchas hubiera despertado reacciones tan airadas como las que se hicieron oír durante las proyecciones del film de Berneri, que vaya a saber por qué gustó poco y nada por aquí. De todos modos, ni Magical Girl ni La isla mínima carecen de méritos. La primera, algo así como un melodrama apagado y ensortijado, presenta a un cineasta a seguir, Carlos Vermut, cuya previa Diamond Flash se había visto, un par de ediciones atrás, en el Festival de Mar del Plata.

El premio recibido por Relatos salvajes (Leonardo Sbaraglia subió al gigantesco escenario del Kursaal) confirma que la película de Damián Szifron tiene todavía mucho por cosechar en el mundo entero, mientras que para Ciencias naturales, la mención de Horizontes Latinos no es el primer premio que obtiene en festivales: ya los había recibido en Berlín, el Bafici y Guadalajara. Yendo más allá de los premios, esta nueva edición de San Sebastián volvió a mostrar los altos y bajos que le son propios. Aventajado por festivales como Berlín, Cannes y Venecia, apretado en el calendario por este último (que se realiza un par de semanas antes) y el creciente Festival de Roma (que celebrará su nueva edición en breve), el Donostia Zinemaldia no puede hacer mucho más que aprovechar lo que sus competidores previamente rechazaron (es lo que sucedió, insólitamente, con películas como Phoenix y Eden), aportar la cosecha hispana y tratar de hacerse fuerte en el nicho latinoamericano.

Pero incluso en este último punto a San Sebastián no se le hace fácil conseguir estrenos: todas las películas programadas en Horizontes Latinos (entre ellas las ocho argentinas, mitad más uno del total) pasaron previamente por otros festivales. Para los estrenos internacionales queda la sección Nuev@s Director@s, que presentó una buena selección de trece títulos, la mayoría no programados en eventos previos. El público local puede aprovechar la veintena de películas que redondeó la sección Perlas de Otros Festivales, mientras que en las retrospectivas pueden hacerse los mayores descubrimientos (o redescubrimientos, según el caso). Tomado en bloque, en esta edición no hubo mayor atractivo para el público cinéfilo que la retrospectiva dedicada a la estadounidense Dorothy Arzner (1897/1979), única mujer que logró filmar continuadamente en Hollywood, desde los primeros tiempos del sonoro hasta comienzos de los años ’40.

Muy poco difundidos, sus films impecablemente restaurados fueron uno de los grandes hallazgos que deparó esta edición de San Sebastián. Arzner se destacó sobre todo en la comedia, imprimiendo a guiones ajenos una velocidad y desenfado modélicos. Pero lo más destacado de su obra, previa al Código Hays de censura, es el papel dado a las protagonistas femeninas, que gozan de una libertad, desenvoltura y capacidad de decisión que aún hoy resultan de avanzada. Paradoja de San Sebastián, fue necesario retroceder hasta fines de los años ’20 para hallar, en las películas de Mrs. Arzner, la más contundente fuente de modernidad.

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El actor argentino Leonardo Sbaraglia subió al gigantesco escenario del Kursaal a recibir el premio.
Imagen: EFE
 
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