Los curadores de Cinematográfica aseguran que ya no hay “arte cinematográfico” como el de antes. Y la muestra que se expone hasta el próximo 22 de septiembre en el Centro Cultural General San Martín (Sarmiento 1551) da cuenta de esa mirada a partir de una selección de dos colecciones. Una, de fotos promocionales, mini afiches y detrás de escenas de Guillermo Hernández. Otra, de pósters del archivo de Fabio Manes. La curaduría del propio Hernández, Ernesto Baca y Magallí Pallero se extiende por el Hall del primer piso del CCGSM y los frentes de las primeras salas. Además, durante varios jueves, los visitantes pudieron asomarse a lo que hoy ya es una rareza: films en formato Súper 8, Ese que permitió a muchos artistas hacer sus primeras armas en el mundo audiovisual.

Y aunque es discutible que ya no haya arte cinematográfico, lo que es seguro es que cambió el modo de presentarlo para vender las películas. La fotografía impresa en alta calidad hoy es una rareza y las fotos de los backstages, bastante pavas: tipos enfundados en látex contra un fondo verde. Muy distinto a la intensidad de Jeff Goldblum en La Mosca o el escenario completo en el que un jovencísimo John Travolta y Olivia Newton-John se desafían y terminan bailando, por nombrar apenas dos ejemplos que el visitante podrá hallar retratados en Cinematográfica. Hoy es época de trailers en Youtube y portales de noticias, de memes y apps interactivas para intervenir fotos y subirlas a las redes sociales. Muy distinto, también, de esos pósters que juraban al espectador que jamás iba a olvidar las peleas de Godzilla o garantizaban el impacto de Fiebre con la Coca Sarli al frente.

Cinematográficas es, en esencia, una exposición que llegará más fácil al corazón de quienes tienen de 30 para arriba. Niños y adolescentes se las verán más difíciles en reconocer clásicos del cine, e incluso hitos setentochentosos de la cultura pop, como Los Gremlins. Hay algún Toy Story por allí, pero su presencia es casi un anacronismo que denuncia el cambio de época: imposible hacer fotos de una imagen digital. Eso sí, para quienes puedan reconocer las películas aun pese a la falta de indicaciones y textos curatoriales, la muestra es un gustoso viaje al recuerdo.