Dos datos vinculados con esta película británica suscitan sendos malentendidos. Uno es el nombre del autor de la idea original y coguionista, Richard Russo. Novelista caracterizado por sus ambiciosos frescos de pequeñas comunidades estadounidenses, uno de sus trabajos más recientes, la miniserie Empire Falls, se conoció aquí primero en cable y hace unos meses en video. El otro es su protagonista, Rowan Atkinson, uno de los grandes cómicos contemporáneos, que supo convertir a su personaje Mr. Bean en clásico por derecho propio. Viendo Sálvese quien pueda, daría la sensación de que lo que sobrevivió de ambos son pálidos reflejos, lejanísimos ecos. En un caso, el de Russo, seguramente por dilución de su aporte original. En el otro, el de Atkinson, por un simple y llano error de casting.

Británica hasta la médula, Sálvese quien pueda (Keeping Mum, en el original) es una comedia entre negra y costumbrista, que transcurre en un pequeño pueblito rural. Vicario del lugar, el reverendo Walter Goodfellow (Atkinson) anda tan ensimismado con el sermón que debe presentar en una próxima convención eclesiástica, que atiende aún menos que de costumbre a su esposa Gloria (Kristin Scott-Thomas, menos sofisticada que de costumbre). Ella terminará sucumbiendo ante los presuntos encantos de su donjuanesco profesor de golf, el norteamericano Lance (el reaparecido Patrick Swayze, que parecería producto de un fallido experimento de restauración facial). Lo otro que el reverendo no advierte es que su hija Holly (Tamsin Eggerton) hace un rato largo que dejó de jugar con muñecas. Se diría que ahora juega con muñecos, teniendo en cuenta la cantidad de amantes que desfilan por su casa y cuyos nombres su padre se ocupa de confundir, sistemáticamente.

Al hogar de los Goodfellow llega una nueva ama de llaves llamada Grace (Maggie Smith, casi más británica que el five o’clock tea). De aspecto tan angelical como la viejita de El quinteto de la muerte, Grace esconde un par de secretos. Uno es que acaba de salir de prisión, tras una larga condena. Ese tiempo no parece haberla ayudado a erradicar ciertos hábitos peligrosos, como el de deshacerse de quienes ella cree que lo merecen. El otro secreto no debe ser revelado, aunque puede anticiparse que tiene con los Goodfellow lazos más estrechos de lo que podría pensarse. La mención a El quinteto de la muerte no es azarosa, ya que es a esa tradición de comedia negra-muy-inglesa (tanto como El tercer tiro, de Hitchcock) que Sálvese quien pueda visiblemente aspira a suceder. Si no lo logra es porque cada gag, cada situación cómica, cada diálogo presuntamente ingenioso son tan obvios y previsibles como la idea de que cada una de las mujeres que rodean al párroco (Gloria, Holly, Grace) lleve un nombre relacionado con la fe.

Así, da la sensación de que tanto Richard Russo como Rowan Atkinson se quedan con las ganas. Russo, de agregarle colores y densidad a la pintura del pueblito. Atkinson, de soltarse del todo y hacer del vicario un payaso total, y no un simple distraído.

5-SALVESE QUIEN PUEDA

Keeping Mum. Gran Bretaña, 2005.

Dirección: Niall Johnson.

Guión: Richard Russo y N. Johnson, sobre historia de R. Russo.

Intérpretes: Rowan Atkinson, Kristin Scott-Thomas, Maggie Smith, Patrick Swayze y Tamsin Eggerton.