Jueves, 9 de noviembre de 2006 | Hoy
CINE › “HARD CANDY”, DEL EX PERIODISTA BRITANICO DAVID SLADE
Por H. B.
Minimalismo, presupuesto reducido, actores poco conocidos y dilemas éticos: durante sus primeros veinte minutos o media hora, Hard Candy responde al canon clásico del cine independiente estadounidense, lo que se conoce como indie. Pero de pronto alguien aparece atado a una mesa de operaciones y de allí hasta el final Hard Candy se convierte en una de torturas lisa y llana, al estilo El juego del miedo y Hostel. Tal vez haya que acudir al neologismo indiexploitation para definir esta segunda película del ex periodista británico David Slade, variante de cine independiente que busca pegar más abajo que el estómago. Pegar y cortar, para ser más precisos. Pero no de la forma que el Word permite hacerlo con los textos.
Cuando la chica saca el manual de cirugía y anuncia que antes de operar deberá esterilizar la zona, uno piensa “no, no lo va a hacer”. Pero lo hace. Todo un tour de force para el espectador –sobre todo para los varones–, Hard Candy es de esas películas que pueden provocar huidas en masa de la sala. Por suerte, el respeto de Mr. Slade por el fuera de campo evita que suceda lo que en La última mujer, de Marco Ferreri, donde se veía cómo Gerard Dépardieu le daba un uso altamente heterodoxo a su cuchillo eléctrico. Puesto sobre el tapete la semana pasada en Argentina, a partir de la detención de un violador reiterado, la discusión que Hard Candy viene a hacer resonar es si la castración es o no legítima en esos casos. Pero sucede que los que se enfrentan aquí no son el violador y la víctima (lo cual colocaría al espectador frente a un dilema moral bastante más difícil de resolver), sino una castradora precoz y un voyeur, eventual cómplice de una violación. En otras palabras, dos casos más bien de chaleco. Con lo cual la película gana en psicopatología y pierde en universalidad.
Luego de trabar contacto vía chat, una menor llamada Hayley (Ellen Page, cruce de Caperucita con la Glenn Close de Atracción fatal), y un fotógrafo de modas, Jeff (Patrick Wilson), se dan cita. Ella sospecha que él pudo haber sido autor del secuestro, violación y muerte de una chica. Pero es una pura suposición, sin mayores evidencias. El, por su parte, sabe que la chica tiene sólo 14. Lo cual lo convierte en abusador potencial. Pero sólo potencial: antes del menor amague el tipo ya está con los pantalones bajos, atado a la mesa de la cocina y con Hayley preparando el set de cirugía. ¿Girl power? Sin duda, pero a qué precio... En lugar de un cruento episodio de la guerra de sexos (como lo era notoriamente Angel de venganza, de Abel Ferrara, donde una chica abusada se convertía en justiciera armada), Hard Candy se reduce así a una mera batalla entre casos clínicos.
5-HARD CANDY
EE.UU., 2005.
Dirección: David Slade.
Guión: Brian Nelson.
Intérpretes: Patrick Wilson, Ellen Page.
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