Miércoles, 7 de febrero de 2007 | Hoy
CINE › RETROSPECTIVA GURU DUTT EN LA SALA LEOPOLDO LUGONES
Desconocida fuera de su país hasta hace apenas unos pocos años, la obra del actor y realizador ha comenzado a ser descubierta por una nueva generación de críticos e historiadores.
“Los críticos de cine occidentales admiran films como La condesa descalza o Cautivos del mal, pero no suelen mencionar Flores de papel, una película sobre la industria del cine tan cáustica como las dos anteriores. Y cuando discuten el tema de la iluminación no suelen hacer mención al extraordinario trabajo visual de El Señor, la Señora y el esclavo. El cine de Guru Dutt necesita de un mayor reconocimiento: indudablemente, se trata de una de las más grandes y reflexivas figuras del cine indio.” Estas palabras, del crítico británico Mark Cousins, en la revista especializada Sight & Sound, pueden dar una idea del secreto que espera ser revelado a partir de mañana en la Sala Leopoldo Lugones, cuando comience el ciclo “Guru Dutt: luz de la India”, organizado por el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Fundación Cinemateca Argentina, en colaboración con la Embajada de la República de la India.
Absolutamente desconocida fuera de su país de origen hasta hace apenas unos pocos años, la carrera del actor y realizador Guru Dutt ha comenzado a ser descubierta por una nueva generación de críticos e historiadores. Nacido en 1925, criado y educado en la ciudad de Calcuta, Dutt inició su carrera cinematográfica en la recientemente independizada India como coreógrafo de escenas musicales. Muy pronto comenzó a dirigir y a protagonizar largometrajes exitosos, todos ellos en la línea del cine popular indio, que supo contar desde los años ’50 con un sistema de estudios poderoso y una enorme cantidad de actores y actrices reconocidos por el público masivo.
Pero si algo caracteriza a sus largometrajes, alejándolos de las aristas más superficiales del cine indio (y tendiendo un puente con el cine de autores como Satyajit Ray o Ritwik Ghatak), es el tratamiento de cuestiones sociales y políticas, inmersas en tramas aparentemente ligeras: comedias, melodramas e historias de amor, atravesadas, por supuesto, por las casi obligatorias escenas de baile. Su muerte temprana en 1964, a la edad de 39 años, por sobredosis de barbitúricos –una muerte inquietantemente similar a la de su personaje en Flores de papel– no ha hecho más que agregar una dimensión mítica a su figura.
El ciclo comienza mañana con La red (1952): en su segundo largometraje como realizador, Guru Dutt narra una historia moral sobre el sexo y la religión con gran sentido del suspenso y una enorme imaginación visual. En La red ya aparecen los habituales planos realizados con sofisticadas grúas, marca registrada de su cine. El viernes se verá A través del corazón (1954): considerado hasta hace poco tiempo un film menor dentro de su carrera, Guru Dutt comienza aquí a hacer gala de novedosas maneras de introducir los números musicales dentro de la trama. La elaboración de nuevas convenciones genéricas en este film supo ofender al público más tradicionalista de la época. El sábado va Sr. y Sra. ’55 (1955): el quinto largometraje de Dutt como realizador es una comedia social que satiriza el reformismo de las clases altas de la India a casi una década de su independencia del Reino Unido.
El domingo está programada Sed eterna (1957): este melodrama, que ha adquirido status de verdadero clásico de la cinematografía india, fue el primero de una serie de films en los cuales Dutt se propuso reflexionar sobre el estado de su país y el rol del artista en la sociedad. Su exploración del lenguaje de la tragedia no tenía antecedentes en el cine indio. El martes 13 llega Flores de papel (1959): incomprendida en su momento por su calidad barroca, su profundo pesimismo y una importante carga de elementos autobiográficos, Flores de papel es hoy un film de culto en la India, llenando todas las salas en las que se presenta. Pero el fracaso comercial de este film hizo que Dutt tomara la decisión, de allí en más, de no poner su nombre como realizador en sus siguientes películas. “Para muchos, es el equivalente indio de El ciudadano”, consigna la Encyclopaedia of Indian Cinema.
Finalmente, el miércoles 14 se verá El Señor, la Señora y el esclavo (1962): aunque la dirección se acredita al conocido guionista Abrar Alvi, lo cierto es que el mismo Guru Dutt estuvo a cargo de la realización de este film elegíaco, que lleva impreso sello el sello de Guru Dutt en cada fotograma, sobre todo en la puesta en escena de las complejas secuencias musicales. Precio de las localidades en la Sala Leopoldo Lugones $5 y $3 para estudiantes y jubilados. Más información en www.teatrosanmartin.com.ar/cine.
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