CINE › “GUARDIANES DE LA NOCHE”
Rusos mirando a Hollywood
POR H. B.
Historia de revista barata, estética de clip, mucho corte de montaje, efectos especiales, banalidad y estridencia: de la mano de Guardianes de la noche, el cine ruso ingresó al flujo audiovisual pop contemporáneo. El mayor éxito en la historia del cine ruso, primera parte de una trilogía que recién comienza, nominada al Oscar 2005 al Mejor Film Extranjero y distribuida por una major estadounidense, el opus 3 de Timur Bekmambetov es una de esas películas cuya máxima aspiración es la de “pasar” por grandes producciones de Hollywood. Si su modelo es el cine hollywoodense de acción, la resultante no es otra cosa que el subproducto de un subproducto.
Basada en un best-seller en tres entregas que vendió todo en su país, el pastiche de Nochnoi Dozor recrea la vieja batalla del Bien y el Mal, encarnada aquí en unos seres con poderes, llamados simplemente “Los Otros”. Hay unos Otros malos, que son vampiros, y unos Otros buenos, los Guardianes de la Noche, que cuidan que los otros Otros no se pasen de la raya. Hace como mil años, unos y otros Otros concertaron una tregua. Esta se rompe en 1992, cuando una bruja está a punto de asesinar a cierto Elegido. No lo consigue, pero de allí en más el mundo queda convertido en zona liberada para que ambos bandos se agarren de los pelos. La confusión y falta de rigor imperantes intentan disimularse con las armas típicas de las superproducciones: un poco de sangre, algunos toques de humor de rutina, escenas breves y atropelladas, unos chivazos de no creer. Y el tachín-tachín de las escenas de acción y los efectos especiales. Además de ser la primera película rusa con relato-off en inglés, Guardianes... es también la primera en la que hasta el subtitulado es de diseño, con letras que se evaporan, se agrandan, se corren o se convierten en charquitos de sangre. La Fox, que distribuye esta primera parte y hará lo propio con la segunda, entrará como coproductora de la tercera, confirmando la integración de la vieja Rusia al mundo (capitalista).