El actor Alberto Argibay falleció el lunes, a los 75 años, y sus restos fueron cremados ayer, sin que sus familiares dieran más precisiones. Según la Asociación Argentina de Actores, el intérprete nacido en la provincia de Santa Cruz en 1932, alejado desde hace veinte años de los escenarios y las cámaras, murió alrededor de las 15 del lunes. Argibay tenía la salud quebrantada desde hace más de dos décadas y estuvo internado varias veces en las que se temió por su vida; un hijo suyo fue dado por “desaparecido” durante el hundimiento del Belgrano, y su regreso a la casa paterna, tiempo después, fue un shock de difícil asimilación para el intérprete. El actor asomó al cine nacional en 1958 con Isla brava, de Mario Soffici, donde se impuso por su estampa varonil no exenta de sensibilidad, título al que agregó He nacido en Buenos Aires, Dos tipos con suerte y La patota, de Daniel Tinayre. Fue un rostro reconocible de la llamada Generación del ’60 y se lo pudo ver en plena forma en Tres veces Ana, de David José Kohon, y Alias Gardelito, de Lautaro Murúa, y Los jóvenes viejos y Los inconstantes, ambas de Rodolfo Kuhn. La TV amplió su popularidad cuando acompañó a Irma Roy en Simplemente María y estuvo junto a Narciso Ibáñez Menta en las miniseries El hombre que volvió de la muerte y El monstruo no ha muerto. Su carrera en la pantalla chica agregó títulos como Alguien como vos, Alta comedia, Andrea Celeste, Cuando es culpable el amor y Coraje mamá, aunque el cine ya no lo atendió como antes, con la excepción de ¿Qué es el otoño?, de Kohon, en 1977. Su última aparición fue en 1986, en Las lobas, de Aníbal Di Salvo; ese mismo año fue internado en el Hospital Italiano tras haber sufrido un derrame cerebral y desde entonces poco se supo de él, sumido en una profunda depresión y ya lejos de la popularidad.