CINE › “MILLONES”, DEL INGLES DANNY BOYLE
La valija milagrosa
Por H. B.
La valija viene dando vueltas por el aire, caída del cielo, y le va a dar en la cabeza a Damian, que estaba jugando en su casita de cartón, al lado de la vía del tren. ¿La mano de Dios? Tal vez, pero en principio se trata de que unos ladrones, perseguidos por la policía, tuvieron que deshacerse del botín de un robo, desperdigándolo. Y una parte chocó con la cabeza rubia del chico. Son 265.000 libras, y más vale que Damian y su hermano Tony las cambien pronto por euros, porque en días más entra en vigencia la nueva moneda europea. Y desde ese momento no habrá quien acepte las viejas y queridas libras. Pero, ¿en qué pueden gastar dos chicos de 7 y 9 años cerca de medio millón de dólares?
Escrita por Frank Cottrell Boyce (brazo derecho de Michael Winterbottom y autor de 24 Hour Party People) y dirigida por Danny Trainspotting Boyle, Millones es tal vez la que más se parece a la que lo consagró en el mundo. Aunque a primera vista estos chicos de las afueras de Liverpool parecen no tener mucho que ver con los junkies escoceses. Pensándolo bien, ¿no había también allí un botín de dinero dando vueltas? Pero no es tanto eso lo que hay en común entre Millones y Trainspotting, sino la libertad imaginativa, esa suerte de declaración de anarquía estilística, que hace que aquí el relato de iniciación, el cuento de hadas, el típico pragmatismo inglés, la anécdota policial y hasta una variante entrecomillada de realismo mágico se den la mano.
Son fines de los ’90, la mamá de Damian y Tony acaba de fallecer y el papá (John Nesbitt) resuelve empezar de cero, haciendo las valijas y mudándose a un complejo habitacional recién construido. Tal vez sea la muerte de la mamá la que convirtió al pequeño Damian en experto en las vidas de santos, y el hecho de que les pregunte si no conocen por casualidad a Santa Maureen parece confirmar que es ese el motivo. ¿Que les pregunte a quiénes? A San Francisco de Asís, a Santa Clara o los mártires ugandeses de fines del siglo XIX, a los que suele ver y con quienes charla amenamente, como en una versión laica de Marcelino pan y vino, aquel espantoso ladrillo infantil del franquismo. A Tony, en cambio, que no le vengan con misticismos. El es práctico: soborna a los compañeritos de escuela para que no los patoteen, y cuando Damian le muestra el contenido de la valija, se pone a hacer cuentas con inversiones y especulaciones financieras.
Si esa libertad de tono y de estilo hace de Millions un film burbujeante, son algunas concesiones dramáticas y cierta sensación de gratuidad general las que impiden que lo burbujeante se torne francamente excitante. Es como si el chisporroteo formal no fuera para Boyle algo que se genera sino que viene del cielo, sin que uno sepa muy bien qué hacer con él. Tal como le sucede a Damian con la valija que a fines del siglo XX cayó sobre su cabeza, como un deus ex machina de los tiempos del euro.
6-MILLONES
(Millions) Gran Bretaña, 2005.
Dirección: Danny Boyle.
Guión: Frank Cottrell Boyce.
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Intérpretes: Alex Etel, Lewis Owen McGibon, James Nesbitt, Daisy Donovan y Christopher Fulford.