Después de los rumores que la posicionaban como favorita, la productora y cineasta Liliana Mazure recibió una buena noticia: el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se comunicó para ofrecerle el cargo de presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y Mazure aceptó, de acuerdo con lo que informa la productora y cineasta a Página/12, quien comenta que sólo falta la firma del decreto. Mazure reemplazará a Jorge Alvarez, quien renunció a principios de marzo en medio de un clima de denuncias efectuadas por un sector de la industria que cuestionaba falta de transparencia de su gestión y entrega discrecional de los Terceros J (subsidios que se otorgan directamente). Sobre este punto, hubo una denuncia penal anónima y hay una causa radicada en el juzgado del doctor Claudio Bonadío.

De vasta experiencia en el campo cinematográfico, Mazure es productora y cineasta. Entre las películas que produjo pueden mencionarse Cobrador, dirigida por Paul Leduc; Nicotina, de Hugo Rodríguez, y La mala hora, de Ruy Guerra. Fue directora de Van Van, empezó la fiesta, sobre el mítico grupo musical cubano, y está por estrenar 1973, un grito del corazón, film que combina documental con ficción y que establece una mirada sobre la militancia política de aquella época. Además, fue productora general del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) y del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. “Estoy encantada. Es un desafío interesante, me gusta que me hayan convocado”, señala Mazure.

–¿Cómo se puede estimular al público argentino para que vea cine nacional?

–Es una pregunta difícil de contestar, pero es uno de mis objetivos. Creo que es un objetivo que tenemos todos los que hacemos cine, tanto productores como directores. Hay que reposicionar el cine argentino. El otro día alguien me preguntó qué pasa con los realizadores que no pueden conectarse con su público y me parece que hay que dar vuelta las cosas: lo que está pasando es que el público no se está conectando con sus propias imágenes. O sea, lo que nos pasa a los realizadores, en realidad, es importante para noso-tros, pero no es tan grave. Lo que es más grave es que como público no nos estamos conectando con nuestras propias imágenes. Estamos viendo las imágenes, los deseos y las fantasías de otros que no nos corresponden. Esa es la parte compleja de esta historia y que hay que tratar de revertir.

–¿Qué opina sobre la reglamentación de la cuota de pantalla? ¿Está conforme con la legislación vigente o debería haber una nueva normativa más eficaz?

–Hay que trabajar sobre eso fuerte también. Tengo algunas ideas y propuestas, pero las quiero trabajar un poco más antes de explicitarlas.

–¿Debería reglamentarse, por ejemplo, un control sobre la cantidad de copias con que se estrenan algunas producciones extranjeras?

–Yo tengo un proyecto al respecto, un criterio y un pensamiento sobre lo que hay que hacer en cuanto a la distribución, pero me gustaría contarlo desde lo más general: como país tenemos una característica muy particular, y es que tenemos una oferta increíble (por decirlo en términos de mercado) en cuanto a calidad profesional, técnica y contenidos. Es muy curioso el fenómeno de Argentina en la cantidad de producciones que tenemos capacidad de realizar anualmente y lo que tenemos para contar. No es lo mismo que sucede en ningún otro país de Latinoamérica. Me parece que eso hay que empezar a manejarlo, en el sentido de que noso-tros tenemos un mercado muy chico, tenemos que empezar a trabajar con nuestros productos cinematográficos. Hay que armar la distribución a nivel latinoamericano. Lanzarnos en otra dimensión: en la que la oferta que nosotros tenemos merece. Y evaluarlo desde ahí.

–¿Se debe actualizar la Reglamentación de Fomento Cinematográfico a las nuevas tecnologías audiovisuales?

–Sí, totalmente. La reglamentación de fomento hay que actualizarla desde muchos lugares.

–Con respecto a las denuncias sobre la supuesta entrega discrecional de los Terceros J, ¿sabe algo de la denuncia penal en curso?

–No, desconozco.

–¿Tampoco si hay alguna auditoría interna llevándose a cabo actualmente?

–No, desconozco.

–¿Y cómo debe ser la política del Incaa con respecto a los Terceros J?

–El Tercero J es el artículo tercero, inciso J, de la Ley de Cine. Eso existe y yo creo que es válido. La Ley de Cine también implementa la existencia de un consejo asesor, de una asamblea federal. O sea, la Ley de Cine está muy bien armada. Hay que llevarla adelante y cumplirla con la participación de las diferentes asociaciones del sector. No es más complejo que eso.

–Distintos sectores del cine pelean por la regularización del consejo asesor. ¿Qué tiene pensado hacer al respecto?

–El consejo asesor tiene que funcionar. Es parte de la ley.

–Otro de los reclamos es la reglamentación de la ley de creación de la Cinemateca Nacional. ¿Qué política debe tener el Incaa en cuanto a la preservación del patrimonio audiovisual?

–Es una barbaridad que no lo tengamos. Y también está reglamentada por ley y hasta ahora tampoco se pudo hacer nada. Es increíble el estado en que se encuentra nuestro material de archivo, el material de la memoria, nuestras películas. Es un tema importantísimo. Está también en la Ley de Cine. Como decía: es muy completa y se aprobó con el esfuerzo de todos. Hay algunos puntos que hay que rever, como el tema de la tecnología y, particularmente, la reglamentación en cuanto al Fondo de Fomento y demás. Pero son reglamentaciones de la misma ley, que es muy completa. Si nosotros no cuidamos lo que tenemos, ¿adónde vamos?

–Otro de los reclamos de los cineastas es que se contemple la cuota de pantalla también para la televisión. ¿Cuál es su posición?

–Tenemos que sentarnos a conversar con los canales de TV.

–¿Cómo debe ser la política en relación con los Espacio Incaa?

–Tengo una política para los Espacios Incaa también. Yo creo que hay que desarrollarlos, profundizarlos, programarlos y llenarlos de gente. Esto, dicho en términos generales.

–¿Se va a mantener la fecha del Festival de Mar del Plata?

–Todavía no lo vi. Cuando llegue el momento, veré qué hacemos con eso. En principio, es la fecha que nos dieron (N. de la R.: diciembre de 2008). Así que, en principio, se mantendrá.