Según la directora general de Expotrastiendas, Pelusa Borthwick, las ventas de este año alcanzaron los cuatro millones de pesos. La cifra final resultó más por la cantidad de obras vendidas –alrededor de 200– que por los precios. La mayor parte de las obras vendidas osciló entre los 800 y los 25.000 pesos. La cifra más alta, 25.000 dólares, se pagó por un cuadro de Rómulo Macció.

El artista Milo Lockett, en la galería de Teresa Anchorena, vendió unas 50 obras, de entre 2500 y 5000 pesos, aunque vendió también dos trabajos de 7000 y 8000 dólares.

Un tema aparte fue la subasta del mural de León Ferrari, Luis Felipe Noé, Adolfo Nigro y Rep. Realizado por iniciativa de PáginaI12, el mural fue originalmente exhibido en arteBA y ahora en Expotrastiendas, en el stand del Banco Ciudad, que lo subastó partiendo de una base de 120.000 pesos. La puja llevó a que la obra se vendiera a 190.000 pesos, donados a la Fundación Garrahan.

Curadores y compradores provenientes de Italia, Chile y México participaron de la primera ronda de negocios oficial de compradores de arte. Aprovechando la visita a Expotrastiendas, tomaron contacto con organismos oficiales para intercambiar experiencias de los diferentes modelos de gestión cultural. Rafael Pérez y Pérez, Jaime Tamayo y Pablo Ugarte se reunieron con el director nacional de Artes Visuales, Andrés Duprat, y la directora general de Museos de la ciudad, Mariela Diéguez.

Una de las personalidades destacadas de la feria fue la teórica del arte Beatriz Tibol, de 84 años. Nacida en la Argentina y radicada en México desde 1961, Tibol vino a dar una conferencia sobre la castigada obra de Siqueiros, Ejercicio plástico. La especialista demostró que se puede hablar de arte en profundidad sin utilizar un lenguaje críptico.