Invitado por el Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella, el británico Simon Starling –ganador del prestigioso Turner Prize en 2005– dio una conferencia en la que trazó un recorrido de su trabajo de los últimos tres lustros.

Starling es un artista preocupado por la circulación e historia de las cosas, los lugares, la cultura; y obsesionado por la economía y los procesos de producción. Su obra –escultura, instalaciones, dibujos, películas– suele definirse como la “manifestación física de un proceso de pensamiento”.

Fue representante de Escocia en la 50ª Bienal de Venecia; vivió en varias ciudades del Reino Unido y de Alemania. Es profesor de la influyente Escuela de Arte de Frankfurt y está considerado como uno de los artistas más destacados de la escena europea en la actualidad. Nació en Inglaterra en 1967. Estudió en el Nottingham Polytechnic y en la Escuela de Arte de Glasgow. Sus obras forman parte de las colecciones de la Tate Modern (Londres), Moderna Museet (Estocolmo), Solomon R. Guggenheim Museum (Nueva York), Kroller Muller Museum (Holanda), San Francisco Museum of Modern Art; Museum of Contemporary Art (Chicago), y Museum Folkwang (Essen). Expuso individualmente en Mass Moca (2008), Power Plant (Toronto, 2008), Kunstmuseum Basel (2005), Museum of Modern Art (Sydney, 2002), Portikus (Frankfurt, 2002), Kunstverein Hamburg (2001), Vienna Secession (2001) y Camden Arts Centre (Londres, 1998), entre otros museos.

El año pasado, una de sus obras más recientes fue elegida por Daniel Birnbaum, curador general de la 53ª Bienal de Venecia, para integrar el eje central de la muestra veneciana.

Quien firma estas líneas, como curador del envío argentino a la Bienal del año pasado, tuvo la oportunidad de recorrerla varias veces y comprobar que la obra de Starling fue una de las más comentadas de la Bienal. En su conferencia, Starling contó, entre otras cosas, la historia de esta obra.

Se trata de la proyección cinematográfica que lleva por título “Wilhelm Noack oHG”, y es una obra que no sólo trata sobre la empresa metalúrgica berlinesa homónima, sino que además está realizada con esa fábrica. Noack fue fundada en Berlín a fines del siglo XIX. A lo largo de más de un siglo, ha estado íntimamente ligada a la historia política y cultural de la ciudad: desde su relación con la Bauhaus y con el modernismo alemán, también hizo trabajos para proyectos del Tercer Reich y en la posguerra colaboró en obras en Berlín Occidental. A partir de los años noventa ha venido colaborando con destacados personajes de la escena artística. La película en loop de Starling (que tiene 4 minutos de duración) está filmada en 35 mm y no sólo se trata de una obra maestra del documental y el montaje que cuenta la historia y el funcionamiento de esta empresa metalúrgica a través del último siglo de historia alemana, sino que también es la historia de la construcción de la refinada y ultradiseñada escultura cinética del propio Starling, que sirve como soporte y vehículo de proyección del film. La escultura, fabricada por la misma Noack, luce como una estilizada escalera caracol y es una compleja y precisa máquina de proyección sinfín, de acero inoxidable, que es recorrida íntegramente por el film de 35 mm antes de pasar por la lente para su proyección.

Las obras de Starling tienen la particularidad de contar la historia de su materialidad y de su realización: sus causas, sentido y objetivos. Estar ante sus obras supone ser testigo de un asombroso sistema de interconexiones que unen cultura, historia, materiales, ideas y desarrollos, en una trama de lúcida concepción y sorprendente realización.

Así lo contó el artista: “Cuando me fui de Glasgow, fui a vivir a Berlín por cuatro años. Es una ciudad fantástica para trabajar. Había artistas muy interesantes y una cultura sorprendente de fabricantes a pequeña escala. Gente que, por ejemplo, utilizaba el patio de su casa para hacer cosas con sus manos. Muchas ciudades europeas han perdido este tipo de empresas artesanales. Pero eso me gustó de trabajar en Berlín, porque encontré que muchas cosas se hacen manualmente. Entonces quería encontrar una forma de hacer una obra sobre la ciudad de Berlín, que tuviera sentido. Y para eso tenía que encontrar la manera correcta de hacerlo. A través de una amiga conocí a la gente de la empresa Noack, para que me ayudaran a construir la estructura de metal de una pantalla. Llevé los planos y le pregunté al señor Noack si podía construir un bastidor de metal. Se rió, porque su abuelo había construido algo parecido y tenía todos los datos. Al conocer esta empresa, se me ocurrió hacer una obra con ellos y sobre ellos. Se trata de una empresa que ha funcionado en Berlín durante más de un siglo. Son muy conocidos y están conectados con la esencia de la ciudad, participaron de la construcción de muchos edificios públicos e hicieron gran parte del trabajo en acero inoxidable para el aeropuerto circular de Berlín. Hicieron muchas esculturas públicas para artistas y, por lo tanto, es una empresa que está muy involucrada con la ciudad y que ha trabajado con muchos artistas modernos, con la gente de la Bauhaus y con Albert Speer, en muchos proyectos. De alguna manera muy directa y muy física, la historia de esta empresa es la historia de la ciudad y yo debía encontrar la manera de encarar este proyecto. Tuve muchas entrevistas con el señor Noack y lentamente comenzó a revelarse a sí mismo. En cada entrevista fue mostrándome algún plano, una foto, y yo le pedía más. Hasta un día sacó una llave del escritorio y me llevó a la parte de atrás del taller y abrió la puerta de una sala que adentro era un caos completo: llena de mapas, fotos, planos, esquemas. Toda la producción de la empresa a lo largo de su historia. Esto fue el corazón del proyecto. Yo tenía una cámara cualquiera, de 35 milímetros y no tenía un trípode. Entonces para poder hacer tomas del lugar comencé a utilizar la maquinaria que estaba allí, para hacer paneos, para poder animar la imagen y hacerla dinámica, con movimientos de cámara. Buscaba animar el espacio. Vi que sería mucho más interesante utilizar un tipo de soporte de metal con cadenas para la cámara. Y este proyecto es una combinación de filmaciones propias, con la utilización de las maquinarias del lugar y con material de archivo que documentaba momentos de la historia. Es un corto de 4 minutos que tiene el tipo de ritmo, sonido e ímpetu de un taller de metalmecánica, utilizando lo que tenía a mano. Una de las claves de esta obra es que los Noack iban a participar de la exhibición, se iban a involucrar en cómo se exhibiría la obra.

“Me llevó mucho tiempo pensar en el tipo de estructura que los Noack podrían hacer para proyectar la película y un día estaba mirando un libro del arquitecto y diseñador italiano Carlo Mollino y había una foto de una escalera con una baranda hermosa y esa fue la máquina que teníamos que construir. Una columna única de acero inoxidable, con 86 brazos, que tiene rodillos a los costados y la película pasa por cada uno de estos rodillos hasta el proyector. Es como una columna vertebral y guarda una muy buena relación entre las imágenes y la imagen proyectada sobre la pared. Usé las imágenes fijas del archivo y las imágenes móviles son una combinación de las imágenes estáticas. La obra lleva el nombre de la empresa. Y busqué que exista una relación entre la máquina y las cosas que fabrica la empresa. Es un sistema cerrado. Mi arma secreta al hacer esta película fue trabajar con un editora cinematográfica. Yo tenía una idea muy clara sobre cómo hacer la parte visual. Pero ella tuvo la idea de dejarse llevar por los sonidos rítmicos: luego montamos las imágenes en base a los sonidos”.