Para celebrar la firma del convenio que posibilita la cesión del espacio para el pabellón nacional y la visita de la presidenta argentina, la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería organizó una exposición histórica de arte nacional (“Memoria y libertad”) en la planta baja de la sede administrativa de la Bienal de Venecia, un palacio que queda a pocos metros de la plaza San Marco, en Ca’Giustinian, sobre el Gran Canal.

La exposición, que tiene como comisaria a la embajadora Magdalena Faillace y como curador a Rodrigo Alonso, incluye obras de Lino Enea Spilimbergo, Raquel Forner, Antonio Berni, Xul Solar, Roberto Aizenberg, León Ferrari, Emilio Pettoruti, Nicolás García Uriburu, Carlos Alonso, Luis Benedit, Carlos Gorriarena, Guillermo Kuitca, Marta Minujín, Oscar Bony, Juan Carlos Distéfano, Pablo Suárez, Luis Felipe Noé y Marcia Schvartz.

Con el mismo objetivo celebratorio, un grupo de artistas –consagrados y de la generación intermedia– acompañaron la visita presidencial: Marta Minujín, Margarita Paksa, Luis Felipe Noé, Juan Carlos Distéfano, Alejandro Puente, Nicolás García Uriburu, Renata Schussheim, Adolfo Nigro, Daniel Santoro, Eduardo Stupía, Marcia Schvartz, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Pablo Siquier y Marcos López.

La presencia argentina en la Bienal cuenta con otras dos artistas invitadas que exhiben sus obras en los Arsenales y en el pabellón principal de los Giardini: se trata de la cordobesa Leticia el Halil Obeid, que participa con un video en la muestra Entre siempre y jamás, organizada por el Instituto Italo Latinoamericano (IILA), en homenaje al Bicentenario de varios países latinoamericanos, con curaduría de Alfons Hug. Por su parte, en el pabellón central de los Giardini, Amalia Pica (neuquina residente en Londres) está presente con obra variada alrededor del color –proyectado e impreso, y de la relación entre sonido y silencio–, invitada por la curadora general de la Bienal, Bice Curiger.