PLASTICA › SE INAUGURO LA MUESTRA PERMANENTE ARTISTAS X LA 21
Realizadas por artistas latinoamericanos de primer nivel, las más de cuarenta obras en exposición en la Casa de la Cultura de Barracas ya son patrimonio de la Casa, en donde empieza a verse de cerca un fenómeno de inclusión que emociona a propios y extraños.
› Por María Daniela Yaccar
“Hay un antes y un después con la apertura de este lugar”, sostuvo el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, en la presentación de la primera muestra de la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas. El espacio que inauguró la Presidenta el mes pasado, en la villa más grande y más poblada de la Ciudad de Buenos Aires, abrió el miércoles sus puertas al público. Los talleres de arte, muchos dictados por docentes del barrio, comenzarán en diciembre; pero una completa muestra de arte ya se puede visitar de martes a domingo de 15 a 19 en Avenida Iriarte 3500. Las más de cuarenta obras en exposición constituyen la colección permanente de la Casa, que han sido vendidas por importantes artistas latinoamericanos a un módico precio.
Artistas x la 21 es el nombre de esta muestra que, como expuso el secretario de Cultura en el acto inaugural, es una expresión de “diversidad artística”: la componen pinturas, esculturas, serigrafías, fotos, murales y objetos. Algunas, como el vitral de Guillermo Rodríguez, que se puede ver desde adentro y desde afuera, forman parte de la arquitectura del espacio. “Pocas veces una institución, al abrir sus puertas, cuenta con una colección que reúne más de cuarenta piezas de algunos de los artistas más relevantes”, escribió para el catálogo Liliana Piñeiro, directora de la Casa Nacional del Bicentenario y curadora de Artistas x la 21. Desde que la Casa de la Cultura Villa 21 Barracas era un proyecto, Coscia quiso que el lugar contara con una destacada colección. Allí hay obras que podrían encontrarse en cualquier museo o galería, de la autoría de León Ferrari, Carlos Gorriarena, Adriana Lestido, Marcos López, Adolfo Nigro, Daniel Santoro y Sara Facio, entre tantos otros. Muchos de los trabajos exponen la relación del arte con la política, con claras alusiones a Evita, los mitos guaraníes o la Patria Grande.
El miércoles los vecinos empezaron a poblar esta Casa que, después de años de lucha y en gran parte fruto de su trabajo, es suya. Muchos talleres que preexisten a este edificio de 1500 metros cuadrados tendrán un lugar para su desarrollo. Los chicos se ubicaban en las computadoras del Núcleo de Acceso al Conocimiento, a la derecha del hall principal, donde habrá talleres sobre las nuevas tecnologías. “Hay mucha demanda para las actividades”, sostuvo Cristian Heredia, presidente de la Junta Vecinal, esquivando a la gente, que se paseaba por allí con los catálogos en la mano. “Si llego a sacar un herrero de acá, me voy a ir a dormir tranquilo”, soñaba despierto Pablo López, quien elaboraba una obra de arte afuera del enorme galpón, una escultura de hierro que recreaba una imagen de la Biblia. El brindará un taller de herrería que combinará oficio y arte. Según contaba, los cartoneros y chatarreros del barrio ya habían empezado a donarle materiales. Señalando una escalera caracol que se veía enfrente, López se entusiasmaba: “Eso es lo que les puedo enseñar a hacer”.
Había otros artistas trabajando al aire libre. Estaba Horacio Sánchez Fantino, autor de un mapa del barrio con chapitas, muy parecido al que Cristina Fernández le regaló al papa Francisco. Federico Ardiciácono, artista mendocino, armaba una pila de libros con maderas. Y Luis Rojas, un joven vecino que será el encargado del taller de graffiti, pintaba un cuadro con aerosoles. “Ahora tenemos un espacio para hacer lo que nos gusta. Se van a poder ver los artistas que hay acá. Vamos a evolucionar”, celebraba.
“No puedo explicar lo que significa para mí estar hoy acá parada”, sostuvo en un breve acto Nidia Zarza, la flamante directora de la Casa, militante social, documentalista, fundadora del primer taller de cine en la Villa 21 y líder de Fraternidad del Sur, organización cultural del barrio. “No puedo explicar lo que es ver a mis vecinos con la posibilidad de disfrutar de este espacio. Esto es una decisión política. Podemos pensar en muchas oportunidades que antes fueron negadas”, recalcó. Causó gracia que, en el momento en que el locutor dijo la palabra “directora”, tanto Zarza como Piñeiro se acercaran al micrófono. También tomó la palabra Heredia, quien agradeció a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández. “Se me sigue poniendo la piel de gallina cada vez que ingreso a este espacio. En las villas de emergencia no estamos acostumbrados a este tipo de políticas. Siempre pensamos que soñar era nuestro único privilegio, pero con estas políticas podemos seguir soñando”, manifestó.
A su turno, Coscia comentó que esa tarde estaba planeada la primera asamblea federal de funcionarios de Cultura en esta nueva sede de la Secretaría, donde él ahora tiene su despacho; pero que la reunión fue suspendida por el accidente que sufrió el gobernador sanjuanino José Luis Gioja. Sin embargo, estaban allí presentes funcionarios de Cultura de Neuquén, Tucumán, Jujuy y La Rioja. Al igual que Piñeiro, el secretario de Cultura agradeció a los artistas, quienes vendieron sus obras por no más de 5 mil pesos. “Esta colección nos anima a pensar que es posible el encuentro entre comunidades, Gobierno y artistas para fomentar el arte argentino”, deslizó. Expresó su deseo de que Casas como ésta “florezcan en toda la República”.
“No dejo de sorprenderme para mal también”, continuó el funcionario. “Un comunicador dijo que la inauguración de esta Casa era un acto simbólico. Y sí, tiene razón. Es de un enorme simbolismo que el secretario de Cultura se mueva a este lugar. Las cosas no se ven del mismo modo aquí que desde Recoleta. Dime desde qué punto ves el mundo y te diré cómo lo ves.” Coscia destacó que las mismas personas que pusieron los ladrillos para la construcción del espacio ahora estuviesen manejando la técnica del auditorio. Es que la idea es que la mayoría de los puestos laborales la ocupe la gente del barrio.
Otro de los oradores fue Leo Vinci, que habló en representación de los artistas: “Quizá nuestra obra todavía esté cargada de la colonización, porque nos formamos a partir de un pensamiento que venía del exterior. Aquí podremos alimentarnos de otro centro, que está en la tierra, arraigado en el pueblo. Los jóvenes están generando cosas que tienen que ver con nuestra América. Esta es una posibilidad para empezar a generar un lenguaje propio”.
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