Martes, 29 de abril de 2014 | Hoy
PLASTICA › LUIS FELIPE NOé Y SUSANA RODRíGUEZ EN EL MUBE DE SAN PABLO
Ambos artistas argentinos, que tienen una larga historia de exposiciones en Brasil, presentan una selección de sus obras en el impactante Museu Brasileiro da Escultura paulista.
Por Fabián Lebenglik
Durante marzo y abril, el MuBE (Museu Brasileiro da Escultura) presenta una exposición conjunta de los artistas argentinos Luis Felipe Noé y Susana Rodríguez, quienes ya tienen sus propias historias con esta ciudad y con Brasil.
Noé expuso por primera vez en Brasil en 1963, en la Galería Bonino de Río de Janeiro, con el grupo de la Nueva Figuración. Para el reconocido crítico Federico de Morais, “aquella exposición tuvo un impacto inolvidable sobre la joven generación carioca”. Para un artista hoy fundamental de Brasil, Antonio Dias, “la exposición de Bonino fue más que un choque. Fue una alegría”. A fines de los ochenta, el entonces director del MAM, Paulo Herkenhoff, escribió: “En 1963, una exposición de cuatro jóvenes artistas argentinos en la Galería Bonino de Río de Janeiro dejó una fuerte impresión en el ambiente cultural de la ciudad. Retomando con otra muestra en 1965 en el Museo de Arte Moderno, Otra Figuración, de Deira, Macció, Noé y de la Vega reiteró el impacto”. La exhibición de 1987, además del cuarteto de Otra Figuración, incluyó a Antonio Seguí y fue acompañada –para demostrar las huellas de la Nueva Figuración en los artistas brasileños– con obra de los artistas locales Antonio Dias, Anna Bella Geiger, Rubens Gerchman, Anna María Maiolino, Roberto Magalhaes, Ivan Serpa y Carlos Vergara.
Precisamente, uno de aquellos artistas, Antonio Dias, está presentando ahora una gran exposición en una de las galerías más importantes de San Pablo, Nara Roesler. (Ver nota aparte.)
En 1985, la Bienal de San Pablo organizó una muestra homenaje a La Nueva Figuración, en 2011 el MAM de Río organizó una gran retrospectiva de Noé y el año pasado el pintor fue invitado a la Bienal de Curitiba.
Por su parte, Susana Rodríguez presentó varias muestras individuales en esta ciudad. En 1978 y 1982, en la Galería Arte Aplicada (donde también fue convocada posteriormente a participar de muestras colectivas). Y además presentó exposiciones propias en dos importantes museos locales: el de Arte Moderno (1988) y la Pinacoteca del Estado (1999).
La muestra que Noé y Rodríguez presentan en la gran sala “Pinacoteca” del MuBE fue curada por Sabina de Libman, quien viene acompañando la trayectoria de ambos artistas desde los años ochenta, y destaca tanto la potencia visual y la frescura juvenil de la obra Noé como la “tarea artística, brillante e incansable” de Susana Rodríguez.
Mientras Noé presenta una selección de obras que van de 2003 a 2011, Rodríguez exhibe pinturas realizadas durante 2013 (salvo una de 2010).
La exposición de Noé podría comenzar a contarse con una obra de 2004, Estamos en el siglo XXI, que funciona como afirmación del presente, dado que es su etapa actual la que el artista prefiere exhibir. Y sigue exponiendo sus principios, no sólo a través de los colores y las formas fragmentarias, sino a través de los títulos, CAOS Sociedad Anónima y los más recientes Crac y Deconstrucción Global. La exposición de Noé incluye la monumental pintura de once metros por tres La estática velocidad, que realizó para la Bienal de Venecia en 2009.
Las obras exhibidas, aunque puedan tener componentes evocativos, no son nostálgicas del Noé de los años sesenta a noventa, sino que hay potentes recreaciones en relación con el Noé de otras épocas: nuevas combinaciones de colores y texturas, nuevos modos de abordar la pintura, nuevos recorridos, nuevas maneras de pensar el montaje y enmarcado.
Cada obra parece narrar en clave pictórica episodios e itinerarios vitales, aunque se trata siempre de una narración visual muy libre.
A su vez, la pintura de los últimos años cita y a veces resume la de años anteriores, en algún sector de la tela, como si hubiera una aproximación retrospectiva dentro de algunos de los cuadros: retrospecciones e introspecciones de carácter explosivo, dado que los contrastes siempre generan tensiones en la obra de Noé.
El gesto permanente del artista de avanzar hacia lo indeterminado, lo accidental, el azar, se combina con una fortísima noción compositiva, de núcleos múltiples. Una forma de lanzarse a cada obra que resulta tempestuosa, pero que al mismo tiempo es constitutiva de su trabajo.
Noé nunca deja de experimentar tamaños, escalas, formatos, técnicas, en todos los niveles de la pintura. Y junto con una visión de conjunto que domina cada pieza, también está el apego por el detalle, donde una figura, una frase, algún elemento narrativo, se resuelve en pocos centímetros cuadrados, dentro de una obra de gran tamaño.
En el caso de la muestra de Susana Rodríguez, una serie de cuadros verticales presentan paisajes abstractos en los que parecen distinguirse tramas y fluidos en movimiento veloz y urgente hacia un centro incandescente o hacia determinada profundidad. Se trata de composiciones bellas e inquietantes, barrocas, en las que se evoca un conjunto de fuerzas que confluyen hacia un centro que las atrae, visualmente magnético.
Los títulos hacen referencia a la presencia-ausencia de luz en las composiciones (Misteriosa luz, Buscando la luz, Visiones nocturnas, Una extraña bruma) y a una memoria infantil que parece fundirse en la luminosidad (El jardín de la infancia, Nacimiento, Memorias de una ciudad feliz).
La exposición cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación y la Cancillería argentina.
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