En el actual fenómeno argentino de una extensa producción de exposiciones en museos, galerías, centros culturales y museos universitarios, prácticamente no existen los panoramas históricos internacionales de un movimiento o tendencia. Las razones son diversas, económicas primero y logísticas también. Exposiciones como International Pop, inaugurada el pasado 11 de abril en el Walker Art Center de Minneapolis, es impensable poder producirlas en nuestro medio. Sin embargo, sí es cada vez más frecuente que historiadores y curadores argentinos trabajemos como consultores en estas muestras que mapean, discuten, dan cabida y distinguen el aporte latinoamericano/argentino a distintas poéticas del arte contemporáneo.

Como Darsie Alexander y Bartholomew Ryan, curadores de International Pop subrayan: “La exposición da cuenta de la emergencia global del Arte Pop entre los años ’50 y los ’70 con una perspectiva distinta de la de focalizarse en la prevalencia del Pop en Nueva York y Londres. En cambio, la muestra examina la obra de artistas de distintas parte del mundo que se enfrentaban a muchos de los mismos desafíos radicales que están en la base de la emergencia de un arte que, como el Pop, se apegó a la figuración, a las estrategias de los medios masivos, a la mecanización, y los procesó con un nuevo espíritu de urgencia y exuberancia”.

A partir de esta consigna conceptual, la exposición reúne en las salas del edifico del Walker tendencias artísticas de los ’60 como el Nuevo Realismo francés, una parte del Neoconcretismo brasileño, el Arte de las cosas y el Pop-lunfardo argentinos, el Anti-arte japonés, el Realismo capitalista alemán, los happenings y los Neo-Dada estadounidense y británico. A pesar de los distintos contextos políticos y sociales producto del rediseño geopolítico de la posguerra, el impacto del Pop, adhiriendo, versionando o ironizando, existió tanto tras la “cortina de hierro” como en las lejanas capitales del cono sur.

International Pop fue pensada en un diálogo entre curadores y académicos que se inició en 2012 con un encuentro en Minneapolis. Allí, los especialistas de cada país pensamos en doble sintonía local e internacional acerca del Pop y colaboramos en prefigurar el guión curatorial. Un ejercicio sin dudas muy provechoso que llevó en muchos casos a dimensionar la envergadura de lo propio y corroborar los contactos no solo temáticos sino aquellos que ocurrían en el encuentro entre personas, las lecturas y los intercambios epistolares, todas condiciones que hablan de la dimensión internacional del fenómeno que Darsie Alexander y su equipo nos proponía reconsiderar en un contexto más amplio.

En la exposición el Pop argentino está representado con obras históricas como Retratos de muchachas y muchachos de Delia Cancela y Pablo Mesejean, La Mamoushka operada, de Edgardo Giménez; Doble Plataforma, de Dalila Puzzovio, un colchón y la película de La Menesunda, de Marta Minujín; Fashion Fiction 1, de Eduardo Costa, y The witches of Neumonia, de Charlie Squirru.

International Pop reúne unas 140 obras de catorce países y tiene un programa especial de cine y videos de época que ponen de relieve el carácter experimental del arte de los años sesenta.

El librocatálogo que se produjo para la exposición ofrece una visión en profundidad de cada contexto artístico con ensayos de académicos, curadores y críticos de Argentina, Brasil, Japón, Gran Bretaña, Estados Unidos, Hungría e Italia.

* Historiadora del arte. Directora del MAT. Asesora de International Pop. En 2010 curó Pop! La consagración de la primavera, en el Espacio OSDE.