Como Michael Jackson, Stevie Wonder también fue una estrella a la más tierna edad. Pero, en lugar de blanquearse, deformarse la cara, montar un parque de diversiones con zoológico en casa y meterse en cosas raras con los niños, el morocho que le cantó a la vida secreta de las plantas siguió dedicando su pasión a la música. Está bien, también grabó esa pegajosa “I just called to say I love you”, que puebla las pesadillas de más de uno, pero a Wonder lo guía esa clase de instinto rítmico, capacidad interpretativa, perfección melódica, alma, que suele distinguir a los afroamericanos. Eso queda de manifiesto en Live at last-A wonder summer’s night (Universal), el DVD que acaba de desembarcar en las bateas argentinas y que registra el formidable show que el músico dio en la sala O2 de Londres. Para su debut en el rubro “DVD en vivo”, el Sr. Maravilla apela a una de esas bandas infernales de catorce músicos –que incluye a su hija Aisha Morris en coros y voz– y a un setlist que no solo incluye clásicos propios como “Master blaster”, “Higher ground”, “Visions”, “Signed, sealed, delivered I’m yours”, “Isn’t she lovely” y “Superstition”, sino también versiones de “All blues” (Miles Davis), “The fool on the hill” y “I wanna hold your hand” (Lennon/McCartney), “(I can’t get no) Satisfaction” (Jagger/Rochards) y “Spain” (Chick Corea). Todo ello registrado con quichicientas cámaras de alta definición y sonido 5.1: un banquete.