El nombre de José Libertella quedará asociado para siempre al del Sexteto Mayor, la formación a la que dedicó tres décadas de trabajo intenso y apasionado, la que llevó por todo el mundo y la que confirmó un estilo que fue renovación en el género. Más allá de aquella formación que resultó emblemática en su carrera, Libertella llevó su versatilidad como intérprete y director por distintas formaciones, y cultivó una refinada escuela orquestal que también se escucha en su sexteto. Una doble edición póstuma revela algunas perlas

inéditas de distintas etapas de su obra: con su orquesta, con Edmundo Rivero, con un breve dúo que emprendió con Roberto Grela, o en inspirados solos de su bandoneón. En dos CD –Tango íntimo y Tango orquestal–, la colección Pepe Libertella inédito propone un viaje especial por la historia del gran Pepe Libertella.

El viaje propuesto es emotivo en un sentido: armado por los hijos de Libertella –encargados de “custodiar” aquellas cintas que amontonaba su padre, y también de ordenarlas y restaurarlas–, se propone como “un álbum de recuerdos sonoros” en el que van apareciendo distintos momentos de la vida del bandoneonista, arreglador, compositor y director. Dos audios radiales completan las fotos posibles, y allí Libertella imagina que si algún día este material llegara a editarse, sería “un homenaje a toda la gente que estuvo conmigo”. El homenaje se cumple en la medida en que el material editado pone de relieve la contundencia del bandoneón de Libertella, su estilo preciso, su lugar de referencia y su versatilidad estilística.

La colección, editada por el sello Típica y dirigida por el periodista Andrés Casak, presenta un primer CD que redescubre a Libertella junto a Roberto Grela. El dúo no llegó a tomar forma artística definitiva, pero aquel impulso de 1972 alcanzó para dejar plasmadas un par de actuaciones a sala llena en peñas del interior, y ensayos de los que quedan estas grabaciones, hoy históricas. Junto a Edmundo Rivero, Libertella emprendió una gira por Japón con su Quinteto Gloria, de la que estos registros de 1967 rescatan clásicos como “La última curda” y “Adiós Pampa mía”. Hay más inéditos de su quinteto, en giras posteriores, y solos que lo muestran en su mejor forma, en el año 2000.

Tango orquestal, el otro CD, recupera grabaciones de la orquesta que Libertella llevó a Japón en 1978 y 1979, que incluyen arreglos tangueros de melodías tradicionales japoneses, una muestra más del arraigo que tenía su figura en ese país. Hay también una perlita de aquella resistencia tanguera que hubo que emprender en los ’70: con colegas como Luis Stazo, Jorge Dragone y Osvaldo Requena, Libertella costea un espacio en Radio El Mundo, una forma de acceder a un lugar donde todavía fuera posible presentar orquestas en vivo. Dos grabaciones de aquellas presentaciones también se incluyen en este CD. Si el trabajo incansable fue una marca de estilo del bandoneonista, sigue siéndolo en forma póstuma, y aquel empeño de Libertella en acumular cintas con grabaciones finalmente rindió sus frutos.