Miércoles, 28 de julio de 2010 | Hoy
DISCOS
8-Río de los canasteros
Diego Amador. Acqua
Lejos del intimismo exacto de Piano jondo y más cerca del flamenco tradicional y de su lado cantaor que del piano, el sevillano Diego Amador, en su último disco, se afirma como una de las voces más interesantes de la actual música popular española. Las bulerías del tema que da título al álbum, la oscura y exquisita voz de La Susi en “Muerte de amor”, con texto de García Lorca, y la guitarra invitada de Tomatito más la presencia, como invitado, en “Al latín” de Luis Salinas están entre lo mejor de una producción extremadamente cuidada. D. F.
6-United Nations of Sound
RPA & The United Nations of Sound Parlophone
A Richard Ashcroft lo exculpa y condena lo mismo. Haber hecho The Verve por el lateral de la zoncera de Blur contra Oasis y logrado canciones memorables (igual en sus primeros discos como solista) lo excusa de sonar a sí mismo. Pero haber ayudado a crear al britpop lo inhabilita a aparecer en este nuevo proyecto junto a un combo de músicos negros corriendo desde atrás a las novedades de la Cool Britannia de Coldplay en adelante, o entre tanta cursilería. Igual, el resultado no es tan catastrófico: hay buenas ideas y una pátina de blues que lo vuelve simpático. L. P.
7-Reacción sur
Diagonal 18. Independiente
Del oeste bonaerense –más precisamente Ramos Mejía– llega el debut de esta banda que supo telonear a Los Violadores y a Die Toten Hosen y que hoy tiene para ofrecer un cóctel superador del primitivo punk rock. Con influencias del ska y el reggae, Reacción sur reconoce de todos modos la esencia punkie, tanto por el minimalismo formal de sus trece canciones como por la ideología que las acompaña: canciones de denuncia social, desencanto urbano y rebeldía existencial se funden en una propuesta que permite augurar un interesante proceso evolutivo. F. D.
7-Joropotango
Hernán Gamboa. Suramusic
El hombre es todo un personaje de la música popular venezolana y, al mismo tiempo, un admirador de la cultura argentina. Esas facetas encontraron un cauce natural en Joropotango, un CD que puede desconcertar a los puristas del joropo y a los fundamentalistas del tango y que, sin embargo, conviene escuchar sin prejuicios. Clásicos de ambas culturas, desde “Caballo viejo” hasta “El choclo”, son revisitados a través del cuatro, instrumento que endulza el costado melancólico del asunto. Hasta se anima a un tango propio: “Buenos Aires de arrabal”. F. D.
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