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6-Michael

Michael Jackson. Sony

¿Cuánto hay realmente de Jackson aquí? ¿Lo habría editado así, habría incluido estas canciones? Michael no está para cotejar, pero es cierto que este álbum póstumo no deja de lado ninguno de sus manierismos vocales y de producción, con lo que nadie podrá acusarlo de infidelidad a su estilo... ni de renovar nada. Los músicos convocados para “terminar” las canciones seguramente trabajaron con la mayor honestidad, pero el disco agrega poco, y al cabo lo mejor es el dúo con Lenny Kravitz en “(I can’t make it) another day”. Mérito de Lenny más que de Jackson. E. F.

9-Le Noise

Neil Young. Warner

El mundo es de los audaces y Neil Young es un audaz. Un tipo que se cuelga la viola y mete caña y canta, y nunca da el gusto tribunero de que “entren” la batería y el bajo, y que sostiene la atención y el encanto a través de ocho canciones, es sin dudas uno de esos músicos valientes y necesarios. Con la más que adecuada producción de otro experto en violas y en climas como Daniel Lanois, el viejo Young entrega otra perla de esas que nunca entrará en el top ten comercial, pero sí en un hipotético top ten emocional. E. F.

7-Cristal de terciopelo

Mariana Mazzola. Independiente

“Tango nuevo & tangos tradicionales”, propone esta joven cantante cordobesa radicada en España en su primer CD. Entre los nuevos indaga en obras de Juan Carlos Cáceres o Luis Gurevich; entre los tradicionales vuelve sobre “Fuimos”, “La última curda” o “Como dos extraños”. En esa tensión construye un repertorio que se abre a la milonga candombe o campera, con acompañamientos en los que puede sobresalir un cajón peruano o un quinteto de cuerdas dirigido por Pablo Agri. Hay un guiño al folklore, con “La luna en tu pelo” junto al armoniquista Franco Luciani. K. M.

7-Menos dormir

The Tristes. Independiente

“Pupilent y eternidad, danza del vientre en tu logia, y seguro habrá sexo seguro.” La construcción poética de Germán Arrascaeta es cuanto menos particular y es el punto fuerte de este grupo de powerpop y rock de melodías clásicas cordobés. En su debut y ahora en su segundo disco, ofrecen una fuente de donde servirse armonizaciones, paredes de guitarras, sutilezas y contradiscursos en pequeños platos pop. Como un banquete sensual y pleno de imágenes, Menos dormir deja satisfecho enseguida y sobrevive al tiempo sin volverse una comida repetitiva. L. P.