9-Cinco

Tomás Gubitsch Acqua Records, 2006

El timbre suele impresionar antes que otras cosas, sobre todo a oídos desatentos. De ahí que el uso no sólo del bandoneón sino del formato de quinteto que Astor Piazzolla convirtió en clásico haga pensar este disco como “de tango”. Más allá de que los géneros de tradición popular han demostrado una cierta tendencia a no mantenerse inmóviles, el notable Cinco, del notable quinteto de Gubitsch, continúa una línea que su partida dejó alguna vez inconclusa: la de un rock –o una música popular a secas– progresista y permeable a otras músicas. D. F.

8-Tchaikovsky, Ginastera, etc.

Sol Gabetta. RCA Victor, 2006

La argentina Sol Gabetta es una de las figuras actuales del violoncello. En su primer disco para una compañía grande, junto a la orquesta de la radiodifusión de Munich, dirigida con precisión por Ari Rasilajnen, elige un repertorio sumamente interesante. Gabetta logra interpretaciones ricas y comunicativas de las Variaciones Rococo, el Andante cantabile, Pezzo capriccioso y Nocturne de Piotr Tchaikovsky, el bello Concierto Nº 1 de Camille Saint-Säens y la seductora Pampeana Nº 2 de Alberto Ginastera. D. F.

7-Other People’s Lives

Ray Davies. Sum Records

A los 62 y después de años de silencio discográfico, el ex líder de los Kinks regresa con su primer álbum como solista. Aquí, Davies expone claramente la fortaleza de sus condiciones como compositor (por algo llevan su firma clásicos como “You really got me” y “Lola”, entre muchos otros), con una mirada única para retratar la realidad. Pero también son evidentes las flaquezas de un sonido demasiado pulido: este recuento de las “vidas de otra gente” podría haber sido una obra maestra, pero queda a mitad de camino y resulta más amable que conmovedor. R. C.

8-Hermosa mañana para morir de felicidad

Anetol Delmonte.

Los muchachos de Anetol Delmonte se merecen una buena palmada aprobatoria en la espalda. No sólo por el brillante título, no sólo por la enérgica y contagiosa apertura de “Igor mezquino”: tras aquel EP Traslasierra de 2002, el cuarteto debuta en el álbum full con un puñado de canciones atractivas, sentidas, bien resueltas, que abren un crédito para más alegrías. “La idea es hacer un reggae, un candombe o un foxtrot y sacarlos de su pureza y trransformarlos en una bella canción”, han dicho. No les va mal. E. F.