Miércoles, 6 de junio de 2007 | Hoy
DISCOS › “MEMORY ALMOST FULL”, EL NUEVO DISCO DE PAUL MCCARTNEY
Parece la contracara del anterior Chaos and Creation in the Backyard: en lugar de introspección y canciones climáticas, el Beatle ofrece una inesperada luminosidad, salpicada por una energía contagiosa y eficaz.
Por Eduardo Fabregat
Resulta muy significativo que Paul McCartney edite un disco nuevo justo en la ola del 40º aniversario de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. No porque haya detrás de eso una aviesa fórmula de marketing sino por la multitud de asociaciones y reflexiones que el hecho dispara. En primer lugar, una cuestión formal, nada menor: Memory Almost Full es el primer disco que el bajista y cantante edita fuera de EMI, en un acuerdo cada vez más común en Estados Unidos, que involucra a la cadena de cafeterías Starbucks como punto principal de venta. Pero la cuestión lleva a pensar también en la actualidad artística de Macca, que a comienzos de los ’90 –con discos como Flowers in the Dirt y el intrascendente Off the Ground– estaba en seria discusión. Pero desde Flaming Pie (1997) y Driving Rain (2001), el ex Beatle pareció ordenar mejor sus pensamientos musicales, hasta llegar al soberbio Chaos and Creation in the Backyard. Aquel disco de 2005, en el que mucho tuvo que ver el productor Nigel Godrich a la hora de fijar el tono, rompió con todos los prejuicios que podían tenerse sobre la capacidad del músico inglés para crear algo nuevo después de tantos años de canciones. E instaló la maldita pregunta de siempre: y después de esto, ¿qué?
Lo que hizo McCartney, curiosamente, fue mirar al pasado. No al pasado lejano de Liverpool (aunque los recuerdos, como explica McCartney en esta misma página, estuvieron presentes en la concepción de las canciones) sino a uno bien reciente, a un disco que quedó por la mitad cuando Godrich se cruzó en el camino de Paul. Frente a los detalles que revela el músico, resulta curioso cómo un proyecto como éste derivó a un disco como Chaos... O no tanto: si Chaos... era la introspección profunda, canciones que se ofrecían en capas y terminaban conformando un álbum implosivo, Memory Almost Full es explosivo, rockero y contundente. Y, sobre todo, un disco luminoso, que diluye por completo el ambiente crepuscular de aquel álbum. El ejemplo más obvio, como suele suceder, es el single “Dance Tonight”, que a puro bombo y mandolina invita, más que a “bailar esta noche”, a salir a caminar en una mañana de sol. Primer aviso de que se está ante otro McCartney.
Nuevamente a cargo de todos los instrumentos –salvo las cuerdas–, el Beatle (“Once a Beatle, always a Beatle”) deja fluir entonces su instinto más extrovertido. Que, sumado a su reconocida capacidad como artesano de canciones, da como resultado otro paquete sorprendente y atractivo, muy lejos del rocker viejo y aburrido, amargado por un divorcio agrio y excesivamente público, que ciertas historias oficiales quieren dibujar. Allí está la demoledora “Only Mama Knows”, que arranca con violincitos, pero desencadena un rock energético y pegadizo. O las marchosas “Ever Present Past” y “That was me”, y la épica “House of Wax”, y la delicadeza de títulos como “See your Sunshine”, “You Tell me” y la beatlesca “Mister Bellamy”: juntas y en armonía, las nuevas canciones de este tipo con casi 50 años en la tarea de hacer música demuestran que la memoria puede estar casi llena, pero siempre hay lugar para una nueva melodía. Los trajes del Sargento podrán oler a naftalina, pero a McCartney le siguen sentando bien.
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