9-Miles Davis (Selim Sivad)

Live Evil. Columbia, 1970 (2007)

En un momento en que el islamismo se asociaba con las protestas de la negritud de EE.UU., Selim Sivad Evil no era otra cosa que Miles Davis Live al revés. Grabado en su mayoría en el Cellar Door de Washington, cargado de violencia y conocido como Live Evil, este disco fue, en su momento, execrado por el mundo del jazz. Los tres tecladistas –Corea, Jarrett y Hancock–, McLaughlin en la guitarra, Holland en el contrabajo y DeJohnette en la batería no podían hacerlo tan mal y la reciente edición local lo deja en claro. D. F.

10-Barber. Adagio

Leonard Bernstein. Sony, 2007

La historia –o la idea del progreso– no fue gentil con Samuel Barber, un estadounidense que, en pleno siglo XX, insistía con los ecos del romanticismo. Pero el oído está más allá de esas cuestiones y reconoce al Adagio para cuerdas –originalmente un movimiento de un cuarteto– como una de las obras más bellas posibles y a la interpretación de Leonard Bernstein como la mejor imaginable. En este disco caben, además, el Concierto para violín por Isaac Stern y dos composiciones del notable William Schuman, muerto en 1992. D. F.

7-Echoes, silence, patience & grace

Foo Fighters. Sony/BMG

Después de un disco acústico en vivo bastante anodino, Dave Grohl y sus muchachos vuelven a meter (de a ratos) los dedos en el enchufe y consiguen descargas como “The pretender” o “But, honestly”. En otros momentos se recuestan en el piano (“Statues”, “Home”) o en una guitarra bluegrass. En la variedad está el gusto del ex Nirvana, quien, de todos modos, pisa sobre terrenos ya conocidos, sin la combustión instantánea que distinguía a su antigua banda. Pero Grohl no es Cobain ni lo quiere ser: incluso enojado suena feliz de estar vivo. R. C.

8-El futuro

Hypnofón. Los años luz

Es una historia conocida: músico que tocó con todos arma su proyecto y graba un disco. A veces el experimento sale mal, pero no es éste el caso. Junto a una “orquesta multiforme”, el vientista Alejandro Terán entrega temas propios deliciosos como “Desviado social” y versiona con excelente suerte a Charles Mingus, el chamamecero Osvaldo Sosa Cordero o Charly García. Pero la perla es un título inesperado: algún funcionario debería quemar todos los discos originales y enviar la versión-Terán de “Aurora” a las escuelas. E. F.