8-Bebo Rides Again

Bebo Valdés. RP, 2007

Bebo Valdés es uno de los más importantes pianistas cubanos y aquí, junto con lo más granado del jazz latino de Nueva York, incluyendo a su compatriota Paquito D’Rivera y al trompetista argentino Diego Urcola, da una lección en esa música que navega entre el danzón y el jazz y que tiene una tradición propia en que los nombres de Chano Pozo y Chico O’Farrill son referencias inevitables. Excelentes solistas, un sonido colectivo compacto y arreglos efectivos son el marco para el swing y las explosiones de Valdés. D. F.

5-Sleep through The Static

Jack Johnson. Universal

Tarea imposible: lograr que Jack Johnson levante la voz. O, aunque sea, que abandone ese arrullo delicado y amable que lo caracteriza. Bueno, si de ese modo se convirtió en una (sorpresiva) estrella, ¿por qué debería este ex surfer con cara de bonachón cambiar de rumbo? El inconveniente es que, si bien mantiene el sonido austero (aunque un poco menos “soleado”), este disco no tiene canciones tan pegadizas como el anterior, In between Dreams, entonces transcurre como música de fondo y raramente llama la atención. R. C.

8-Solos, sessions & encores

Stevie Ray Vaughan. Sony/BMG

Guitarrista virtuoso, que arrastra además el privilegio de haber muerto prematuramente, Stevie Ray Vau-ghan sigue siendo la última estrella que dio el blues. Como tal, tocó con todos. Este disco es un brillante catálogo de sus intervenciones como invitado, de sus apariciones en vivo y en estudio acompañado de grandes músicos, bluseros o no. Jeff Beck, Albert King, B. B. King, Bonnie Raitt y hasta David Bowie (recordar “Let’s Dance”) se anotan en esta lista que enriquece el palmarés de este malabarista que soñaba con ser Jimi Hendrix. F. D.

7-Más allá de lo real en Buenos Aires

Larralde - Altamura. Independiente

Un dúo de piano y flauta que no es conocido a nivel masivo, que se larga a hacer un disco íntegro sin instrumentos invitados y que lo concreta con un repertorio de temas propios casi en su totalidad, no deja de ser una empresa arriesgada. El pianista Julián Larralde y el flautista Adrián Altamura sortean esta empresa con algunos tangos bien contemporáneos y originales, en los que resuena la influencia de su formación clásica, mechados con alguna otra milonguita más previsible. Se trata del tercer disco de un dúo que se escucha bien entrenado. K. M.