Si hay que escribir la página de los imprescindibles o inevitables del tango, allí deberá figurar, sin dudas ni debates posibles, el nombre de Mariano Mores. No sólo por haberle puesto la firma a clásicos de clásicos como “Uno”, “Cafetín de Buenos Aires”, “Sin palabras” y “Grisel”, por nombrar sólo algunos. También porque, como pianista, arreglador y director, Mores alcanzó a crear nada menos que un estilo: un sello personal que aparece destacado a la primera escucha, esa marca de origen que salta, resaltada, al primer compás. Ese estilo tiene que ver con la exuberancia, la pomposidad, el despliegue y la abundancia de notas, y un despliegue escénico con referencias inmediatas en la amplitud del espectáculo a la manera del music-hall. Con 90 años cumplidos y aún en actividad, Mores sigue mostrando la forma en que suena hoy ese estilo que lleva su firma, y con él sigue ganando fanáticos admiradores y militantes detractores. Pero hay maneras de rastrear la historia y el desarrollo de este particular sello Mores. EMI acaba de publicar una, en forma de recopilación: un disco doble que rescata grabaciones suyas que van de 1954 a 1969, la gran mayoría nunca antes editadas en CD, al que tituló, con el ojo sagaz del marketing, 90 años y más... En total son 44 temas, organizados en dos discos en los que se mezclan varias facetas de la producción del músico, con versiones para sexteto, piano solo y orquestas de más de 40 músicos. La lista incluye clásicos como “Adiós Pampa mía” y “Uno” en versiones para piano con acompañamiento de órgano, y obras de carácter folklórico que Mores escribió para varios de sus espectáculos, como “Cuadro criollo”, “Tango malambo” y “El norteño”. Pero, por supuesto, lo que más suena es el despliegue de la gran orquesta, sola o con cantores como Hugo Marcel, Néstor Fabián, Sergio Cansino y Antonio Prieto. Entre tantas voces también aparece la de un ya maduro Hugo del Carril, en una de las pocas colaboraciones artísticas que tuvo con Mores, “El tango del curda”, grabado en 1969. Una suerte de rareza que suena como al pasar entre la larga lista de temas a lo Mores, en la que no falta el corito femenino que refuerza el sonido de época. Todo un viaje al universo Mores, que hoy sigue funcionando, a todo brillo.