TELEVISION › TOM LUPO, CATARINA SPINETTA Y EL NUEVO VOLVER ROCK
El dúo apunta que evitar el playback le da al programa, que se ve los miércoles a las 22 por Volver, la necesaria cuota de calor y riesgo y que la amplitud estilística hace el resto. Ambos pidieron “autorización” a los anteriores conductores.
› Por Cristian Vitale
El estudio, muy colorido, lumínico y lleno de pequeños sillones blancos, muestra un vaivén intenso de gente: acaba de grabar su aporte el trío Carajo y Catarina Spinetta, hija de Luis Alberto, reclama que no hay azúcar para el café... pero goza del descanso. Polaroids de tiempo muerto durante una de las 13 grabaciones programadas para el Volver Rock versión 2008. Tom Lupo, coconductor junto a la flaca Spinetta, le sonríe a uno de los cámaras, se abraza con amigos y revela una secuencia del día: “Acaba de grabar Fabi Cantilo..., estaba concentrada, con cierta tristeza, y peló una voz, un sentimiento, que yo nunca le había escuchado”, confiesa él. No serán –Carajo y Fabiana Cantilo– los protagonistas de esta noche a las 22, cuando el canal Volver emita el ciclo, sino varios de los que ya pisaron el mismo estudio (el D de Canal 13) para dejar su huella: Karamelo Santo, Andrea Prodan, Ricardo Soulé y Kevin Johansen. “Para mí es una alegría porque soy fan de Karamelo..., además de gustarme mucho lo que hacen, he filmado un video con ellos, y Kevin me parece un artista excepcional. Son artistas que pagaría para ver”, florea el también psicoanalista, gobernado por una sonrisa inmensa.
Spinetta y Lupo son las caras visibles del programa cuya sustancia implica, además de shows en vivo, charlas íntimas con diversos artistas, antiguas presentaciones de discos, videoclips, cápsulas de color, notas de archivo y reseñas sobre la historia del género. “Lo interesante es que cubrimos un gran abanico de músicas, desde jazz hasta reggae, rock y pop, y que se graba seguido, de una sola toma..., es como un falso vivo”, señala Catarina. “Además, vienen bandas que no salen ni en la radio ni en la tele. Y a los chicos les sirve, porque graban eso, lo llevan a un boliche y dicen ‘mirá, salimos en Volver Rock’. Estar en la tele legitima a un grupo que se está haciendo”, sigue Tom. “Y aparecen cosas que me asombran, por cierto nivel que hay en la tele. Cuando Spinetta (Luis Alberto) tocó ‘Mi elemento’, le pregunté en cuál de los cuatro elementos de la naturaleza se sentía mejor, y me respondió ’en la expectación de la luz, cuando la estoy esperando’... digo, es difícil que alguien te responda algo así en la tele. Me parece que es el aura del rock, ese resabio de cultura que aparece cada tanto.”
El programa viene precedido por un conflicto que surgió durante la temporada pasada, cuando la producción decidió no editar las actuaciones de Gabo Ferro y Lisandro Aristimuño debido a que, según se dijo, no eran artistas representativos de los 40 años de rock argentino. A raíz de la censura, Nicolás Pauls, Marcelo Fernández Bitar y Alfredo Rosso –conductor y columnistas anteriores– renunciaron y Lupo fue convocado. “Cuando me llamaron, lo primero que hice fue llamar a los tres para preguntarles si estaban de acuerdo en que yo tomara el programa y, además, le pedí al canal una condición: que vengan los artistas que, supuestamente, aparecían como censurados. Me dijeron que sí, y acepté. Ellos no quisieron estar, pero ésa es otra historia, y recibí palabras de aliento de Bitar y Rosso; me dijeron que era una garantía que yo me pusiera al frente del programa. Sin el OK de ellos seguramente no hubiera agarrado.”
Catarina, pese a que se integró bastante después, procedió parecido. “Si bien ese quilombo no fue mi quilombo, sentí la obligación de llamar a Pauls, porque además es mi amigo. Fue un alivio.” Para Tom, blanquear la situación es otra de las cualidades éticas que exceden la lógica televisiva. “Los dos hicimos lo mismo; preguntar. En la televisión por ahí no se hace eso, pero el rock tiene otros códigos; hay que ser cuidadosos con la ética y con el archivo personal pero por tu corazón, no por lo que van a decir. Es otra forma de ser.”
–¿Hubo alguna condición más?
Tom Lupo: –Básicamente dos: que no haya playback y que se respete la exclusividad del rock argentino en el contenido. Para mí es fundamental que no haya playback..., es como un recital en vivo, con los riesgos que ello implica. El resto está resuelto, porque con Cata tengo la mejor onda, en serio. El narcisismo entre ambos queda en un segundo plano y yo me siento muy protegido por ella..., si me equivoco en algo sé que está ahí para ayudarme. Además, hay bandas que debutaron en programas míos hace 20 años, y bandas que tocaron en la casa del padre, y ella vio de potrillos. Esa conjunción se da pocas veces.
Catarina Spinetta: –Cuando me dijeron “tenés que estar a la altura de Tom”, lo primero que pensé fue “bueno, tengo que estar a la altura de las circunstancias”... él es un capo, sabe mucho, y yo tengo un nivel como más sensorial de la música, pero no tanta información.
–Bueno, pero no es hija de cualquiera...
C. S.: (sonríe) –Eso me da la posibilidad de comprender, luego de haber escuchado tantas cosas complicadas en casa.
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