Domingo, 15 de marzo de 2009 | Hoy
TELEVISION › ROBERTO PETTINATO Y UN MUNDO PERFECTO
De vuelta al show nocturno, el conductor desplegará desde mañana por América el gusto por el monólogo que lo convirtió en el Letterman criollo. “Vivimos en un mundo de fantasía”, asegura.
Por Emanuel Respighi
Roberto Pettinato cambia de canal, género televisivo y horario, pero no las mañas. Fiel a su estilo, basado en su propia suposición de que todos esperan de él algo gracioso, siempre y en cualquier circunstancia pública, la entrevista con Página/12 mantiene el formato histórico con el que suele contactarse el ex bajista de Sumo: vía correo electrónico. Se le envía un mail con un cuestionario de preguntas y Pettinato responde cada una de ellas días más tarde. La comunicación, en ese sentido, es infalible y ejemplar. El problema del sistema de comunicación impuesto por el showman es que, a diferencia del reportaje realizado en vivo y en directo, el tono que tendrá la entrevista no depende de las preguntas que se le formulen sino, más bien, del tipo de respuestas que Pettinato esté dispuesto a brindar. Un misterio que varía según el estado de ánimo del conductor que diariamente, desde mañana, a las 23.30 por América, conducirá Un mundo perfecto, el late night show con el que el humorista intentará alcanzar su eterno deseo de convertirse en el David Le-tterman argentino.
Comentada esa salvedad, hay que señalar que esta vez a Pettinato se le dio por responder con humor absolutamente todas las preguntas enviadas por correo electrónico. Inteligente forma de esquivar muchos interrogantes que giran alrededor de su figura pública o manera con la que el animador pretende profundizar su perfil de comediante, según desde qué punto de vista se lo analice. Luego del escandaloso alejamiento de Duro de domar el año pasado, por inconvenientes con Diego Gvirtz, el dueño de Pensado Para Televisión, la productora del programa (ver recuadro), Pettinato se enfrenta en Un mundo perfecto a la gran oportunidad de su carrera profesional, vistiéndose de showman en un formato que ya transitó hace años en Duro de acostar, en las medianoches de 1997, por la pantalla de Telefé. Pero a diferencia de aquella experiencia, esta vez el género insignia de Estados Unidos parece tener entre los televidentes de la TV abierta una audiencia más entendida con la lógica y los códigos del formato.
Por eso, tal vez, Pettinato no duda en afirmar que “Duro de acostar fue igual que Los Simpson”. Y lanza una de sus clásicos comentarios: “Los dos programas llegaron antes de tiempo... claro que uno solo triunfó”, reconoce. En sintonía con la rígida estructura de los late night (ver recuadro), la presentación de Un mundo perfecto anticipa la presencia de un grupo de nuevos cómicos surgido de un casting, delirantes monólogos a cargo de Pettinato y entrevistas audaces a invitados famosos de diferentes ámbitos. Además, el ciclo producido por GP Media –la empresa de Gastón Portal– contará en el estudio con el trío musical de Javier Malosetti y dos clásicos recargados de la usina creativa del conductor de pelo multicolor según se le antoje: el “Top Five” y “El gato de Verdaguer”, los cuales lo acompañan desde Duro de acostar, pasando por Orsai a la medianoche, Orsai, la leyenda continúa y Duro de domar.
¿Hasta qué punto, entonces, Un mundo perfecto se parecerá a aquella prematura aproximación al género? “La diferencia con Duro de acostar –escribe Petti– es que ahora nadie entrará al estudio a decir: ‘¡Che, no hagan chistes contra Menem!’.” Un Pettinato auténtico que, teclado y mail mediantes, demuestra que el humor no siempre surge de la improvisación y la espontaneidad: también requiere de un arduo trabajo frente a la pantalla. Pasen y lean.
Mientras que en el medio nadie duda de que el late night es el género perfecto para el también director de la revista de cultura rockera La Mano, Pettinato reconoce que para él su mundo perfecto “es el mismo mundo ideal de siempre” y, sin entrar en mayores detalles, da rienda suelta a sus remates: “El que cambió fui yo y ahora veo el mundo ¡con un aumento del 0,4 por ciento! ¿No es perfecto? Son unos nuevos anteojos 3D que está repartiendo Cristina. Ahora, como que me agarre una lluvia y se me mojen, sonamos”.
–¿Y para los argentinos? ¿Cuáles serían las características de ese planeta ideal?
–Los argentinos siempre vivimos en un mundo de fantasía, con la diferencia de que en Disney arreglan las escenografias cuando se gastan. Igual, a juzgar por las declaraciones de Susana Giménez a raíz del asesinato de su colaborador, nosotros todavía tenemos a King Kong.
–¿Cómo va a hacer para que al menos durante 40 minutos diarios la TV trasporte a los argentinos a un mundo perfecto?
–Lo importante es volver a tener los televisores viejos, que eran cuadrados y te permitían ver todo en blanco y negro, pero con la gran ventaja de que podías apoyarles encima una botella de whisky. Eso es ideal, ven. Ojo, ver el mundo ideal no es divertido. Es decir: hoy estamos acá y mañana...también... así que “¡la cagaste Burt Lancaster!”. ¡40 minutos! En ese tiempo no llegás de Caballito al Centro y pretenden que los lleve más lejos.
–La crisis económica, sea real o psíquica, o ambas cosas a la vez, ¿es un contexto favorable para un late night show, cuyo humor suele basarse en la realidad? ¿O más bien resulta ser un elemento que complica la recepción del humor?
–La crisis económica siempre es psíquica. De lo contrario, ¿cómo se explica que haya gente que gane mil pesos y sea feliz y haya empresarios que se suicidan?
–El late night show es el género por excelencia de la cultura estadounidense. ¿Por qué cree que funciona tan bien en esa sociedad?
–Por la misma razón que funcionó Leo Dan en México y Susana en... ¿Italia? Por otro lado, en Estados Unidos la mayoría de la gente ya es latina o argentinos (¡como diría Karina Olga!).
–¿Es necesario adaptar el género al humor y la idiosincrasia argentina o se trata de un género de recepción universal?
–En muchos países existe el mismo tipo de show. ¿Parece una novedad ahora? ¡Lo hicimos con Duro de acostar en el ’97!... ¿El humor? Bueno, de hecho, no voy a hacer sólo chistes sobre Obama o lo que fuere.
–Pero en un año electoral uno imagina que el monólogo tendrá un fuerte contenido político y que pasarán por la entrevista muchos de los candidatos...
–Siempre es un año electoral, ¿no les parece? Ahora entiendo: ¡es un año de elecciones y tres de promesas! ¿Fuerte contenido político? No voy a hablar mucho de política. En ese sentido, sigo los pasos de Cristina.
–¿Qué exponentes del género admira? ¿Cuál cree que es el mejor en la actualidad?
–En realidad lo sigo a Johnny Carson, a ver si puedo morir después de hacer 30 años el mismo programa. Pero, en realidad, no los miro nunca. Siempre digo: me gusta Conan (O’Brien)... pero da igual. Uno no tiene que admirar a otros. Uno ya es “otros” gracias a la sincronicidad de Jung, que, en realidad, era Freud con un mazo de tarot.
–¿El late night es el género en el que más cómodo se siente en los medios o en el que considera que más jugo le puede sacar a su “personaje mediático”?
–Sí. Me encanta que me saquen el jugo pero que la sangre quede para mí. No podría vivir demasiado tiempo si fuera de pulpa de durazno. Por otro lado, ¿qué otro género hay? Ya hice “terror” durante muchos años... así que.... Pero de entrecasa soy el mismo pero en bata de toalla o a veces peor... una bata de toalla sin personalidad.
–¿Cómo es volver a América tras la abrupta salida de Indomables por la censura a TVR, programa de la productora para la que trabajaba? ¿Confía en que va a tener libertad para decir lo que quiera?
–Obvio. Ahora lo traeré, en lugar de Pontaquarto (Mario, el arrepentido por las coimas en Senado, cuyas opiniones fueron editadas cuando TVR se emitía por América, hecho que determinó el alejamiento de PPT del canal), a (Rolando) Graña de espaldas...! ¡Y de frente tomando ayahuasca!
–¿Existe en la TV actual un espacio en el que poder decir y hacer lo que se le da la gana o ése es un utópico mundo ideal en la pantalla chica y en los medios en general?
–Mientras que cada medio tenga un dueño hay una ideología a seguir. Ahora, si tiene varios dueños... ehh... ¡no sale al aire o no llega a los kioscos hasta que todos vuelvan de Punta del Este!
–¿Qué hubo de cierto y qué de puesta en escena en la pelea que tuvo con Diego Gvirtz el año pasado? ¿No cree que terminaron protagonizando un escandalete propio de Showmatch y Marcelo Tinelli, a quienes suele criticar con énfasis públicamente?
–Era cierto, pero parte de un nuevo proyecto: PPT (Peleados Para Televisión).
–¿Por qué cree que llegó a esa situación con su ex jefe? Parecía que a Gvirtz lo unía mucho más que una relación profesional...
–Sí, el mismo tónico capilar... sólo que a él no le funcionó, claro.
–¿Qué comentarios le provoca la continuidad de Duro de domar sin usted, al mediodía y rebautizado Duro de almorzar? ¿No cree que su continuidad es un poco forzada?
–Claro que no. ¡Todavía queda Duro de desayunar, Duro de ensiestar y Duro de duro porque sí!
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